Yemen, emergencia por trabajo infantil: los niños conductores contra la pobreza
En este país devastado por más de 10 años de guerra, hay personas muy jóvenes, incluso de 13 años, que conducen taxis o transportes públicos. Esperan ganar aunque sea pequeñas cantidades de dinero para mantener a familias empobrecidas. ONU: la crisis desencadenada por el conflicto «ha afectado de forma desproporcionada y devastadora a mujeres y niñas».
Sana'a (AsiaNews) - En Yemen, asolado por la guerra y la pobreza, se encuentran niños de hasta 13 años conduciendo vehículos comerciales, empezando por taxis, para mantener a sus familias que no tienen otros medios de subsistencia debido a la guerra civil -que aún continúa- y a la crítica situación económica. Dificultades alimentadas por la falta de cabezas de familia o de hombres capaces de trabajar, porque murieron en combate o fueron víctimas de la violencia; de ahí la necesidad de los niños de entre 13 y 15 años de ponerse al volante de vehículos para ganar algo de dinero que les permita salir de la extrema pobreza.
Khalil Sasaga, de 13 años, dijo que aprendió a conducir de su padre y ahora trabaja para mantener a su familia tras emigrar a Marib desde otra ciudad. «Trabajo para mantener a mi familia», declaró Sasaga a la agencia turca Anadolu. «Normalmente mi padre conduce un minibús y yo hago lo mismo para ayudarle y ganar dinero. Hasta ahora no he tenido problemas para conducir. Las carreteras abarrotadas y el tráfico denso no me molestan».
Mursi Muhammed Salih Zevid, también de 13 años, trabaja en el transporte de pasajeros y dijo que tuvo que aprender a conducir por necesidad. «Comparto mis ingresos con ellos. Aunque las carreteras están congestionadas, no tengo problemas», dijo, porque “sólo intento ganarme la vida”.
Muhammed Ammar Mebhut Cehlen, de 15 años, cuenta que su padre es discapacitado. «Desde que empecé a conducir, los ingresos y la calidad de vida de mi familia han mejorado», afirma.
En los últimos días, Naciones Unidas también ha expresado su preocupación por la suerte de la población en Yemen, sobre todo de las mujeres y los niños. «La crisis ha tenido un impacto desproporcionado y devastador en las mujeres y las niñas. Han sufrido discriminación y exclusión sistemáticas durante décadas», explicó Tom Fletcher, Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia, ante el Consejo de Seguridad de la ONU. «Es un panorama desolador», prosiguió, y añadió que unos 9,6 millones de mujeres y niñas necesitan “urgentemente” ayuda humanitaria para salvar sus vidas, ya que se enfrentan al “hambre, la violencia y un sistema sanitario en colapso”. «No hay señales de progreso para ellas», concluyó el experto de la ONU.
Al mismo tiempo, la tasa de mortalidad materna de Yemen es «la más alta» de Oriente Medio y 1,3 millones de mujeres embarazadas y madres recientes sufren desnutrición. Más de seis millones de mujeres y niñas se enfrentan a «altos riesgos» de abusos y explotación y 1,5 millones de niñas en Yemen no tienen acceso a la escolarización. Por ello, la ONU también quiere reforzar los programas de ayuda en el sector educativo, tratando de levantar «una comunidad que ya está al borde del abismo» y en la que son «las mujeres y los niños quienes se llevan la peor parte».
El conflicto en Yemen estalló en 2014 como un enfrentamiento interno y escaló a guerra abierta con la intervención en marzo de 2015 de Riad al frente de una coalición de naciones árabes opuestas a las milicias rebeldes Houthi, apoyadas por Irán. Según Naciones Unidas, la guerra se ha cobrado más de 400.000 vidas y ha desencadenado la «peor crisis humanitaria del mundo», sobre la que el Covid-19 ha tenido desde entonces efectos «devastadores»; millones de personas al borde de la inanición y niños -10.000 muertos en el conflicto- sufrirán las consecuencias durante décadas. Hay más de tres millones de desplazados internos, la mayoría de los cuales viven en condiciones de extrema miseria, hambre y epidemias de diversa índole, entre las que destaca el cólera.
13/06/2022 12:14