Nuevas sanciones de EE. UU. a empresas que entrenan pilotos militares chinos
Washington anunció medidas contra empresas chinas y extranjeras por entrenar pilotos militares y contribuir al desarrollo de armas. El reclutamiento de militares retirados de los países de la OTAN es una práctica que tiene más de una década. En vísperas del viaje del secretario de Estado Blinken a Beijing el 18 de junio, la Casa Blanca expresó su preocupación por la base de espionaje en Cuba.
Beijing (AsiaNews)- Estados Unidos impuso nuevas sanciones a las empresas que, según Washington, están colaborando con China en la formación de pilotos militares y en la investigación y desarrollo de nuevas armas. La administración del presidente demócrata de EE. UU., Joe Biden, ha publicado una lista de 43 nombres de China y otros países extranjeros que se agregarán a la lista de los que ya están sujetos a controles de exportación, como una escuela de pilotos en Sudáfrica. Las empresas incluidas en la lista de sancionados tienen límites y restricciones para la compra de bienes que exporta Estados Unidos destinados a actividades que se consideren contrarias al interés nacional de dicho país.
En la lista figura, por ejemplo, Test Flying Academy of South Africa, una escuela de pilotos. El centro se encontraba desde hace tiempo en la mira del gobierno de Londres porque en varias oportunidades habría reclutado pilotos militares británicos retirados para dictar sesiones de entrenamiento a sus colegas militares chinos. Analistas y expertos creen que el reclutamiento de pilotos de la Alianza Atlántica (OTAN) por parte de Beijing comenzó hace más de una década y ha continuado a lo largo del tiempo.
El ministro de Defensa alemán Boris Pistorius se reunió con su homólogo chino, Li Shangfu, a principios de este mes y en esa oportunidad pidió a Beijing que suspenda esa práctica, concretamente en lo que se refiere al reclutamiento de pilotos retirados del ejército alemán. Por otra parte, la agencia de inteligencia de Berlín afirma que los pilotos retirados también serían los encargados de transmitir habilidades y tácticas militares que podrían ser útiles a China para atacar Taiwán.
El Ministerio de Defensa británico descubrió que 30 expertos militares, entre ellos algunos que han pilotado sofisticados aviones de combate, habían sido contratados para entrenar a colegas del Ejército Popular de Liberación de China (EPL), a menudo con lucrativas remuneraciones. Las autoridades de Londres consideran que esta práctica amenaza la seguridad nacional y han intensificado la colaboración con los aliados para impedir los planes de China.
En este contexto se entiende la noticia del arresto del ex piloto de combate estadounidense Daniel Edmund Duggan, detenido en Australia por haber entrenado a algunos pilotos militares chinos el año pasado. Duggan también fue acusado por Estados Unidos de transmitir conocimientos sobre las tácticas, técnicas y procedimientos asociados con el despegue y aterrizaje en un portaaviones, en violación de las leyes de tráfico de armas.
La lista también incluye una empresa de seguridad y aviación, Frontier Services Group, anteriormente dirigida por el fundador de Blackwater, Erik Prince.
Algunas entidades chinas se encuentran en la lista por adquirir materias primas procedentes de Estados Unidos para la modernización militar de China, como el desarrollo de armas hipersónicas. Dos empresas chinas han sido sancionadas por haber supuestamente suministrado tecnología al gobierno de Beijing para monitorear a los uigures y otros grupos étnicos en Xinjiang. En este sentido, el gobierno chino niega la acusación de violación sistemática de los derechos humanos y la creación de campos de reeducación en Xinjiang, negación que choca con las numerosas pruebas aportadas al respecto por ONG internacionales y grupos activistas.
Beijing criticó las sanciones impuestas por Estados Unidos y el portavoz de la cancillería china, Wang Wenbin, exhortó a "dejar de abusar de las medidas de control de exportaciones". El domingo 18 de junio se espera la visita del secretario de Estado estadounidense a la capital china.
Por su parte, la Casa Blanca ha expresado su preocupación por la base de espionaje china en Cuba, que se anunció precisamente en vísperas de la visita de Antony Blinken a Beijing, cuyo principal objetivo es limitar el riesgo de enfrentamiento entre ambas potencias tras las fricciones (o enfrentamientos) de los últimos meses. El viaje ya estaba programado desde hace tiempo y fue aplazado en febrero, cuando Estados Unidos derribó un globo espía chino. Una pieza más en el complicado mosaico de relaciones entre ambos países, que según muchos expertos y analistas se encuentran en el nivel más bajo de los últimos años.