Revixit Spiritus Meus: la vida misionera del p. Quirino de Ascaniis en Hong Kong y en China
El misionero del PIME, Quirino de Ascaniis vivió por 76 años en Hong Kong y China en la zona de la diócesis bajo jurisdicción China, de la cual fue expulsado en 1951. Un testimonio en directa de la vida cotidiana de un misionero. La publicación de su diario.
Hong Kong (AsiaNews)- No hace mucho tiempo, me encontré discutiendo en Hong Kong con el padre misionero Sergio Ticozzi sobre la posibilidad de publicar con mi editorial Chorabooks materiales históricos sobre los misioneros en China y especialmente n Hiong Kong. Cuando recibí el texto del “diario” (no es tan sistemático para ser un diario, pero por el momento llamémoslo así) del p. Quirino De Ascaniis (1908-2009), me di cuenta que este texto tenía que hacerse conocer, no sólo para dar testimonio sobre la vida del p. De Ascaniis, que todos recuerdan como un “santo hombre”, sino y sobre todo para entender qué era China en la primer mitad del siglo pasado, el impacto de la misión católica entre los chinos y en Hong Kong, la actitud de los comunistas hacia las religiones en general. Así nació Revixit Spiritus Meus: Apuntes de un Misionero en China (2018 Chorabooks, adquirible en ebook y en papel en todos los negocios Amazon y en todas las librerías digitales online, un texto curado por el p. Sergio Ticozzi y con una introducción mía. El p. Quirino de Ascaniis, narrando los inicios de su vocación, dice así: “Una vez el confesor, del cual hice mención arriba, tratando del problema de las misiones, presentó a la vida misionera como un heroísmo de santidad. Quería decir que quien dedicaba su vida en predicar el Evangelio, en anunciar la Buena Noticia en tierras lejanas, era un santo”. Ciertamente, aquel confesor, había dicho una gran verdad: la misión es “heroísmo de santidad”. Heroísmo, en cuanto el misionero deja todo y a todos para hacerse prójimo para aquellos que están lejos de él y lejos de lo que para él (o ella) es más precioso: la fe cristiana. El misionero no es un benefactor, un psicólogo o un antropólogo; el misionero es un hombre de Dios que va a la misión para llevar a Dios y, como consecuencia, también el bien que deriva de la civilización occidental, de su matriz católica, por lo tanto del arte, la ciencia y toda la cultura. El misionero no es un operador social o cultural.
¿Quién era el p. De Ascaniis? Publicamos un breve perfil que hizo el p. Franco Cumbo en Misioneros dl PIME (se encuentra en www.atma-o-jibon.org) de Marzo de 2009, en ocasión de la muerte del padre Quirino:
“En la tarde del domingo 11 de enero de 2009, en la Casa para ancianos, atendida por las “Pequeñas Hermanitas de los Pobres”, el p. Quirino De Ascaniis se durmió tranquilamente en el Señor, justamente mientras rezaba delante del Santísimo Sacramento, adonde había sido llevado para la adoración eucarística comunitaria. Tnía 100 años y 5 meses, era el “decano” del Instituto. El p. Quirino nació el 5 de agosto de 1908, en Giulianova (Téramo). Entró en el Instituto en Génova en setiembre de 1929, proveniente del seminario diocesano de Téramo: Realizó sus Promesas definitivas el 11 de marzo de 1932. Ordenado sacerdote en Milán el 24 de setiembre de 1932, en agosto de 1933 dejó Italia para ir a la misión de Hong Kong. Después de estudiar chino, en 1936 fue inmediatamente a trabajar en los distritos meridionales de Wai Yeung (China). En diciembre de 1941, a causa de la guerra, fue obligado a dejar su distrito, pero volvió rápido y se quedó hasta su expulsión de China, en octubre de 1951. En Hong Kong fue rector del mismo distrito hasta 1961. De 1961 a 1965 fue asistente en la parroquia de Santa Teresa, en Kowloon y de 1966 a 1993 fue asistente en la iglesia del Santo Rosario y capellán del hospital “Queen Elizabeth”. En 1993 se retiró a la “Casa para ancianos San José”, dirigido por las “Pequeñas Hermanitas de los Pobres”, donde transcurrió tranquilo y sereno, en la oración y siempre con la sonrisa en los labios, los últimos años de su larga vida. El 10 de abril de 2008, en ocasión del 150° aniversario de la presencia del PIME en Hong Kong, festejó también sus 100 cumpleaños”.
Como podemos ver, una vida muy larga, una vida que se había enfrentado también con la guerra, con la ocupación japonesa, con el hambre y dificultades de una vida perjudicada (ver en el libro el episodio de las chinches que puede parecer una historia inocente, pero que en realidad, si se piensa un poco, nos hace entender las grandes dificultades que los misioneros deben vivir). Un testimonio interesante la del p. Quirino, templada por su modo de contar desmitologizando, casi como que no quisiese dar demasiada importancia a su persona en el haberse tenido que obrar en climas tanto históricos como cruciales. En concreto, un texto ágil pero denso que leyendo cosas del pasado nos ayuda a interpretar aquellas del presente.
19/06/2020 16:09