Papa: no hay verdadera misión sin nostalgia de los que se han ido

En la audiencia general, Francisco invitó a rezar por el sacerdote que quemaron vivo en Nigeria y por las víctimas del ataque con misiles en Ucrania. Cuando comienza la Semana por la Unidad de los Cristianos exhortó: “Que entre todos los creyentes en Cristo se afirme cada vez más el camino hacia la plena comunión y el compromiso por la paz”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La “nostalgia de los que se han ido” es uno de los rostros de la evangelización actual, dijo hoy el Papa Francisco en la audiencia general del miércoles que se llevó a cabo en el Aula Pablo VI del Vaticano. El Pontífice también invitó a los peregrinos a rezar por el padre Isaac Achi, sacerdote de la diócesis de Minna, en el norte de Nigeria, que fue quemado vivo el pasado domingo en su casa parroquial. “Cuántos cristianos sufren la violencia en carne propia”, reflexionó.

En su catequesis -continuando con el ciclo de meditaciones sobre la pasión por la evangelización, que comenzó la semana pasada- el pontífice se centró en Jesús como "modelo insuperable de anuncio". “El hecho de que Él sea el Verbo, es decir la Palabra, nos indica un aspecto esencial de Jesús: Él está siempre en relación, en salida, nunca aislado -comentó Francisco-. Cristo no solo tiene palabras de vida, sino que hace de su vida una Palabra, un mensaje: es decir, vive siempre orientado hacia el Padre y hacia nosotros".

En su condición de Buen Pastor -observó también el pontífice- Jesús no se limitaba a realizar “un trabajo, que requería tiempo y mucho esfuerzo; era realmente una forma de vida: veinticuatro horas al día viviendo con el rebaño, acompañándolo a pastar, durmiendo entre las ovejas, cuidando de las más débiles. En otras palabras, Jesús no hace algo por nosotros, sino que da todo, da su vida por nosotros".

Comentando luego la parábola del pastor que va en busca de la oveja perdida, señaló que “el corazón pastoral sufre, el corazón pastoral se arriesga. Dios sufre por el que se va y, mientras lo llora, lo ama todavía más. Pero, en respuesta a este sufrimiento, no se cierra sino que arriesga: deja las noventa y nueve ovejas que están a salvo y se aventura por la única perdida, haciendo algo arriesgado y también irracional, pero acorde con su corazón pastoral, que tiene nostalgia de los que se han ido”.

“Jesús -prosiguió- nos enseña la nostalgia por aquellos que se han ido; Jesús no tiene rabia ni resentimiento, sino una irreductible nostalgia por nosotros. Jesús tiene nostalgia de nosotros. Y yo me pregunto: nosotros, ¿tenemos sentimientos similares? Quizá vemos como adversarios o enemigos a los que han dejado el rebaño. Cuando los encontramos en la escuela, en el trabajo, en las calles de la ciudad, ¿por qué no pensar más bien que tenemos una hermosa oportunidad de testimoniarles la alegría de un Padre que los ama y que nunca los ha olvidado?”.

“No se trata de hacer proselitismo para que los otros sean 'de los nuestros' -aclaró Francisco-. Eso no es cristiano. Se trata de amar para que sean hijos felices de Dios. Pidamos en la oración la gracia de un corazón pastoral, abierto, que se pone cerca de todos - concluyó -. Nuestra vida sin este amor que sufre y arriesga no funciona. Si los cristianos no tenemos este amor que sufre y se arriesga, corremos el riesgo de apacentarnos sólo a nosotros mismos".

En sus saludos a los fieles, el pontífice recordó la Semana de oración por la unidad de los cristianos, que comienza hoy: "Invito a cada uno de ustedes a rezar y a trabajar para que entre todos los creyentes en Cristo se afirme cada vez más el camino hacia la plena comunión, y al mismo tiempo los animo a comprometerse, con dedicación y en todos los ámbitos de la vida, a ser constructores de reconciliación y de paz”, dijo.

Por último, volvió a pedir por la martirizada Ucrania: “El sábado pasado -recordó Francisco- hubo un nuevo ataque con misiles que causó muchas víctimas civiles, incluyendo niños. Hago mío el terrible dolor de las familias. Las imágenes y testimonios de este trágico episodio son un fuerte reclamo a todas las conciencias. No podemos permanecer indiferentes".