Papa: el bien común se defiende con amor, no con la fuerza
Francisco habló en el Vaticano, dirigiéndose a la Fundación "Gravissimum Educationis", e invitó a realizar un examen de conciencia sobre la actitud personal ante el conflicto de Ucrania: "¿Rezo? ¿Ayuno? ¿Hago penitencia? ¿O acaso vivo despreocupado, como normalmente vivimos las guerras lejanas?". Y en el mensaje dirigido a la Jornada Social Católica Europea que se está celebrando en Bratislava, escribió: este drama también nos empuja a "revisar el estilo y la eficacia de la política".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "La guerra no está lejos: está a nuestras puertas". Y frente a esta conciencia "¿qué hago?". El Papa Francisco volvió a hablar hoy de la "derrota de la humanidad" que el conflicto de Ucrania ha dejado a la vista de todos. Lo hizo al recibir en audiencia en la Sala Clementina a los participantes en el Congreso Internacional "Educar para la democracia en un mundo fragmentado", organizado por la Fundación Pontificia Gravissimum Educationis y que tiene lugar en la Universidad Lumsa de Roma.
“La guerra -subrayó el Papa- desafía especialmente a las instituciones educativas. "Pensemos en los numerosos soldados que son enviados al frente: son muy jóvenes, los soldados rusos, pobrecitos”, comentó. “Pensemos en tantos jóvenes soldados ucranianos; pensemos en los habitantes, en los jóvenes, en los niños, en las niñas.. Esto está ocurriendo cerca de nosotros. El Evangelio nos pide que no miremos para otro lado: el cristiano, cuando se acostumbra a mirar para otro lado, se convierte lentamente en un pagano disfrazado de cristiano". El Papa Francisco recordó que "aquí en Roma, en el Hospital Bambin Gesù, hay niños heridos por los bombardeos". Y nos invitó a preguntarnos qué hacemos, incluso a nivel personal, ante esta tragedia: "¿Rezo? ¿Ayuno? ¿Hago penitencia? ¿O vivo despreocupado, como normalmente vivimos las guerras lejanas?".
Al dirigirse a las realidades educativas, el Papa señaló "el totalitarismo y el laicismo" como "degeneraciones de la democracia" con las que hay que lidiar en la actualidad. Al ejercer “la opresión ideológica", explicó, "el Estado totalitario vacía de valor los derechos fundamentales de la persona y la sociedad, hasta suprimir la libertad". Pero también "el laicismo radical, que es a la vez ideológico, deforma el espíritu democrático de una manera más sutil e insidiosa: al eliminar la dimensión trascendente, debilita, y poco a poco anula, toda apertura al diálogo".
Por ello, las instituciones educativas están llamadas a alimentar en los jóvenes la sed de democracia: "Se trata de ayudarlos a comprender y apreciar el valor de vivir en un sistema democrático, siempre perfectible, pero capaz de salvaguardar la participación, la libertad de elección, de acción y de expresión de los ciudadanos. Y para ir por el camino de la universalidad frente a la uniformidad. El veneno es la uniformidad”. El Papa instó a “que los jóvenes aprendan la diferencia y también la practiquen".
También es necesario enseñar a los jóvenes "que el bien común va unido al amor". No se puede defender (el bien común) con la fuerza militar. Una comunidad o nación que quiere imponerse por la fuerza lo hace en detrimento de otras comunidades o naciones, y se convierte en fomentador de la injusticia, la desigualdad y la violencia. El camino de la destrucción es fácil de tomar, pero produce tantos escombros; sólo el amor puede salvar a la familia humana. Sobre esto, estamos viviendo el ejemplo más feo, cerca de nosotros". Y tenemos que educar a los jóvenes para que vivan la autoridad como un servicio, porque "cuando la autoridad pasa por encima de los derechos de la sociedad, de las personas, se convierte en autoritarismo y, finalmente, en dictadura".
El Papa Francisco también se refirió a la guerra esta mañana, en un mensaje enviado al arzobispo de Vilna, Mons. Gintaras Grušas, presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE), en la apertura de las Jornadas Sociales Católicas Europeas que se están celebrando en Bratislava. El desgarrador grito de ayuda de nuestros hermanos y hermanas ucranianos", reza el texto difundido por la Oficina de Prensa del Vaticano, "nos impulsa como comunidad de creyentes no sólo a reflexionar seriamente, sino a llorar con ellos y a hacer algo por ellos; a compartir la angustia de un pueblo cuya identidad, historia y tradición han sido heridas". La sangre y las lágrimas de los niños, el sufrimiento de las mujeres y los hombres que defienden su tierra o huyen de las bombas sacuden nuestra conciencia. Una vez más, la humanidad se ve amenazada por un perverso abuso de poder e intereses creados, que condena a personas indefensas a sufrir todas las formas de violencia brutal".
Para el Papa, este drama también debe impulsarnos a una "revisión del estilo y de la eficacia de la ars politica". "La guerra, que deja al mundo peor y es un fracaso de la política y de la humanidad, una entrega vergonzosa a las fuerzas del mal -concluye Francisco- puede provocar una reacción contraria, un compromiso para refundar una arquitectura de la paz a nivel global, donde la casa europea, nacida para garantizar la paz después de las guerras mundiales, tenga un papel primordial".
17/12/2016 13:14