18/07/2024, 16.57
LINTERNAS ROJAS
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Obreros, trabajadores autónomos y jóvenes chinos contra el aumento de la edad de jubilación

El gobierno quiere elevar la edad de jubilación a los 65 años para 2045. Pero ya en este momento el sistema jubilatorio chino no funciona como debería. Los empleados y funcionarios públicos cuentan con una cobertura regular de seguridad social, pero los que van a trabajar a la ciudad desde las zonas rurales sufren una serie de discriminaciones. Los jóvenes también manifiestan preocupación por las elevadas tasas de desempleo.

Beijing (AsiaNews) - El envejecimiento y la progresiva reducción de la población activa están poniendo cada vez más a prueba el sistema jubilatorio chino, que, según la tendencia actual, podría quedarse sin recursos para la seguridad social en 2035. A pesar de la reforma jubilatoria que se llevó a cabo en 2021 para llevar la edad de jubilación a los 65 años en 2045, existe una serie de problemas y disparidades entre los trabajadores, señala un análisis del China Labour Bulletin, y los obreros, los trabajadores autónomos y los jóvenes que ingresan al mundo laboral han manifestado cierta oposición a la medida propuesta por el gobierno.

En China, los hombres pueden acceder a la jubilación a los 60 años y las mujeres entre los 50 y los 55 años, siempre que hayan hecho al menos 15 años de aportes. Pero existen enormes disparidades entre los trabajadores urbanos, empleados en dependencias públicas y empresas del Estado, y los migrantes provenientes de las zonas rurales: el porcentaje de trabajadores urbanos que se jubilan a los 50 años es del 63,4%, el doble del 31,1% de los que vienen del campo.

Esto se debe a las diferencias en las coberturas jubilatorias entre las categorías de trabajadores, que se han mantenido sustancialmente sin cambios a lo largo de los años. En efecto, antes los trabajadores de la ciudad no estaban obligados a pagar cuotas anuales a la seguridad social, pero de todos modos se les garantizaba una jubilación y cobertura médica. Incluso después de la transición al sistema de contratos de trabajo en la década del '90, la situación se mantuvo sin cambios y también comenzaron a conceder jubilaciones anticipadas.

En cambio los trabajadores inmigrantes son discriminados por el sistema "hukou", según el cual los servicios, incluida la seguridad social, se proporcionan en función del lugar de residencia. A fines de 2022, aunque la población que vivía en la ciudad era el 65%, sólo tres cuartas partes tenían un hukou urbano. Eso significa, según estimaciones de la Universidad de Tsinghua, que alrededor de 200 millones de personas no tienen derecho a acceder a los servicios básicos.

Además, los trabajadores provenientes de las zonas rurales suelen recibir salarios en negro. Según datos de 2017, solo el 35% de los trabajadores migrantes tenían un empleo regular con contrato. El problema afecta sobre todo al sector de la construcción, donde se convoca a los operarios en forma diaria (muchas veces esperan en la calle para que los recojan los camiones que los llevan al lugar de trabajo) y por tanto no tienen ningún tipo de seguridad social.

En esos casos, al terminar su carrera laboral los operarios, si reciben algo de sus empleadores, son cantidades muy bajas, como 174 yuanes (25 dólares) al mes, frente a los 3.326 (460 dólares) de un empleado urbano. También los trabajadores de lo que se denomina “gig economy”, como los repartidores, en la mayoría de los casos no tienen ningún tipo de cobertura de seguridad social, a veces simplemente por falta de información. Una realidad que, según el China Labour Bulletin, seguirá creciendo en un futuro próximo.

Otra discriminación que afecta a los trabajadores de más edad es que encontrar trabajo en una fábrica después de los 40 años es casi imposible en China, y si un trabajador es despedido sin haber cumplido los 15 años de antigüedad corre el riesgo de no tener acceso a una jubilación. Y tendrá que seguir trabajando sin un contrato de trabajo legal.

En resumen, todas estas problemáticas se traducen en una realidad: muchas personas siguen trabajando después de alcanzar la edad de jubilación, a pesar de la normativa actual que impide a las empresas contratar legalmente a los mayores de 60 años. Y por tanto aquellos que trabajan más allá de la edad de jubilación lo hacen en negro y sin posibilidad de seguir pagando aportes.

A estas dificultades se sumó después la crisis económica que comenzó en 2020. Actualmente muchos chinos, sobre todo los que trabajan por cuenta propia, prefieren pagar sólo 15 años de aportes para acceder a la pensión mínima, o no pagarlos en absoluto para tener mayor disponibilidad de dinero.

Por lo tanto, el aumento de la edad de jubilación se mira con sospecha: los trabajadores temen verse obligados a trabajar más tiempo renunciando a una cantidad de dinero que dudan que les genere beneficios en la jubilación. Una desconfianza que también comparten los jóvenes, que temen que el nivel de desempleo juvenil, actualmente del 15%, seguirá aumentando si trabajadores cada vez mayores siguen ocupando los puestos disponibles.

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