Trasladan a Londres refugiados tamiles segregados durante tres años en Diego García

En octubre de 2021 fueron rescatados en el mar varias decenas de exiliados de Sri Lanka, incluyendo niños. Habían solicitado asilo en una isla del archipiélago de Chagos que sigue siendo un territorio británico de ultramar deshabitado (pero con una gran base militar). Gran Bretaña siempre se había negado a recibirlos, a pesar de las denuncias sobre sus condiciones. Y todavía habla de una "solución humanitaria provisoria".

Londres (AsiaNews/Agencias)- Un grupo de 60 migrantes tamiles de Sri Lanka que desde hace más de tres años se encontraban en condiciones precarias en la remota isla de Diego García - territorio británico en el Océano Índico - fueron trasladados al Reino Unido. Podrán permanecer en el país durante seis meses, con la ayuda financiera del Ministerio de Relaciones Exteriores, pero este aclaró que se trata de una solución humanitaria "al margen de las leyes de inmigración" y de carácter temporal, para permitirles considerar las "opciones a largo plazo".

El traslado a Londres marca un punto de inflexión en una historia que las organizaciones de derechos humanos llevan tiempo denunciando. El grupo de tamiles fue rescatado en el mar el 3 de octubre de 2021, cuando se encontraba a la deriva tras escapar de los campos de refugiados de Madurai y Tiruchirappalli en la India, donde viven desde hace décadas los que huyeron de Sri Lanka debido a la guerra civil pero no pueden obtener la ciudadanía india. En Diego García - la más meridional de las islas del archipiélago de Chagos, a unos 500 kilómetros al sur de las Maldivas, que sigue siendo un territorio británico de ultramar donde sólo viven los soldados de una base anglo-estadounidense - presentaron una solicitud de asilo, dando comienzo a un complicado proceso jurídico-diplomático.

Tessa Gregory, miembro del bufete de abogados británico Leigh Day que representa a algunos de estos inmigrantes, explicó que el traslado a Gran Bretaña era la "única solución sensata para poner fin a la crisis humanitaria" en la isla. "Este grupo vulnerable, que incluye 16 niños, ha pasado 38 meses de detención en las condiciones más miserables en el territorio de la Corona... Esperamos que nuestros clientes puedan ahora buscar un refugio seguro y comenzar a reconstruir sus vidas", dijo.

A principios de 2024 la BBC tuvo acceso por primera vez a Diego García y al campamento de migrantes, donde los tamiles estaban alojados grupalmente en tiendas de campaña militares, algunas de las cuales tenían evidentes goteras y nidos de ratas. Durante su estancia en la isla hubo varias huelgas de hambre y numerosos episodios de autolesiones e intentos de suicidio, tras los cuales algunos inmigrantes fueron trasladados a Ruanda para recibir tratamiento médico. Ellos también fueron llevados ahora al Reino Unido. Asimismo, hubo acusaciones de agresión y acoso sexual dentro del campamento de Diego García; los inmigrantes le dijeron a la BBC que era como vivir en un "infierno". Ahora sólo quedan en la isla dos hombres tamiles con condenas penales y otro bajo investigación.

El traslado del grupo de migrantes al Reino Unido se produce en un momento de incertidumbre sobre el futuro de Diego García. En octubre el Reino Unido anunció su intención de ceder el control de todo el archipiélago de las Islas Chagos a Mauricio. Pero el nuevo primer ministro de Mauricio dijo que tenía reservas sobre el acuerdo, que fue aceptado por su predecesor pero todavía no se ha firmado, y pidió una revisión independiente.

El gobierno de Londres afirma que las Islas Chagos, conocidas como Territorio Británico del Océano Índico (BIOT), son "constitucionalmente distintas" del Reino Unido, y ese estatus inusual ha llevado a una prolongada disputa legal. La mayoría de los tamiles están a la espera de una decisión final sobre su solicitud de protección internacional, que ocho de ellos ya han obtenido, y por tanto no pueden ser repatriados a Sri Lanka. Los sucesivos gobiernos británicos han afirmado que llevar a los tamiles al Reino Unido podía suponer el riesgo de crear una “ruta de inmigración secundaria”. Pero el actual ejecutivo de Londres declaró que se han hecho arreglos para garantizar que eso no ocurra, citando un acuerdo para enviar a Santa Elena a las personas que lleguen en el futuro, otro territorio británico que se encuentra en medio del Océano Atlántico, a miles de kilómetros de distancia.