Saigón, la "sopa de Madre teresa" para los enfermos de tumor
Ho Chi Ming City (AsiaNews)- "La solidaridad cristiana debe encontrar actuaciones concretas en la realidad [...] y las actividades de caridad deben involucrar a católicos y no católicos". Con este espíritu, de hace años Caritas y los voluntarios de la arquidiócesis de Ho Chi Ming promueven proyectos en favor de los enfermos de cáncer en el sur de Vietnam. Entre las muchas actividades, está la de la Asociación de madres católicas de la parroquia de Thanh Da, llamada: "Un plato de sopa de Madre Teresa", activo desde julio de 2011, el proyecto prevé la preparación y la distribución de comida- un plato de sopa- para los enfermos y para sus familiares. Joseph Thi, jefe del Comité pastoral de la parroquia de Thanh Da, define a estas mujeres como una "bendición del cielo", porque desarrollan un trabajo fundamental en un contexto social y sanitario difícil.
En poco menos de 3 años, la Asociación ha distribuido un plato de sopa a 17.400 personas, con un gasto total de 15.560 dólares. En los inicios, el proyecto preveía la preparación de 2 comidas calientes al mes, los cuales iban distribuidos a unas 200 personas. Hoy son más de 500 enfermos que pueden recibir regularmente asistencia por los voluntarios católicos y la variedad de platos se enriqueció con espaghetis de trigo, noodles, pan y elche para aumentar el apetito, favorecer la recuperación del físico y la resistencia de los enfermos.
Cada año en Vietnam se registran 150 mil casos nuevos de tumor, el número de los muertos ha llegado a la suma de 75 mil. La forma más difundida en los hombres es el cáncer de pulmón, seguido por el de hígado y colon. Entre las mujeres, el primer lugar es el de tumor de seno, luego estómago y útero. Entre las cusas principales de la difusión de las enfermedades, el 80% son imputables a factores externos, el primero es la dependencia del tabaco. Hay además malas costumbres alimentarias, una dieta demasiado grasa, escasas fibras y la falta de ejercicios. A esto se agregan productos contaminados- en particular las comidas que vienen de China, traídos por comerciantes sin escrúpulos que no dudan en poner en circulación productos que contienen químicos o aditivos, lo que les importa es enriquecerse.
Entre los centros de vanguardia para el tratamiento de los enfermos está el Instituto de tumores de Ho Chi Ming, que tiene una capacidad superior a los 1500 puestos cama. Es una realidad "única" para la salud local, cuenta Joseph Thi y acoge personas que provienen de todas las 10 provincias del sur de Vietnam. Cada año unas 800 mil personas atraviesan las puertas del Instituto para las curaciones de varias patologías neo-plásticas, "la mayor parte de las cuales proceden de zonas remotas, entre miles de dificultades cotidianas".
Las actividades caritativas de la parroquia de Than Da, están abiertas a fieles de otras religiones y se convirtieron en "una consolación para los enfermos", como nos cuenta una mujer budista cuyo padre enfermo "encuentra confortación" en el hablar con los católicos. Venimos de la provincia- cuenta- y no tenemos ni comida ni dinero. Recibimos un plato de sopa caliente y nos dan coraje, para gozar en el mejor modo posible los últimos días de mi padre. Esta es nuestra espiritualidad, tiene un gran valor y está cargada de significado".
Hoy en Vietnam, con una población de unos 87 millones de habitantes, los budistas son el 48%; los católicos poco más del 7%, seguidos por los sincretistas al 5%, al final un 205 que se declara ateo. Si bien es una minoría significativa, la comunidad cristiana es activa en particular en los sectores de la educación, la salud y en lo social. Por el contrario la libertad religiosa disminuye: la introducción del art. 92 ha impuesto de hecho, mayores controles y restricciones a la práctica del culto, que siempre está más vinculada a los dictámenes o directivas del gobierno y del Partido único comunista.