Presidente de los obispos coreanos: El Papa lleve a nuestra sociedad a madurar en todos los niveles
Cheju (AsiaNews)- Corea del Sur vivió en el último medio siglo. "Un desarrollo impresionante desde el punto de vista económico, político y religioso. Hemos dado pasos en adelante increíbles, pero ahora necesitamos parar y reflexionar sobre nuestra madurez también como Iglesia católica. El Papa nos ayudará en este proceso, estimulándonos en transformar el crecimiento mecánico en una relación más humano en todos los campos". Lo dice a AsiaNews mons. Pietro Kang U-il, presidente de la Conferencia episcopal coreana y obispo de Cheju.
Excelencia, ¿cuáles son los frutos que según Ud. la visita del Papa podrá traer a Corea?
Hoy el pueblo coreano, no sólo los cristianos, sino también tantos que no pertenecen a la Iglesia católica, esperan en modo sincero esta visita, con gran esperanza y tantas diversas expectativas. Una de las esperas más sentidas por todos es que el Papa pueda abrir un nuevo momento, una nueva fase para la reconciliación y la unidad entre las dos Coreas, la del Norte y la del Sur. Hemos siempre vivido, en los últimos 64 años, con aprensión y bajo la perenne amenaza de la guerra. Alguien dijo que la era de la Guerra Fría global había terminado con la disolución de la Unión Soviética, pero en la península coreana estamos obligados todavía a vivir bajo esa tensión de la Guerra Fría. Son innumerables las personas divididas en las propias familias de la Zona desmilitarizada, que por más de medio siglo no lograron encontrarse de nuevo desde la separación. Aquellos que han dejado su propia casa durante la última Guerra de Corea (1950-1952) esperan desesperadamente un reunificación, dado que muchos están muriéndose ya sea por la edad avanzada ya por las enfermedades. Muchos coreanos sienten que los propios líderes políticos no logran, por sus propios límites, eliminar la cortina de confrontación y de odio. Y de hace un poco de tiempo hemos iniciado a sentirnos aplastados entre las super-potencias de Asia nord-oriental. Nuestro sueño más grande es la paz, pero sólo el Señor podrá remover los obstáculos y las barreras que existen entre el Norte y el Sur. A este punto, y sólo a este punto, veremos realizarse realmente Su paz. Nosotros como coreanos esperamos sinceramente que el Papa Francisco pueda abrir una nueva era de reconciliación y diálogo, lanzando su mensaje de paz a Asia nord-oriental. Esto podrá ciertamente contribuir muchísimo a la paz en nuestro planeta.
¿Cuáles son las necesidades de la sociedad y de la Iglesia coreana hoy?
A menudo se dice que los sud-coreanos han vivido en los últimos 50 años un desarrollo tan rápido que a otras naciones les hubiesen requerido al menos 100 años. Se estima que en el último medio siglo los coreanos han alcanzado cambios realmente rápidos en el campo de la industria, de la democracia y también de la evangelización. Sin embrago, en el proceso que ha llevado a este progreso rápido, hemos pasado a través de diversas reacciones contrarias, que todavía producen sufrimientos y protestas en la población. En campo político, vivimos todavía una confrontación muy dura entre conservadores y liberales. En el campo económico, si bien la nación ha logrado sucesos importantes (como lo demuestra el Pib), la diferencia entre ricos y la masa pobre es casi insuperable. En el campo de la evangelización, la Iglesia obtuvo grandes sucesos desde el punto de vista de las conversiones. En el último medio siglo la población católica aumentó de 500 mil unidades a más de 5 millones. Pero hoy iniciamos a preguntarnos sobre la cualidad de la evangelización. La Iglesia de Corea puede haber convertido un gran número de personas a nuestra religión, pero no estamos muy confiados de haber evangelizado la vida de la población coreana hasta el punto que éstas puedan testimoniar los valores evangélicos en la sociedad. Hoy nuestra sociedad debe hacer un paso adelante; del desarrollo económico mecánico debe alcanzar un desarrollo que integre realmente al ser humano; la democracia de fachada debe pasar a una democracia del espíritu, que respete realmente los derechos humanos y los valores de cada individuo; de las actividades misioneras dirigidas sólo hacia los exterior debe alcanzar una madurez evangélica en la Iglesia.
¿Cuál es el valor misionero de la visita de Francisco?
Mirando a las visitas que el papa realizó hasta hoy, hemos entendido que él es juy sensible hacia todo lo que se refiere a los problemas de los pobres, sean de Lampedusa, de Brasil o del muro que divide a los israelíes y los palestinos. Nosotros creemos que hoy quiere visitar esta nación porque vivimos cada día en el peligro permanente de una guerra y porque eta península se aceleran las tensiones de las potencias globales, movidas por sus propios intereses y por el deseo de hegemonía en la región. Esperemos que el Papa provoque una verdadera oportunidad para mitigar la confrontación hostil, abriendo el camino a la paz. Y recemos para que pueda estimular a la sociedad coreana a alcanzar una verdadera madurez humana en todos los niveles.
