Papa: el testigo es aquel que manifiesta a Cristo
En la audiencia general, el Papa Francisco pone en luz la figura de Pedro, “que da la vida a la predicación del kerigma”. La concreción del “cuerpo de los creyentes” y de un “lugar”. La “caricia resanadora” de Pedro y la Iglesia “hospital de campo”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “El testigo es aquel que manifiesta a Cristo ya sea con las
palabras como con la presencia corporal”: lo subrayó hoy el Papa Francisco, hablando de la figura de Pedro en los Hechos de los Apóstoles, caracterizado por un “primado”: Es él que da el inicio a la predicación del kerigma en el día de Pentecostés (cfr Hech 2,14-41) y que en el Concilio de Jerusalén desarrollará una función directiva (cfr Hech. 15 t Gal 2,1-10)”. Hablando a los peregrinos reunidos para la audiencia general en la plaza de S. Pedro, él comentó el pasaje de Hechos 5,12. 15-16, en el cual el apóstol pasaba entre los enfermos y éstos eran curados si tocados por su hombra.
“Pedro se acerca a las camillas y pasa entre los enfermos (cfr Mt 8,17; Is 53,4). El pescador de Galilea, llamado a recoger no más las redes sino los corazones de quien acoge la vida de Cristo, no hace el protagonista. Pasa, sino que sea Otro quien se manifiesta: ¡el Cristo vivo y operante! El testigo, de hecho, es aquel que manifiesta a Cristo, ya sea con las palabras como con la presencia corporal, que él permite realizarse y ser la prolongación del Verbo que se hizo carne en la historia”. Casi subrayando la concreción del testimonio, el Papa agregó: “El cuerpo de los creyentes no es un accesorio extraño a la vida de la fe, ino que está hecho para vivir la comunión con Dios y con los otros, para manifestar la belleza de ser hijos, creados a imagen y semejanza del Padre”. “La “concreción” es también un “lugar”. El pontífice recordó que en los Hechos se habla a menudo del “pórtico de Salomón”, “un lugar donde el evento Cristo se comunica a través de la palabra, que mueve los corazones y que puede tocar y sanar también los cuerpos”.
Francisco también recordó su definición de la Iglesia como “hospital de campo”, que “recibe a las personas más débiles, o sea los enfermos. Su sufrimiento atrae a los Apóstoles, los cuales no poseen “ni plata ni oro” (Hch. 3,6) sino que son fuertes en el nombre de Jesús. A sus ojos, como a los ojos de los cristianos de cada tiempo, los enfermos son destinatarios privilegiados por el alegre anuncio del Reino, son hermanos en los cuales Cristo está presente en modo particular, para dejarse buscar y encontrar por todos nosotros (cfr Mt 25,36-40)”.
“Lleno del Espíritu de su Señor-continuó- Pedro pasa y, sin que él haga nada, su sombra se convierte en una ‘caricia’ sanadora, comunicación de salud, efusión de la ternura del Resucitado que se inclina sobre los enfermos y les restituye vida, salvación, dignidad… Y siendo que “Pedro es figura de la Iglesia” (BEDA EL VENERABLE, Exposición de los Hechos de los Apóstoles 5,15), su sombra evoca a aquella de la Iglesia, que en la tierra pone de pie a sus hijos y los destina a los bienes del Cielo”.
“La acción resanadora de Pedro suscita el odio de los saduceos, que encarcelan a los apóstoles y. asombrados por su misteriosa liberación, les prohiben enseñar- Entonces Pedro responde ofreciendo una clave de la vida cristiana: “obedecer a Dios en evz que a los hombres” (Hech 5,29), que significa escuchar a Dios sin reservas, sin reenvíos, sin cálculos; adherir a Él para ser capaces de alianza con Él y con quien encontremos en el camino”.
17/12/2016 13:14