Un seminario promovido en los últimos días por la representación de la Unión Europea y el Gobierno de Tayikistán ha reunido a políticos, especialistas de las fuerzas del orden y representantes de la sociedad civil para intercambiar conocimientos y reforzar la colaboración con el fin de responder a las crecientes amenazas de acciones violentas con motivaciones extremistas.
El Gobierno de Berdymukhamedov se moviliza para contrarrestar los «centros extranjeros de sabotaje ideológico» que, en su opinión, alimentan las protestas. Los funcionarios públicos deberán ir casa por casa en los pueblos para recopilar testimonios sobre lo bien que se vive en el país. A su lado estarán artistas que podrán demostrar sus habilidades cantando o tocando algún instrumento tradicional.
Ermek Tursunov, con sus películas, también estuvo en la lista de candidatos al Óscar. Abandonó el país denunciando la «degeneración de la política cultural». Recientemente, la casa de su productor fue registrada. A quienes lo definen como un «disidente peligroso para la sociedad», respondió: «No soy Solzhenitsyn, pero no quiero callarme».
Algunos de los principales grupos del país han formado una red para afirmar que la colaboración es más productiva que la competencia y buscan vías comunes para fortalecer toda la economía del país. Empezando por proyectos sociales como la ayuda a familias con bajos ingresos, el apoyo a escuelas y albergues.
Mirziyoyev quiere construir un gran centro comercial en el lugar donde en 2005 cientos de manifestantes que habían ocupado una prisión de alta seguridad en protesta por una oleada de detenciones fueron asesinados por la intervención del ejército.Las autoridades llevan años repitiendo que los manifestantes fueron exterminados «por terroristas islámicos».
La ruptura de relaciones con Europa había sido presentada por la propaganda rusa como una brillante perspectiva para el espacio euroasiático. Pero las sanciones han permitido a Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán crecer en su papel de mediadores en el comercio con terceros países. E incluso muchos emigrantes miran hoy más a Occidente que a Moscú.