Policías condenados por tortura en Kazajistán
Con una sentencia que constituye un importante avance en materia de derechos humanos, cuatro agentes fueron condenados a penas de prisión de entre 2 y 7 años. Fueron acusados de torturar a dos presos, uno de los cuales murió como consecuencia de las agresiones.
Astaná (AsiaNews) - El tribunal especial para delitos graves de la ciudad de Shymkent, en Kazajistán, el 30 de junio tomó una decisión sumamente sorprendente para las tradiciones del país, y condenó a cuatro miembros de la policía a penas de entre 2 y 7 años de reclusión. Estaban acusados de torturar a dos presos, uno de los cuales murió como consecuencia de las agresiones. Sin embargo, tanto los condenados como los abogados de los perjudicados afirmaron que no estaban conformes y que apelarán la sentencia.
El 8 de diciembre de 2021 Nurbolat Žumabaev, de 30 años, y su amigo Sergei Petrov, un poco más joven, fueron arrestados y llevados al departamento de policía de Šymkent en calidad de sospechosos de participar en el robo de un automóvil muy costoso. Unas horas después, Zhumabaev murió en el mismo edificio. En un primer momento la policía afirmó que "se sintió mal durante el interrogatorio y falleció antes de que llegara la ambulancia", pero los familiares informaron posteriormente que habían encontrado numerosos signos de violencia en su cuerpo. El 11 de diciembre Eraly Žumakhanbetov, director del Departamento en ese momento, admitió que se había utilizado la violencia con el sospechoso, lo que confirmó la versión de los familiares de que había muerto debido a los golpes. Petrov también declaró que había sido objeto de violencia y se presentó una demanda por delitos de tortura contra los 4 policías, lo que despertó fuertes emociones en toda la sociedad kazaja.
La jueza Svetlana Šynalieva emitió finalmente el veredicto, un año y medio después de que ocurrieron los hechos. Daulet Ajmešov fue condenado a 7 años, Ualikhan Žanibekov a 7 años, Dinmukhammed Isaev a 3 años y medio y Ališer Otkirov a 2 años, aceptando parcialmente el pedido de la fiscalía, que proponía penas de entre 3 y 9 años. Sergej Petrov, superviviente de la tortura, ha declarado que nunca perdonará a los acusados y pidió al juez que les imponga la pena más severa posible. Los tres primeros condenados cumplirán sus condenas en una cárcel de seguridad media y serán privados del grado de cabo, mientras que Otkirov, también reducido al nivel mínimo, será recluido en una prisión de seguridad simple. Además, no podrán ejercer funciones directivas en ningún cuerpo de la policía durante otros 3 años; parte de la pena ya ha sido cumplida tras la detención, con prisión preventiva y domiciliaria, lo que reducirá la reclusión casi dos años.
En el juicio, el fiscal resumió los hechos desde el momento en que los policías detuvieron a los dos sospechosos en un bar, y luego los golpearon y torturaron durante casi una hora en la comisaría, sin haber hecho ninguna entrada en el registro correspondiente. Ajmešov fue el primero que se ensañó con Žumabaev y Petrov, propinándoles puñetazos y patadas, y arrojándolos sobre el piso helado de una celda sin calefacción, cuando hacía casi -30 grados. Luego los llevaron a diferentes salas y, de acuerdo con los demás policías, Aimeshov se quedó solo con Zhumabaev y le asestó un golpe mortal en el pecho.
En su testimonio, el asesino explicó que ambos se habían negado a proporcionar el código PIN de sus teléfonos móviles, "y nos vimos obligados a utilizar las porras" para encontrar las pruebas de su delito. Según la autopsia ordenada por el juez -que los familiares dieron a conocer a la prensa- la muerte también pudo haber sido causada por "electroshock", con signos de "hemorragia interna en el hígado" y "traumatismos en el estómago".
El hermano del fallecido y el propio Petrov recibieron una indemnización de 1 millón de tenge (unos 2.000 euros) de parte de cada uno de los condenados, por daños morales, y 5 millones (unos 10.000 euros) de Ajmešov y Žanibekov, pero sin otras sumas de parte del Estado. Los demandantes también pidieron la imputación del ahora ex director del distrito policial, el general Žumakhanbetov, por "negligencia en el desempeño de sus funciones", pero el juez desestimó la solicitud.
El cuerpo de Nurbolat descansa ahora en el cementerio de Kostanae, su ciudad de origen, y las organizaciones humanitarias kazajas e internacionales han pedido al gobierno de Astaná que tome medidas severas contra la tortura y la violencia en las cárceles e instituciones de investigación, donde ni siquiera se reconocen los derechos más elementales a los sospechosos.
14/07/2023 11:52