Protestas masivas en Tiflis

de Vladimir Rozanskij

La oposición continúa movilizándose cada noche para denunciar las manipulaciones de los votos que habrían conducido a un nuevo éxito del pro-ruso Sueño Georgiano. Se están recogiendo documentos para una investigación internacional, mientras que el gobierno saliente se mantiene en una posición expectante, apostando por las divisiones entre los partidos y no creyendo en su capacidad para implicar realmente a la población en la protesta.

Tiflis (AsiaNews) - Desde la noche del 4 de noviembre se suceden en Tiflis las protestas de la oposición contra la falsificación de las elecciones parlamentarias del pasado octubre, que con el 53,9% de los votos dieron la victoria por cuarta vez al partido Sueño Georgiano del oligarca prorruso Bidzina Ivanišvili, llamado por los opositores «la marioneta del Kremlin». En los mítines celebrados en la avenida Rustaveli prospekt, frente al edificio del Parlamento, intervinieron los líderes de la «Coalición por el Cambio», la mediática Nika Gvarami, y el empresario Mamuki Khazaradze, de «Georgia Fuerte», con mensajes desde la cárcel del ex presidente Mijail Saakašvili, fundador del Movimiento Nacional, según informó uno de los líderes del partido, Georgij Vašadze.

Los manifestantes exigen que se declaren nulas las elecciones y que se repitan, considerando ilegítimo el nuevo parlamento, y prometen ampliar e intensificar el frente popular de oposición, fijándose objetivos cada vez más concretos. Mientras tanto, se reunirá cada vez más documentación para someterla a una investigación internacional que conduzca a la condena de los culpables de falsificaciones, y ya se han presentado denuncias por más de dos mil escaños. Como dijo Nika Melia, otra dirigente de la Coalición, «la protesta no tendrá fecha límite y estaremos en la calle todos los días hasta la caída de este régimen».

Un grupo lo suficientemente numeroso como para impedir la entrada a nadie permanecerá frente al palacio, pero las concentraciones no se limitarán a la prospekt Rustaveli, donde inicialmente se reunió una masa de entre 4.000 y 5.000 personas, bloqueando el tráfico en todo el centro de Tiflis. Las manifestaciones cuentan también con el apoyo de la Presidenta Salome Zurabišvili, figura destacada en el rechazo de los resultados electorales, que a su vez acusó al Sueño Georgiano de «robar votos», lo que provocó las reacciones del Primer Ministro Iraklij Kobakhidze y del Presidente saliente del Parlamento, Šalva Papuašvili, que niegan cualquier irregularidad en el recuento de votos.

El 5 de noviembre, las manifestaciones se trasladaron al Tribunal de Apelación de la capital, mientras que se había anunciado una concentración en el Palacio de Deportes, tras las decisiones de los tribunales regionales de Tetritskaro y Gori de anular la votación en 30 colegios electorales, que ahora serán evaluadas en apelación. En palabras del representante del movimiento estudiantil Nabidži, Luka Čokhonelidze, «Ivanišvili intentó construir una imagen del país según la cual los que habían salido a la calle en marzo contra los agentes extranjeros votaron por ellos», pero ahora quieren demostrar «la auténtica voluntad de los georgianos sin trucos», como los centros de llamadas y los votos para otras personas, con los que supuestamente se arrebataron al menos 400.000 votos a la oposición, «especialmente falsificando los de los ciudadanos en el extranjero».

Zurabišvili señaló que 300.000 emigrantes votaron en Moldavia, garantizando la victoria de Maia Sandu, mientras que «esta posibilidad sólo se concedió a 34.000 ciudadanos georgianos, en una grave violación de la Constitución». Vašadze asegura que «se tomarán cada vez más iniciativas organizadas y planificadas, que nos llevarán a la victoria final», uniendo finalmente a todas las fuerzas de la oposición bajo el lema «no es mi protesta, es nuestra protesta, en la que cuenta la contribución de todos».

Uno de los representantes más influyentes de la mayoría gobernante es el alcalde de Tiflis, Kakha Kaladze, que dirigió palabras despreciativas a los opositores: «Han sido destruidos y aniquilados, qué oleadas de protesta pueden organizar jamás Gvarami o Khazaradze... ni siquiera se ponen de acuerdo en las redes sociales: los que quieren ir por un lado, los que planean montar tiendas de campaña por otro, son risibles comparados con los 1.120.000 personas que votaron por un futuro mejor». Kaladze también criticó el comportamiento del Presidente, que se negó a acudir a la fiscalía para declarar sobre las «supuestas falsificaciones». El gobierno y los miembros del Sueño Georgiano mantienen una posición expectante, al no creer en la capacidad de la oposición para implicar realmente a la población y no querer ofrecer razones que agraven el conflicto.