Papa: "Cumplir los mandamientos no por miedo, sino para encontrar a Jesús"

En la audiencia general del miércoles el Papa hizo una reflexión sobre el "valor propedéutico de la Ley" según el apóstol Pablo. En un video mensaje, el pontífice reitera su invitación a vacunarse contra el Covid-19 y hacer que la vacuna sea verdaderamente accesible en todo el mundo: "Un acto de amor por uno mismo y por todos los pueblos".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Los mandamientos no se deben cumplir por miedo, sino como un camino para encontrar a Cristo, explicó hoy el Papa Francisco en la audiencia semanal de los miércoles, que se llevó a cabo en la sala Pablo VI y en presencia de pocos miles de fieles.

Continuando con el ciclo de catequesis dedicado a la carta a los Gálatas, el pontífice se centró en el tema del valor propedéutico de la Ley (Gal 3, 23-25). El Papa se refirió a la imagen del pedagogo que propone Pablo y observó que el Apóstol "parece sugerir a los cristianos que dividan la historia de la salvación en dos partes: antes de creer en Cristo Jesús y después de haber recibido la fe". A partir del acontecimiento de la muerte y resurrección de Jesús, "hay un 'antes' y un 'después' con respecto a la Ley misma". Los Mandamientos siguen vigentes, pero de otra manera, "porque por sí misma la Ley no puede justificar después que ha venido el Señor Jesús".

La historia anterior - continuó el Papa - estaba determinada por estar "bajo la Ley", expresión que Pablo usa por primera vez en su carta a los Gálatas: "El significado subyacente - explicó Francisco - implica la idea de un sometimiento negativo, propio de los esclavos. El Apóstol lo explica diciendo que cuando uno está "bajo la Ley" es como si estuviera "vigilado" y "encerrado", una especie de custodia preventiva. Ese tiempo, dice San Pablo, ha durado mucho - desde Moisés hasta la venida de Jesús - y continúa mientras se vive en pecado”.

"En resumen, la Ley lleva a definir la transgresión y a hacer que las personas sean conscientes de su pecado". Es más, estar "bajo la ley" significa seguir estando "con la puerta abierta al pecado" porque, “como enseña la experiencia común, el precepto termina por estimular la transgresión”. Y de esa manera resulta clara la imagen del pedagogo que utiliza Pablo: "En el sistema escolar de la antigüedad - recordó el pontífice - el pedagogo no tenía la función que le atribuimos hoy, es decir, la de contribuir a la educación de un niño o una niña. En esa época era un esclavo que tenía la tarea de acompañar al hijo del amo hasta el maestro y luego acompañarlo de vuelta a casa. Entonces tenía que protegerlo de los peligros, supervisarlo para que no se comportara de manera incorrecta. Su función era más bien disciplinaria. Cuando el niño se hacía adulto, terminaba la función del pedagogo”.

Y eso es precisamente lo que debe ocurrir en el cristiano a través del encuentro con Jesús. “La Torá, es decir, la Ley - continuó el Papa Francisco - había sido un acto de bondad por parte de Dios hacia su pueblo. Ciertamente había tenido funciones restrictivas, pero al mismo tiempo había protegido al pueblo, lo había educado, lo había disciplinado y lo había sostenido en su debilidad, y sobre todo lo había protegido del paganismo”. Pero tenía "una función limitada en el tiempo". "Una vez que se alcanza la fe, la Ley agota su valor propedéutico y debe ceder el paso a otra autoridad". Esto no significa, por supuesto - añadió inmediatamente el Papa - “que podemos decir ‘creemos en Jesucristo y hacemos lo que queremos’. ¡No!, los Mandamientos siguen allí, pero no nos justifican. Hay que obedecerlos, pero no nos dan la justicia. El mérito de la fe es recibir a Jesús. El único mérito es abrir el corazón”. De esa manera, cumplir los mandamientos se convierte en "una ayuda para el encuentro con Jesucristo".

Todo esto repercute en la vida de cada uno de nosotros: "Nos hará bien preguntarnos - concluyó el Papa Francisco - si todavía vivimos en la etapa en la que necesitamos la Ley, o si por el contrario somos bien conscientes de haber recibido la gracia de habernos convertido en hijos de Dios para vivir en el amor. ¿Cómo vivo yo? ¿Con miedo de que si no hago esto iré al infierno? ¿O yo también vivo con esa esperanza, con esa alegría de la gratuidad de la salvación en Jesucristo? Es una hermosa pregunta. Y también la segunda: ¿desprecio los Mandamientos? No. Los observo, pero no como absolutos, porque sé que lo que me justifica es Jesucristo”.

Esta mañana, antes de la audiencia, la Santa Sede había difundido un video mensaje de adhesión del Papa Francisco a la campaña internacional "Depende de ti", en el cual reiteró la importancia de vacunarse contra el covid-19. “Vacunarse - dice el pontífice en el video - con vacunas autorizadas por las autoridades competentes, es un acto de amor. Y ayudar a que la mayoría de las personas se vacunen es un acto de amor. Amor por uno mismo, amor por la familia y los amigos, amor por todos los pueblos. El amor también es social y político. Hay amor social y amor político, es universal, siempre rebosante de pequeños gestos de caridad personal capaces de transformar y mejorar las sociedades. Pido a Dios - concluye el Papa Francisco - que todos puedan aportar su granito de arena, su pequeño gesto de amor. Por pequeño que sea, el amor siempre es grande".