Papa: De Juan el Bautista a Jesús. El drama de la gente sin hogar
En el Ángelus, el Papa Francisco explica el primer anuncio de Jesús: el tiempo cumplido y la conversión. “La vida es un don del infinito amor de Dios, pero es también el tiempo de verificación de nuestro amor por Él”. Oración silenciosa por Edwin, un indigente nigeriano de 46 años que murió de frío a pocos pasos de la Basílica de San Pedro. La oración ecuménica en San Pablo Extramuros. La invitación a los periodistas: "vayan y vean, incluso allí donde nadie quiere ir, para dar testimonio de la verdad".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – El evangelio de la misa de hoy (Marcos 1,14-20), nos muestra “el ‘paso del testigo’ de Juan el Bautista a Jesús. Juan fue su precursor, le preparó el terreno y el camino: ahora Jesús puede iniciar su misión y anunciar la salvación ya presente”. El Papa Francisco comenzó de esta manera su reflexión antes del Ángelus de este domingo. Un dolor de ciática le impidió presidir la misa de esta mañana, dedicada al domingo de la Palabra de Dios. Sin embargo, guió la oración a María, desde la biblioteca del Palacio Apostólico. Después del Ángelus, Francisco rezó por un hombre nigeriano sin techo, que murió de frío cerca del Vaticano.
Para el Papa Francisco, el mensaje de Jesús contenido en el Evangelio de hoy nos invita a reflexionar sobre dos temas: "el tiempo y la conversión”.
“El tiempo ‘cumplido’ es aquel en el que esta acción salvífica llega a su culmen, a su plena actuación: es el momento histórico en el que Dios ha enviado al Hijo al mundo y su Reino se ha hecho más ‘cercano’ que nunca”.
Y luego, la “conversión”. “Es decir, se trata de cambiar de mentalidad y de vida: no seguir más los modelos del mundo, sino el de Dios, que es Jesús. Es un cambio decisivo, de visión y actitud. De hecho, el pecado trajo al mundo una mentalidad que tiende a la afirmación de uno mismo contra los demás, e incluso contra Dios, y a este fin no duda en usar el engaño y la violencia”.
“Para cada uno de nosotros – agregó - el tiempo durante el que podemos acoger la redención es breve: es la duración de nuestra vida en este mundo”. Francisco luego contó que un anciano le dijo en su lecho de muerte: ‘¡Cómo ha volado la vida!’”.
“La vida – continuó el pontífice - es un don del infinito amor de Dios, pero es también el tiempo de verificación de nuestro amor por Él. Por eso, cada momento, cada instante de nuestra existencia es un tiempo precioso para amar a Dios y al prójimo, y así entrar en la vida eterna”.
“Que la Virgen María nos ayude a vivir cada día, cada momento, como tiempo de salvación en el que el Señor pasa y nos llama a seguirlo. Y nos ayude a convertirnos de la mentalidad del mundo a la del amor y del servicio”, concluyó.
Luego de la oración mariana, el pontífice primero recordó que este domingo está dedicado a la palabra de Dios, e invitó a todos a redescubrir las Sagradas Escrituras, citando una frase de San Jerónimo: “Quien ignora las Escrituras, ignora a Cristo”.
Inmediatamente después, invitó a la gente a rezar en silencio por Edwin, un indigente nigeriano de 46 años que murió congelado el 20 de enero, a pocos pasos de la Basílica de San Pedro. Recordó que cuando un pobre hombre murió de frío en Roma, el Papa San Gregorio Magno no celebró ni dejó celebrar la misa porque era ‘como un Viernes Santo’.
Por último, el Papa pidió a todos que se unieran espiritualmente a la oración ecuménica que se celebrará mañana por la tarde en la Basílica de San Pablo Extramuros. Dado que hoy se celebra la memoria de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas, el pontífice recordó el Mensaje para la Jornada de las Comunicaciones Sociales que dio a conocer ayer e instó a los periodistas a que "vayan y vean, incluso allí donde nadie quiere ir, para dar testimonio de la verdad".
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