Un estudio del Patriarcado Latino analiza el impacto del Covid en la escuela

de Dario Salvi

La pandemia ha provocado cambios en la educación, y éstos no "desaparecerán". Las clases online, que eran una necesidad en las primeras fases de la pandemia, ya han pasado a formar "parte del contexto educativo". Sin embargo, las familias y los profesores prefieren la enseñanza presencial, ya que permite un mejor desarrollo de los alumnos, especialmente a una edad temprana. El P. Twal llama a aprender "de la experiencia" valorando los métodos alternativos.

Milán (AsiaNews) - La Educación a Distancia (EaD), dependiendo del criterio y las situaciones, era un recurso para garantizar la escolarización en la época de Covid-19 o resultaba un obstáculo para el aprendizaje de los grupos más débiles. Sin embargo, ahora ya es "parte del contexto educativo". Y lo más probable es que "no desaparezca del todo", sobre todo hoy, que vivimos "en un mundo en constante cambio". Esto es lo que se desprende de un estudio del Patriarcado Latino de Jerusalén sobre las escuelas católicas de Jordania. Fue presentado por el P. Imad Twal, quien se desempeña actualmente como párroco de Fuheis, y durante mucho tiempo fue responsable de los institutos del país, además de haber ejercido como docente en varias órdenes y grados. Las clases presenciales siguen siendo esenciales, dice la nota final del informe. Sin embargo, ante las nuevas y posibles emergencias relacionadas con enfermedades, epidemias o condiciones cambiantes "debemos aprender de la experiencia" y también valorar una nueva forma de enseñar. "Para que este tipo de educación se convierta en una alternativa, real y concreta, al estudio en las aulas", dice el sacerdote.

Los estudiantes y la crisis sanitaria

A partir de la primavera de 2020, con los primeros cierres, cuando las naciones tendían a aislarse para poner freno al nuevo coronavirus", recuerda el P. Twal, "las escuelas 'desiertas' comenzaron a introducir las 'clases a distancia para que los estudiantes pudieran terminar el año'. Esta modalidad supuso un "cambio radical" en los métodos de enseñanza y en los medios pedagógicos a disposición y tuvo un "fuerte impacto" en la mayoría de las clases y en los graduados del 2020 y 2021. El estudio del Patriarcado Latino se centra precisamente en el alcance de este impacto. Publicado en árabe e inglés, la investigación abarca una muestra de 7.984 estudiantes sólo en Jordania y examina el período 2020 y 2021, mientras espera entender cómo será la evolución en 2022.

"Aunque nuestras escuelas tienen que seguir las políticas del Ministerio de Educación, sin poder opinar sobre el formato de los futuros cursos", concluye el sacerdote, "los resultados podrían ser útiles para concienciar a padres y profesores sobre el impacto de estas metodologías diferentes".

Este estudio no se limita a afirmar "los resultados de los análisis sobre los diferentes métodos de enseñanza". También pone de relieve algunas "posibles explicaciones" "del impacto que la crisis sanitaria ha tenido en nuestros alumnos" y aporta "posibles respuestas" para reducirlo este impacto en el futuro. Los alumnos de todos los niveles se encuentran entre los más afectados por las restricciones y cambios impuestos por la pandemia, mientras que cada vez más familias se esfuerzan por hacer valer el derecho de sus hijos a estudiar.

La enseñanza a distancia ha dejado al descubierto problemas de larga data, como la dificultad para encontrar el equipamiento necesario -desde ordenadores hasta una conexión a Internet que funcione de forma adecuada. Por otro lado, para los padres es más difícil hacer un seguimiento de la trayectoria educativa de sus hijos. Sobre todo en el caso de los más pequeños, la falta de interacción ha puesto de manifiesto su criticidad en el proceso de socialización y formación de la identidad personal.

Grupo objetivo, participantes y resultados

Los redactores de la encuesta ahondaron en tres escenarios diferentes: la escuela presencial -con el regreso a los establecimientos aunque con precauciones sanitarias, como la obligación de llevar mascarillas-; la enseñanza a distancia, con plataformas de Internet y el uso de herramientas electrónicas como ordenadores y tablets; y, por último, el llamado modelo "mixto", que combina los dos tipos anteriores, aunque con combinaciones y horarios que pueden variar tanto para satisfacer las necesidades de las instituciones educativas como en función de la situación epidemiológica del momento.

Las personas que participaron del estudio son los padres de los alumnos, el personal escolar, los profesores, los pedagogos y los sacerdotes del Patriarcado. El total de encuestados asciende a 1.630, la mayor parte son padres (91,41% del total, más otras categorías como profesores y alumnos), con una tasa de adhesión del 20,4% de toda la muestra encuestada. En cuanto al sexo, encontramos un 43,37% de hombres y un 56,73% de mujeres. La procedencia geográfica difiere y puede subdividirse en tres macrozonas: norte, centro (Ammán) y sur.

En una escala de 1 a 5 (el puntaje máximo), la educación presencial obtuvo una puntuación de 4,61, resultando ser la fórmula más apreciada por los encuestados; le siguió el sistema mixto, con una valoración de 3,17; en último lugar aparece la EaD, con una puntuación de 2,87. Por tanto, la asistencia a la escuela se confirma como la solución más apreciada y esencial para el desarrollo del alumno, tanto en términos de conocimiento como de crecimiento humano, social y relacional. Las familias con hijos menores consideran más importante la escuela presencial, mientras que los padres de alumnos mayores también parecen apreciar la EaD o el sistema mixto.

En términos porcentuales, en cambio, el 85% de los encuestados (1.382) prefiere la enseñanza presencial, un escaso 5% (equivalente a 90 votos) se vuelca a la enseñanza a distancia y el 10% restante (158) es partidario de un sistema mixto que alterne la presencialidad y la modalidad remota, en función de las necesidades..

Algunos de los factores que determinan la elección son el coste de los equipos para implementar la EaD, la posibilidad de las relaciones sociales, la conciencia de una brecha creciente en el caso de la educación a distancia, el riesgo de alimentar la pereza y de confiar en Internet como fuente de conocimiento en lugar de los profesores y los libros. Geográficamente, son las regiones más ricas y desarrolladas del país las que aceptan de buen grado la enseñanza a distancia o el modelo mixto. Por último, sigue siendo válido el criterio de que a través de la interacción y la presencialidad se puede desarrollar mejor la creatividad, que se ve algo más empañada cuando se estudia en casa.

Directrices a futuro

Sin perjuicio de ciertos aspectos ya establecidos -especialmente en el plano sanitario, tales como la higiene personal y el uso de mascarillas en caso de necesidad- los autores proponen algunos puntos de mejora a futuro. En primer lugar, la necesidad de compensar las pérdidas educativas de los alumnos centrándose en las problemáticas que han surgido en cada asignatura y en cada grado; ayudar a los alumnos a no depender de otros para realizar las tareas asignadas, intercambiando pruebas y sugiriendo respuestas, recurriendo a Internet para acceder a un conocimiento superficial, sin el esfuerzo necesario para llegar al fondo de las cosas; utilizar la red como una fuente adicional de conocimiento, en la que los alumnos son "investigadores críticos" y los profesores "mentores y asesores"; reforzar la independencia y un método personal de estudio, confiando mayores niveles de responsabilidad de manera gradual; mejorar las relaciones entre las escuelas y los padres, superando los efectos nocivos de los cierres, haciéndolos partícipes de las actividades extraescolares; reconstruir la relación entre alumnos y profesores, entre alumnos y escuelas y entre los mismos estudiantes.

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