Papa: el diálogo y la fraternidad son fundamentales para superar las crisis, desde la pandemia hasta la nuclear

En el discurso que Francisco dirigió a los diplomáticos de los 183 Estados acreditados ante la Santa Sede, habló sobre la necesidad de abordar temas como las vacunas para todos y la apertura a quienes se ven obligados a salir de su país, además de los principales lugares de crisis, desde Siria hasta Afganistán, pasando por Ucrania y Myanmar.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El diálogo y la fraternidad son "esenciales" para superar las crisis que atraviesa la humanidad, desde la pandemia, con las consecuencias económicas y sociales que ha provocado, hasta la crisis climática y los conflictos entre Estados. Así lo afirmó el Papa Francisco en la prolongada disertación que dirigió a los diplomáticos de los 183 estados acreditados ante la Santa Sede (a los que se suma la Unión Europea y la Soberana Orden Militar de Malta), en el tradicional discurso por el intercambio de felicitaciones por el nuevo año.

En su intervención Francisco señaló la necesidad de abordar cuestiones como las vacunas para todos y la apertura a las personas se ven obligados a abandonar su país, así como los principales lugares de crisis, desde Siria hasta Afganistán, pasando por Ucrania y Myanmar. Sin embargo, una vez más este año no se hizo referencia ni a la represión que está teniendo lugar en Hong Kong ni a las medidas antirreligiosas que está llevando a cabo Beijing. Omisiones que con toda probabilidad se deben al acuerdo secreto con China.

Silencios aparte, el análisis que hizo Francisco de la situación internacional comenzó con la constatación de que la pandemia "sigue creando aislamiento social y cosechando víctimas". La pandemia necesita respuestas tanto a nivel personal, ya que "el cuidado de la salud constituye una obligación moral", como a nivel político, con el compromiso "buscar el bien de la población a través de medidas de prevención e inmunización", y a nivel internacional "para que toda la población mundial pueda acceder de la misma manera a la atención médica esencial y a las vacunas". En este sentido, pidió que "las reglas monopólicas no constituyan ulteriores obstáculos a la producción".

El Papa recordó luego los viajes que pudo realizar el año pasado y se refirió en particular a la visita a Lesbos y el encuentro con los migrantes. Ante sus rostros “no podemos permanecer indiferentes ni quedarnos atrincherados detrás de muros y alambres espinados, con el pretexto de defender la seguridad o un estilo de vida. Por eso, agradezco a todos aquellos, personas y gobiernos, que se esfuerzan por garantizar acogida y protección a los migrantes”. Renovó así su agradecimiento a Italia y pidió a la Unión Europea "dar vida a un sistema coherente e integral de gestión de las políticas migratorias y de asilo, de modo que se compartan las responsabilidades". "Lamentablemente -agregó- también es preciso destacar que los mismos migrantes a menudo son transformados en armas de coacción política, en una especie de “artículo de negociación”, que despoja a las personas de su dignidad".

El análisis de las crisis internacionales comenzó con la constatación de la "crisis de confianza" que atraviesa el multilateralismo. “A menudo se toman importantes resoluciones, declaraciones y decisiones sin una verdadera negociación en la que todos los países tengan voz y voto. Este desequilibrio, que hoy se ha vuelto dramáticamente evidente, genera una falta de aprecio hacia los organismos internacionales por parte de muchos estados y debilita el sistema multilateral en su conjunto, reduciendo cada vez más su capacidad para afrontar los desafíos globales”. Como ocurre con la protección de los derechos. Entre ellos, Francisco quiso "señalar especialmente el derecho a la vida, desde la concepción hasta su fin natural, y el derecho a la libertad religiosa".

En esta perspectiva Francisco se refirió a las crisis internacionales, comenzando por el Líbano, para el que espera "las reformas necesarias y el apoyo de la comunidad internacional". En Oriente Medio, también Siria necesita "reformas políticas y constitucionales para que el país renazca, sin embargo, es también indispensable que las sanciones aplicadas no afecten directamente a la vida cotidiana, ofreciendo un rayo de esperanza a la población, cada vez más atenazada por la pobreza. Tampoco podemos olvidar el conflicto en Yemen, una tragedia humana que lleva años desarrollándose en silencio”. Y "no se produjo ningún avance en el proceso de paz entre Israel y Palestina".

El tema tan importante para Francisco del "cuidado de nuestra casa común", le recordó a Filipinas, "golpeadas en las semanas pasadas por un tifón devastador, como también en otras naciones del Pacífico" y sobre todo los compromisos relacionados con el Acuerdo. París.

“Son motivo de preocupación - dijo más adelante - las tensiones institucionales en Libia; así como también los episodios de violencia provocados por el terrorismo internacional en la región del Sahel y los conflictos internos en Sudán, Sudán del Sur y Etiopía, donde es necesario «encontrar el camino de la reconciliación y la paz a través de un debate sincero". Una vez más, "la confianza mutua y la voluntad para un debate sereno deben animar a todas las partes implicadas para encontrar soluciones aceptables y duraderas en Ucrania y en el Cáucaso meridional, así como evitar la apertura de nuevas crisis en los Balcanes, sobre todo en Bosnia y Herzegovina. Diálogo y fraternidad son más urgentes que nunca para hacer frente, con sabiduría y eficacia, a la crisis que afecta desde hace casi un año a Myanmar, donde las calles que antes eran lugares de encuentro son ahora escenario de enfrentamientos, que no perdonan ni siquiera los lugares de oración".

"Evidentemente, todos los conflictos se ven facilitados por la abundancia de armas disponibles y la falta de escrúpulos de quienes se encargan de difundirlas. A veces nos hacemos la ilusión de que las armas sólo sirven para disuadir a posibles agresores. La historia, y por desgracia también las noticias, nos enseñan que no es así”. Las armas nucleares despiertan especial preocupación, por lo que el Papa reitera que "su posesión es inmoral". Hablando de energía nuclear, Francisco afirmó que la reanudación de las negociaciones en Viena sobre el Acuerdo Nuclear con Irán son "importantes".

La educación y el trabajo son los dos últimos temas que aborda Francisco. Con respecto a la educación recordó lo que había escrito en el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz. La educación, reiteró, "vector principal del desarrollo humano integral, ya que hace a la persona libre y responsable", "es una expresión eminente del diálogo, porque no hay verdadera educación que no sea dialógica en su estructura". De esa manera, la educación "genera cultura y construye puentes de encuentro entre los pueblos".

El trabajo se define como un “factor indispensable para construir y mantener la paz”. La pandemia ha puesto a prueba la economía mundial "ha puesto aún más de manifiesto la persistencia de las desigualdades en diversos ámbitos socioeconómicos. Entre ellas, el acceso al agua potable, la alimentación, la educación y la atención médica. El número de personas que viven en pobreza extrema está aumentando considerablemente". "Por lo tanto, también en este terreno es necesaria una mayor cooperación entre todos los actores a nivel local, nacional, regional y mundial, especialmente en el próximo período, con los desafíos que plantea la deseada reconversión ecológica. Los próximos años serán una oportunidad para desarrollar nuevos servicios y empresas, adaptar los existentes, aumentar el acceso al trabajo digno y trabajar por el respeto de los derechos humanos y de niveles adecuados de remuneración y protección social”.

Francisco concluyó con una invitación a “no tener miedo de dar cabida a la paz en nuestras vidas, cultivando el diálogo y la fraternidad entre nosotros. La paz es un bien “contagioso”, que se propaga desde el corazón de quienes la desean y aspiran a vivirla, alcanzando al mundo entero”. (FP)