Papa: un domingo para la celebración, reflexiones y divulgación de la Biblia
Francisco instituyó el “Domingo de la Palabra de Dios”. Será celebrado en el II Domingo del Tiempo Ordinario, “en aquel período del año, cuando estamos invitados a reforzar las relaciones con los hebreos y rezar por la unidad de los cristiano”. “El día dedicado a la Biblia quiere ser no ‘una vez por año’, sino para todo el año, , porque tenemos urgente necesidad de volvernos familiares e íntimos de la Sagrada Escritura y del Resucitado”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- El III Domingo del Tiempo Ordinario será el “Domingo de la Palabra de Dios”, dedicado “solemnemente a la “celebración, reflexión y divulgación” de la Biblia que “no es una colección de libros de historia, ni de crónica, sino que está dirigida a la salvación integral de la persona”. Lo establece la Carta Apostólica en forma de “Motu proprio” “Aperuit illis”, publicada ayer.
“Las comunidades- se lee- encontraron el modo para vivir este Domingo como un día solemne. Será importante, entonces, que en la celebración eucarística se pueda entronizar el texto sagrado, haciendo evidente a la asamblea el valor normativo que la Palabra de Dios posee. En este domingo, en modo particular, será útil evidenciar su proclamación y adaptar la homilía para resaltar el servicio que se rinde a la Palabra del Señor”. Teniendo siempre presente que “el innegable enraizamiento histórico de los libros contenidos en el texto sagrado no debe ser olvidar esta finalidad primordial: nuestra salvación”.
Se deduce que la Biblia no es patrimonio de algunos, sino “libro del pueblo, cuantos tienen la vocación de ser ministros de la Palabra deben sentir fuerte la exigencia de hacerla accesible a la propia comunidad”.
“Francisco vuelve por lo tanto a afrontar uno de los temas que tiene en el corazón: la homilía, en particular, ésta tiene una función muy peculiar, porque “posee un carácter cuasi sacramental» (Exh. ap. Evangelii gaudium, 142). Ayudar a profundizar en la Palabra de Dios, con un lenguaje sencillo y adecuado para el que escucha, le permite al sacerdote mostrar también la «belleza de las imágenes que el Señor utilizaba para estimular a la práctica del bien»(ib.)
“¡Esta es una oportunidad pastoral que no hay que perder! Para muchos de nuestros fieles, de hecho, esta es la única ocasión que poseen para recibir la belleza de la Palabra de Dios y verla referida a su vida cotidiana. Es necesario, por lo tanto, que se dedique el tiempo oportuno para la preparación de la homilía” y que no se prolongue “más allá de la medida con homilía pedantes o usando argumentos extraños”.
Recordando el episodio de Emaús, Francisco subraya que en el explicar a los discípulos cuánto las Escrituras dicen de Él, “¡Cristo es el primer exegeta! No sólo las Escrituras antiguas han anticipado aquellos que Él habría realizado, pro Él mismo quiso ser fiel a aquella Palabra para hacer evidente la única historia de la salvación que encuentra a Cristo su cumplimiento”. “No una sola parte, sino todas las Escrituras hablan de Él. Su muerte y resurrección son indescifrables sin ellas”.
“El ‘viaje’ del Resucitado con los discípulos de Emaús se cierra con la cena”. “Comprendemos de esta escena cuanto sea inseparable la relación entre la Sagrada Escritura y la Eucaristía. El Concilio Vaticano II enseña: “La Iglesia siempre veneró las divinas Escrituras como hizo por el cuerpo mismo de Cristo, no faltan jamás, sobre todo en la sagrada litúrgica, de nutrirse del pan de vida de la mesa sea la Palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo, y de darlo a los fieles” (Dei Verbum, 21). La frecuentación constante de la Sagrada Escritura y la celebración de la Eucaristía hacen posible el reconocimiento entre personas que se pertenecen. Como cristianos somos un solo pueblo que camina en la historia, fuerte por la presencia del Señor en medio de nosotros que nos habla y nos nutre. El día dedicado a la Biblia quiere ser no ‘una vez por año’. sino una vez para todo el año, porque tenemos urgente necesidad de ser familiares e íntimos de la Sagrada Escritura y del Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en la comunidad de los creyentes”.
El documento subraya luego la unidad entre la Sagrada Escritura y Tradición “que también ella es Palabra de Dios”. “A menudo se corre el riesgo de separar entre ellas la Sagrada Escritura y la Tradición, sin comprender que juntas son la única fuente de la Revelación. El carácter escrito de la primera nada quita a sus ser plenamente Palabra viva; así como la Tradición viva de la Iglesia, que la transmite incesantemente en el curso de los siglos de generación en generación, posee aquel libro sagrado como la “regla suprema de la fe”. “Por otro lado, antes de ser un texto escrito, la Sagrada Escritura fue transmitida oralmente y mantenida viva por la fe de un pueblo que la reconocía como su historia y principio de identidad en medio de tantos otros pueblos. La fe bíblica, por lo tanto, se funda sobre la Palabra viva, no en un libro”.
Francisco explica también la elección del día de la celebración. “Este Domingo de la Palabra de Dios-subraya- se irá así a colocarse en un momento oportuno de aquel período del año, cuando somos invitados a reforzar las relaciones con los hebreos y a rezar por la unidad de los cristianos. No se trata de una mera coincidencia temporal: celebrar el Domingo de la Palabra de Dios expresa una valencia ecuménica, porque la Sagrada Escritura indica a cuantos se ponen en escucha el camino que hay que seguir para alcanzar una unidad auténtica y sólida”. (FP)
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