Saigón. La obra de los católicos hacia los enfermos de Hiv/Sida
Ho Chi Ming City (AsiaNews)- Discriminación, aislamiento y ostracismo de parte de las familias y de la sociedad golpean con mayor frecuencia a los enfermos de Hiv/Sida en Vietnam, un fenómeno en continuo crecimiento que registra al menos 29 nuevos casos, casi cada día. La oficina central de estadísticas para la curación y prevención del Hiv/Sida informa que hasta hoy hay 213.413 personas enfermas, de las cuales 63.373 enfermos de Sida declarado, mientras que los decesos ascienden a la cuota de 65.133. En particular, se registran siempre más casos en las provincias septentrionales del País con una mayor incidencia en Dien Bien Phu, que tiene el triste primado, el número de seropositivos es de 980 cada 100 mil. Aumentan los enfermos también en las dos principales ciudades, Hanoi y Ho Chi Ming City, donde cada día es más difícil controlar la difusión.
Un operador social de Saigón entrevistado por AsiaNews nos dice (detrás de anonimato) que los programas a escala nacional preparados por el gobierno son sólo un remedio "temporál". Los médicos no disponen de una "metodología" adecuada para el trabajo con los seropositivos y "faltan competencia y capacidad" para preparar un programa eficaz de intervención. Ayuda al aumento del problema la creciente "indiferencia" por parte de la sociedad civil hacia la enfermedad y las personas infectadas, en el contexto de una sociedad "consumista", que mira sólo al bienestar y a la riqueza.
En un cuadro de tintas siempre más obscuras, se destaca la obra de los católicos -sacerdotes, hermanas, laicos- de la arquidiócesis de Saigón, desde hace rato atentos al problema y activos desde el 2004 en el ofrecer sostén y ayuda médico-psicológico a los enfermos y a sus familiares. Fundador del programa de ayuda y asistencia es el cardenal Jean-Baptiste Pham Minh Man, que iniciando por la arquidiócesis de Ho Chi Ming City se agrandó en el tiempo hacia otras provincias de la zona.
Tres jóvenes enfermas cuentan a AsiaNews que "al principio hemos tenido en secreto la enfermedad" y "no habíamos contado nada a nuestros familiares". Luego surgió el deseo de decir la verdad, buscando ayuda y sostén, al cual siguió una creciente forma de aislamiento. "Desde que contamos la verdad -agregan- no nos han permitido dormir más en casa, comer con ellos ni usar el baño". Ellas han encontrado refugio y acogida en la arquidiócesis de Saigón, que las ha inserido en el programa de asistencia a los seropositivos
Un joven cuenta la consolación y el sentido de acogida que se recibe también sólo escuchando una misa, rezando "por nuestros amigos que ya se han ido". Al finalizar de una de estas actividades, AsiaNews encontró al p. Paul, representante del Comité pastoral diocesano para la curación de enfermos de Hiv/Sida. "Tenemos en preparación distintas actividades- explica- para la curación y el sostén de los pacientes. [...queremos] aliviar sus sufrimientos, ya sean físicos que mentales. Ellos así pueden sentir un poco de paz y de felicidad en Dios, sean ellos católicos o no".