Presiones políticas y falta de libertad, la asfixia de las empresas europeas en China
Los inversionistas europeos reclaman una apertura económica y medidas de liberalización. El 43% de los empresarios de la UE se siente oprimido. Críticas por el fortalecimiento de las empresas estatales. La Unión Europea pretende una mayor reciprocidad en el trato, pero sigue con cautela la situación de Hong Kong. Varios países europeos se alinean con Washington y toman distancia de Beijing.
Beijing (AsiaNews) – Para las empresas europeas presentes en China, la economía del país está cada vez más politizada y dominada por el Estado. Es lo que surge de una investigación anual elaborada por la sede local de la Cámara de Comercio de la Unión Europea, que reclama una mayor apertura económica y medidas de liberalización – tomando como modelo aquellas que impulsaron Deng Xiaoping y Zhu Rongji en el pasado– para superar la crisis provocada por la pandemia de coronavirus.
El 43% de los empresarios entrevistados se siente oprimido por la política actuada por el gobierno. En ocasiones, bajo la amenaza de represalias, a las empresas europeas se les exige participar en la Belt and Road Initiative (la BRI, que tiene por meta reforzar el rol comercial de Beijing en el mundo); evitar comentarios sobre cuestiones ajenas a su ámbito de trabajo; especificar en sus documentos y sitios web que Hong Kong, Taiwán, el Tíbet y Xinjiang forman parte de la República Popular de China.
Poder acceder al mercado chino en igualdad de condiciones es la verdadera prioridad de los inversionistas europeos. Con ello se refieren al hecho de que las empresas del Estado, especialmente luego de reanudarse las actividades a posteriori de la emergencia de Covid-19, son cada vez más “grandes y fuertes”, a pesar de las eternas promesas de una reforma del sector que brinde mayor espacio a la iniciativa privada.
El líder de la diplomacia de la UE Josep Borrell ayer expresó las mismas preocupaciones, subrayando que las empresas chinas no sufren de ningún tipo de discriminación en Europa. Ahora, si no hay una reciprocidad de trato para los empresarios europeos, entonces será difícil para la Unión concluir un gran acuerdo de inversiones con Beijing antes de concluirse el 2020. Borrell habló al término de un meeting virtual con Wang Yi, el ministro de Relaciones Exteriores chino.
La UE se halla en el medio de un conflicto multifacético entre China y los Estados Unidos. Los dos gigantes se enfrentan en torno a las reglas del comercio internacional, al liderazgo en el desarrollo de las nuevas tecnologías, sobre las disputas territoriales en el Mar de China meridional y el estatus de Taiwán y Hong Kong.
Washington ha amenazado con sanciones ante la decisión china de imponer una draconiana ley de seguridad en Hong Kong. La Unión Europea ha condenado la medida de Beijing, sosteniendo que viola el principio de “un país, dos sistemas” en base al cual se funda la autonomía de la ciudad respecto a la madre patria. Al mismo tiempo, ha tomado distancia de la posición adoptada por los Estados Unidos, que han salido a demostrar su fuerza.
Lo cierto es que algunos países europeos, a título individual, están alineándose con los EEUU, y ya comienzan a manifestar una mayor oposición a las políticas chinas. Hace algunos días, el gobierno rumano vetó la construcción de dos reactores nucleares, un proyecto que llevaba adelante China General Nuclear, como parte de la BRI. Miloš Vystrčil, presidente del Senado de la República Checa, ayer brindó declaraciones y afirmó que a fines de agosto hará una visita a Taiwán. También resaltó que las amenazas de Beijing han reforzado su intención de concretar el viaje. Los líderes chinos se oponen a la iniciativa del político checo, ya que representa un reconocimiento indirecto de aquella que, para los chinos, es una provincia rebelde.
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