Papa: La Eucaristía influencia a los bautizados, pero también a la ciudad terrena

En la audiencia a los miembros del Pontificio consejo para los congresos eucarísticos internacionales, el Papa Francisco exhorta a vivir el próximo Congreso eucarístico en Budapest (en 2020) como un testimonio para la sociedad moderna y secularizada. donde la fe se ha vuelto marginal. “En la Europa enferma de indiferencia”, difundir una “cultura eucarística”, hecha de “comunión”, “servicio”, “misericordia”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La Eucaristía “es el misterio pascual capaz de influenciar positivamente no sólo a los bautizados, sino también a la ciudad terrena en la cual se vive y se trabaja”: lo dijo el Papa Francisco cuando se encontró esta mañana con los participantes en la plenaria del Pontificio consejo para los congresos eucarísticos internacionales, en el proceso de preparar para el año 2020 el Congreso eucarístico en Budapest (Hungría). En esta “gran ciudad europea” el evento eucarístico se comparará “con la modernidad secularizada y con una globalización que arriesga de cancelar las peculiaridades de una historia rica y multiforme”, de la Iglesia y de los congresos, que se realizan desde hace más de 100 años.

“¿Qué significa- se pregunta Francisco- celebrar un Congreso Eucarístico en la ciudad moderna y multicultural en la cual el Evangelio y las formas de la pertenencia religiosa se volvieron marginales?”. La respuesta: En la Europa enferma de indiferencia y atravesada por divisiones y clausuras”, significa difundir una “cultura eucarística”, que se califica por tres actitudes-

La primera es “la comunión”: “Es justamente la comunión con Cristo el verdadero desafío de la pastoral eucarística, porque se trata de ayudar a los fieles a comulgar con Él presente en el Sacramento para vivir en Él y con Él en la caridad y en la misión. A esto contribuye fuertemente también el culto eucarístico fuera de la Misa que constituye desde siempre un momento importante en estas citas eclesiales. La oración de la adoración enseña a no separar a Cristo Jefe de su Cuerpo, o sea la comunión sacramental con Él desde aquella con sus miembros y del consecuente compromiso misionero”.

La segunda actitud es “el servicio”. “La comunidad eucarística, comunicando a la suerte de Jesús Siervo, se vuelve ella misma ‘sierva´”. El Papa explica que “los cristianos sirven a la causa del Evangelio colocándose en los lugares de la debilidad y de la cruz para compartir y sanar” y elenca algunos de estos lugares: “familias en dificultad, jóvenes y adultos sin trabajo, enfermos y ancianos solos, migrantes marcados por las fatigas y las violencias y otras pobrezas”. En todos, “los bautizados siembran… una cultura eucarística haciéndose servidores de los pobres, no en nombre de una ideología sino del Evangelio mismo, que se vuelve regla de vida de los individuos y de las comunidades, como lo atestigua la ininterrumpida cantidad de santos y santas de la caridad”.

La tercer actitud es “la misericordia”: “Todos se lamentan por el río cargado de miseria que recorre la experiencia de nuestra sociedad. Se trata de tantas formas de miedo, opresión, arrogancia, maldad, odio, clausuras, descuido del ambiente y así otras cosas. Y sin embargo los cristianos experimentan cada domingo que este río en inundación no puede nada contra el océano de misericordia que inunda el mundo. La Eucaristía es la fuente de este océano...La misericordia entra así en las venas del mundo y contribuye en la construcción de la imagen y de la estructura del Pueblo de Dios adapta al tiempo de la modernidad.