Trabajo: Asia se recupera, pero aún no alcanza los niveles pre-pandemia

Según informes de instituciones internacionales, casi 105 millones de personas están oficialmente desempleadas en Asia-Pacífico, una cifra un 12% superior a la de 2019. También se perdieron avances en términos de empleo informal y vulnerable, mientras que los sectores de más rápido crecimiento laboral en realidad emplean a una muy pequeña parte de los trabajadores.

Milán (AsiaNews) - Los países de la región Asia-Pacífico han mostrado en los últimos años una buena capacidad de recuperación a nivel económico y laboral (excluyendo algunos casos llamativos como el de Myanmar, donde se desarrolla un brutal conflicto civil), pero la situación aún no ha vuelto a ser la de antes de la pandemia del Covid-19. Así lo indican los últimos datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), según los cuales se espera que la tasa media de crecimiento del PIB de los países emergentes de Asia aumente hasta el 5,3% en 2023 y el 5,4% en 2024. El crecimiento medio del PIB real de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) debería alcanzar el 4,6% en 2023 y el 4,8% en 2024, una cifra inferior a la de 2022, pero que muestra cierta resiliencia económica.

En 2021, la OIT advirtió de que los puestos de trabajo que se perdieron durante la pandemia no se recuperarían antes de este año, e instó a Asia a considerar la crisis como "un llamado de atención sobre la necesidad de diversificar sus economías y dejar de depender en exceso del crecimiento basado en las exportaciones".

Las elevadas tasas de inflación (sumadas, en algunos casos a crisis políticas internas) siguen amenazando una recuperación integradora y sostenible, según el informe titulado "Perspectivas sociales y de empleo en Asia-Pacífico 2022". Sin embargo, la reconstrucción del mercado laboral se está quedando atrás con respecto al resto del mundo. En 2020 se habían perdido 144 millones de puestos de trabajo y Asia Meridional era la región más afectada. En 2022, el número de empleados en la región Asia-Pacífico se situaba dos puntos porcentuales por encima del nivel anterior a la pandemia en 2019, lo que indicaba una tendencia positiva del empleo. En realidad, los expertos de la OIT señalaron que no es así: indagando más a fondo, los datos muestran que aún no se ha producido una recuperación total. En 2022, la relación empleo-población del 56,2% era (aunque ligeramente) inferior al 56,9% de 2019. Además, había una brecha de empleo de al menos 22 millones: se trata de personas que buscan trabajo pero no lo encuentran, una cifra que se estima que aumentará a 26 millones en 2023. Hombres y mujeres, jóvenes y adultos siguen excluidos de la población activa en todas las subregiones del continente, continúa el informe.

La cantidad de horas trabajadas tampoco volvió a los niveles anteriores a la pandemia. La pérdida de horas de trabajo en los tres primeros trimestres de 2022 en comparación con el cuarto trimestre de 2019 se estimó en un 1,5% (1,9% para los hombres y 0,5% para las mujeres). Esto se relaciona con el problema del desempleo: casi 105 millones de personas están sin trabajo en Asia Pacífico, una cifra un 12% superior a las cifras de 2019. Por último, dos importantes tendencias positivas se invirtieron durante la pandemia: el descenso del empleo informal y la disminución del empleo vulnerable, dos problemas que volvieron a hacerse sentir y que no se resolverán a corto plazo.

Entre los países más afectados por la crisis se encuentra Myanmar, donde la pandemia se vio agravada por el conflicto civil que siguió al golpe militar del 1 de febrero de 2021. Sólo en ese año, la OIT calcula que se perdieron 1,6 millones de puestos de trabajo, con una disminución del 18% de las horas trabajadas respecto a 2020, lo que equivale a la jornada laboral de 3,1 millones de personas empleadas a tiempo completo. Son las mujeres, que trabajan principalmente en los sectores textil y turístico, las que han sufrido las mayores pérdidas.

Más de mil millones de trabajadores en Asia-Pacífico (de un total de 1.900 millones) trabajan en la agricultura y la pesca, la industria manufacturera y el comercio. Se trata de sectores en los que la productividad suele seguir siendo baja y que, por lo general, no ofrecen salarios decentes, buenas condiciones laborales ni seguridad en el lugar de trabajo. Los sectores que más se desarrollaron en términos de aumento del empleo son paradójicamente los que tienen menos trabajadores, que en su mayoría son hombres. El número de personas empleadas en los servicios informáticos, por ejemplo, creció un 7,2% anual entre 1991 y 2021. En ese año, sin embargo, sólo 9,4 millones de personas, o el 0,5% del total de los trabajadores, estaban empleados en el sector, y tres cuartas partes de los 8 millones de puestos de trabajo que se crearon en ese periodo fueron ocupados por hombres. En comparación, el comercio mayorista y minorista ganó 166 millones de trabajadores entre 1991 y 2021, cuando en la región trabajaban 277 millones de hombres y mujeres. Así pues, los hombres se concentran en sectores que ofrecen un mayor potencial salarial (como la informática), mientras que las mujeres siguen segregadas en sectores peor remunerados (por ejemplo, la restauración).

Según la OIT, el reto para el futuro será aumentar y mantener la inversión pública para garantizar el trabajo decente en todos los sectores, pero especialmente en aquellos en los que trabaja la mayoría de la población.