Aoun y Hariri perpetúan la inaceptable política de correr hacia el abismo
Todos los indicadores denuncian una situación económica y social dramática. Sin embargo, Aoun y Hariri siguen haciendo oídos sordos a los reclamos de la población y a las mediaciones que se les ofrecen para allanar sus diferencias.
Beirut (AsiaNews) - ¿El Estado libanés está a punto de convertirse en un Estado fallido? No es imposible que esto ocurra, a juzgar por el estado actual de las cosas. De hecho, continúa la peligrosa política del abismo entre el jefe de Estado, Michel Aoun, y el primer ministro en funciones, Saad Hariri.
Una situación que persiste a pesar de la devaluación de la moneda nacional, que cae a un ritmo demencial frente al dólar (el miércoles, rozó las 15.000 libras libanesas). A pesar de que prosiguen las protestas en las calles, y cientos de solicitantes de visas se agolpan en las puertas de las embajadas. A pesar de que todos los indicadores de criminalidad están en rojo (los robos aumentaron un 150%), y cientos de comerciantes bajan las persianas o suspenden las ventas, a la espera de que la moneda se estabilice. Incluso cuando el sector hospitalario privado advierte de su colapso y pese a que el comandante en jefe del ejército, el general Joseph Aoun, emblema de la discreción en tiempos normales, levanta la voz para decir que sus soldados están sufriendo hambre.
Los protagonistas de la crisis de gobierno, que parecen desconectados de la realidad, siguen haciendo oídos sordos a los reclamos de la población y a las mediaciones que se les ofrecen para arreglar sus diferencias. Ignoran las ofertas de mediaciones que provienen del interior, ya sea a través del jefe de la Iglesia maronita, el patriarca Béchara Raï, o del presidente de la Cámara, Nabih Berry o del director de seguridad, el general Abbas Ibrahim. Las dos partes se acusan mutuamente por la situación de punto muerto: las culpas que se echan en cara van desde intentar controlar ciertos engranajes del ejecutivo para manejar el gobierno; y de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2022, de paralizar las iniciativas de su adversario.
Desde el exterior, Francia ya se pronunció al respecto, a través del presidente Emmanuel Macron: el mandatario solicitó la formación de un "gobierno de propósito" compuesto por ministros no afiliados a partidos. "La comunidad internacional, empezando por París, condiciona el desembolso de cualquier ayuda financiera a la formación de un gobierno de tecnócratas, responsables de las reformas estructurales", subraya un despacho de France Presse. Recientemente, ante la inercia de los dirigentes libaneses, el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves le Drian, les acusó de "no asistir al país en peligro".
En cuanto a las reformas, las expectativas son las mismas desde hace meses: combatir el despilfarro y la corrupción en el Estado; la reestructuración del sector eléctrico y de un sector bancario en quiebra, que bloquea los depósitos bancarios en moneda extranjera; la reestructuración de los contratos públicos, la reducción del gasto, revisión de las subvenciones y la fluctuación de la moneda.
Esta vez la propuesta francesa cuenta con el apoyo de Washington y Moscú. A diferencia de su predecesor, el Presidente Joe Biden ha decidido dar una oportunidad a esta iniciativa. Por su parte, Moscú, a través de la voz de Sergei Lavrov, su ministro de Relaciones Exteriores, ha expresado su apoyo al "gobierno de propósito" solicitado por París y presidido por Saad Hariri. Lavrov acaba de reiterar este apoyo durante las recientes conversaciones con una delegación de Hezbolá que acudió a Moscú principalmente para discutir la "estabilización" de Siria. Sin embargo, en lugar de aprovechar esta inesperada convergencia, las dos partes siguen haciendo oídos sordos a los requerimientos de la comunidad internacional. Con todos los motores apagados, están asistiendo a la implosión de un país “en caída libre”, según la definición de la agencia AFP.
A continuación van algunas cifras recopiladas por AFP que muestran el colapso actual del país:
Devaluación: la libra libanesa ha perdido casi el 90% de su valor. El cambio oficial sigue a 1.507 libras por dólar, pero en el mercado negro la cotización llega a 15.000 libras por dólar. Como consecuencia, el salario mínimo (675.000 libras) equivale a USD 45.
Pobreza: según las Naciones Unidas, el 55% de la población (más de cuatro millones de libaneses) vive por debajo de la línea de pobreza, con menos de 3,84 dólares al día. El porcentaje de la población en condiciones de pobreza extrema ha trepado al 23% (datos de la ONU).
Inflación: a fines de 2020, la inflación anual fue del 145,8%, según las estadísticas oficiales. El precio de la canasta de alimentos - que incluye arroz, trigo burgol, pastas y aceite, prácticamente se triplicó desde octubre del 2019 (WFP, World Food Program).
Desocupación: a finales del 2020, la tasa de desempleo se estimaba en 39,5%.
Deuda pública: la deuda pública alcanzó los 95,6 millardos de dólares a fines del 2020; es decir, representa el 171,7% del PIB (FMI).
Reservas de divisas: las reservas del Banco Central acumulaban 17,5 millardos de dólares a mediados de marzo, según el sitio web del Banque du Liban;
Subsidios de ayuda social: a través de préstamos de 246 millones de dólares del Banco Mundial se financian los subsidios para 147.000 familias carenciadas (casi 786.000 libaneses). Cada familia debiera recibir un monto básico de 200.000 libras libanesas - más de 100.000 libras por persona, una suma que se ha vuelto irrisoria, frente a la devaluación de la moneda local. Además, los pagos en concepto de prestaciones sociales son insignificantes, con la caída del valor de la moneda. El sector hospitalario es incapaz de hacer frente a pérdidas inmensas y ha anunciado que, por razones de fuerza mayor, solo podrá atender a los sectores pudientes.
Sin embargo, anoche surgió una novedad.
Fue en un tono amenazante, propio del general de carrera y actual Jefe de Estado, Michel Aoun: en una declaración televisiva, se dirigió al Primer Ministro Saad Hariri, y lo llamó a asistir urgentemente a una reunión en el palacio presidencial de Baabda "para formar un gobierno inmediatamente, acordado con el Presidente de la República, tal como prevé la Constitución".
El jefe de Estado dijo entonces que "los proyectos de gobierno que me presentó no respetan ni el equilibrio nacional ni la Constitución". "En el caso de que no pueda componer ni presidir ese gobierno de rescate nacional (...), tendrá que dar un paso al costado y ceder el lugar a cualquier otra persona capaz de hacerlo", añadió el presidente, acompañando su propuesta con una advertencia contra la "ira" popular que le aguardará "si la nación se derrumba".
Por su parte, Hariri respondió en un comunicado que "el presidente Michel Aoun debe aceptar el gobierno que le he propuesto hace meses o dimitir, allanando el camino para convocar a elecciones presidenciales anticipadas". Al igual que él, he sido elegido por el Parlamento, que me encomendó la formación del Gobierno".
24/05/2021 10:35
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