Papa, nuevo ciclo de catequesis sobre el Espíritu Santo

En la audiencia de los miércoles comenzó una nueva reflexión sobre la acción del Espíritu Santo en la historia de la salvación: "El Espíritu es la armonía", explicó Francisco. Habló sobre los "estragos" que la humanidad hace en la Creación y propuso seguir el "camino de la contemplación", como Francisco de Asís. Recordó a las víctimas de la avalancha que se produjo en Papúa Nueva Guinea. Sobre Ucrania, Palestina y Myanmar: "La guerra es una crueldad".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- El Papa Francisco está cerca de las personas afectadas por la devastadora avalancha que se produjo entre el 23 y el 24 de mayo en Papúa Nueva Guinea, en la provincia de Enga, y sepultó a más de dos mil personas según estimaciones de la ONU. Invitó a todos a dirigir el pensamiento a ellas al terminar la audiencia general del miércoles, que tuvo lugar hoy en la plaza de San Pedro. “Quiero asegurar mis oraciones por las víctimas – dijo -. Que el Señor consuele a los familiares, a los que han perdido su casa y al pueblo papú". En septiembre el pontífice visitará este país de Oceanía durante su viaje al Sudeste Asiático.

Refiriéndose también como siempre a los países en guerra ("Mi pensamiento se dirige a la martirizada Ucrania"), el Papa Francisco recordó el encuentro que tuvo lugar en Roma el pasado fin de semana, con motivo de la primera Jornada Mundial de los Niños, con niños y niñas que sufren las consecuencias de la violencia,. “El otro día recibí a niños y niñas que sufrieron quemaduras o perdieron las piernas en la guerra. La guerra siempre es una crueldad”, afirmó. Contó que los pequeños que están empezando a caminar y moverse nuevamente, incluso con la ayuda de prótesis, "han perdido la sonrisa". “Y no olvidemos a Palestina e Israel. Que sufren mucho. Que termine la guerra”, añadió. También dirigió un pensamiento a Myanmar. “Recemos para que el Señor esté cerca de todos y nos dé la gracia de la paz”.

El Santo Padre recordó a don Giuseppe Rossi, sacerdote y mártir, beatificado el domingo en Novara. “Párroco celoso de la caridad. No abandonó al rebaño durante la trágica época de la Segunda Guerra Mundial, sino que lo defendió hasta derramar su sangre. Que su heroico testimonio nos ayude a afrontar las pruebas de la vida con fortaleza”, propuso. A lo que siguió un aplauso. A continuación compartió un comentario con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro con motivo de la solemnidad de San Pablo VI, que se celebra hoy. “Que este aniversario ayude a todos a redescubrir la alegría de ser cristianos, suscitando un compromiso renovado en la construcción de la civilización del amor. Y por favor, si tienen tiempo, lean la carta Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, que sigue siendo muy actual".

En la apertura de la audiencia, el Papa Francisco - que la semana pasada concluyó el ciclo dedicado a "Los vicios y las virtudes" - inició una nueva catequesis sobre: "El Espíritu y la Esposa. El Espíritu Santo guía al pueblo de Dios al encuentro con Jesús, nuestra esperanza". Su reflexión se centró en el tema El espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas (lectura de referencia Gén 1, 1-2). Es el comienzo de un camino que continuará "recorriendo las tres grandes etapas de la historia de la salvación: el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y el tiempo de la Iglesia", explicó. Las primeras reflexiones, que se compartirán en las próximas semanas durante las audiencias generales del miércoles, estarán centradas en el descubrimiento "de que lo que se presenta como promesa en el Antiguo Testamento se ha realizado plenamente en Cristo". La reflexión de hoy comienza con los primeros versículos del Génesis: "Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios aleteaba sobre las aguas”. (Génesis 1:1-2).

“El Espíritu de Dios se nos aparece como el poder misterioso que hace que el mundo pase de su estado inicial informe, desierto y sombrío a su estado ordenado y armonioso”, explicó el Santo Padre. Es decir, el Espíritu permite la transformación del caos en armonía. "Este indicio aún vago de la acción del Espíritu en la creación se va haciendo más concreto a lo largo de la revelación", como se demuestra en varias ocasiones en el Nuevo Testamento. Pero el apóstol Pablo introduce un nuevo elemento de la relación entre el Espíritu y la Creación. “Habla de un universo que «gime y sufre como con dolores de parto» (ver Rom 8,22)”, explicó. Esta es una realidad actual, "que nos concierne de cerca y de forma dramática". La causa del sufrimiento de la Creación es "la corrupción y el pecado de la humanidad, que la ha arrastrado en su alejamiento de Dios". “Vemos los estragos que la humanidad ha causado y sigue causando en la creación, especialmente por parte de quienes tienen mayor capacidad para explotar los recursos naturales”, añadió Bergoglio. Francisco de Asís ofrece una salida a esta "masacre", con su Cántico de las criaturas: "el camino de la contemplación y de la alabanza". Se trata de "anteponer la alegría de contemplar a la alegría de poseer”, dijo el Papa Francisco. "El Espíritu es armonía".

Continuó luego explicando el significado del caos, que puede ser externo o interno, y uno es espejo del otro. El primero es "un caos social, un caos político: pensemos en las guerras, pensemos en los muchos niños que no tienen nada que comer, en las muchas injusticias sociales". Es imposible transformar esto en armonía, según el Pontífice, "si no empezamos a curar el segundo". “hagamos un buen trabajo para que nuestra confusión interior se transforme en una claridad del Espíritu Santo: es el poder de Dios el que lo hace. Nosotros le abrimos nuestros corazones para que Él pueda hacerlo”, añadió. Y concluyó proponiendo: "Pidamos al Espíritu Santo que venga a nosotros y nos haga personas nuevas, con la novedad del Espíritu".