Xi Jinping 'llora' la desaparición de Abe, pero es probable que Beijing celebre
Con sus posiciones, sobre todo en la defensa de Taiwán, el ex primer ministro era considerado un dversario por parte de los chinos. India pierde un aliado en la construcción de un frente anti-chino. Los rusos tampoco deben estar muy disgustados. Para el sudeste asiático, Abe era un promotor del multilateralismo regional.
Roma (AsiaNews) - Junto con otros líderes mundiales, el presidente chino Xi Jinping presentó sus condolencias por el asesinato del ex primer ministro japonés Shinzo Abe. En Beijing, sin embargo, es más probable que se celebre la desaparición de un estadista que ya se percibía como un adversario, si no un enemigo.
Un nacionalista que quería cambiar la constitución pacifista de Japón, herencia de la Segunda Guerra Mundial, Abe intentó mejorar las relaciones con China, pero en gran medida su política exterior fue un desafío al ascenso geopolítico del dragón chino.
El gobierno taiwanés lo sabe bien, y en Taipéi es donde el pesar por la muerte del político japonés es más fuerte. Después de su renuncia como primer ministro en 2020, la oposición de Abe a las ambiciones de China sobre Taiwán se había intensificado. Abe pidió un aumento en el presupuesto de defensa nacional del 2% del PIB, entre otras cosas para disuadir a China de usar la fuerza contra Taiwán.
El ex primer ministro de Tokio creía que EE.UU. debía revisar su "ambigüedad estratégica" respecto de Taipéi y dejar en claro su compromiso en defensa de la isla. Abe recordó recientemente que un posible ataque chino a EE. UU. durante una crisis en el Estrecho de Taiwán podría representar una "amenaza existencial" para Japón. De ser así, Tokio debería ejercer su derecho a la "autodefensa colectiva" -adoptado por su gobierno en 2015- e intervenir como aliado de Washington.
También recuerdan bien en Beijing que Abe fue partidario de reactivar el Quad (Cuadrilateral Security Dialogue), un foro de discusión entre Estados Unidos, Japón, Australia e India que la dirigencia china considera el embrión de una OTAN asiática. Gracias al Quad, Abe y el primer ministro indio Narendra Modi han cimentado aún más las relaciones entre sus países en clave anti-china.
Todo ello sin olvidar la diatriba sobre la soberanía de las Senkaku / Diaoyu en el Mar de China Oriental, islas administradas por Japón, pero que China reclama como propias. De hecho, el potencial detonante de un futuro enfrentamiento militar entre ambos países.
A pesar de la consternación expresada públicamente por Vladimir Putin, en el Kremlin deben sentir que han ganado algo con la desaparición de Abe. El difunto líder japonés fue un partidario de la línea dura contra la invasión rusa de Ucrania y usó el tema para promover el fortalecimiento militar de Japón. Cabe recordar que Moscú y Tokio nunca han llegado a un acuerdo sobre las Islas Kuriles, que Rusia administra, pero que Japón reclama en parte.
En los países del sudeste asiático, la sensación es probablemente de signo contrario: la de haber perdido un punto de referencia. Abe ha promovido esfuerzos multilaterales para acercar las economías de Asia Pacífico. Reactivó -con éxito- el Trans-Pacific Partnership (TPP) promovido por el expresidente estadounidense Barack Obama, el tratado de libre comercio que iba a contrarrestar el avance chino, posteriormente abandonado por Trump. Desde 2018 está en vigor una versión del pacto sin la adhesión de Washington, la Comprehensive and Progressive Agreement for Trans-Pacific Partnership (Cptpp), de la que forman parte Japón, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda. Perú, Singapur y Vietnam.
22/04/2022 14:06
24/09/2021 13:39