Nha Trang, católicos en revuelta contra los “maleducados” turistas chinos en visita a la catedral
El Comité del Partido local recomienda tener abierto el lugar de culto para los visitantes de más allá de la frontera. Pero los fieles no están de acuerdo: los chinos amenazan a quienes rezan, son causa del degrado y comprometen la tradición cultural. Para los católicos es un “deber” defender la sacralidad del lugar.
Nha Trang (AsiaNews)- El creciente número de turistas chinos que visitan la catedral y sus alrededores, que se caracterizan por su (escaso) dinero y su (gran) falta de educación, dio inicio a un duro enfrentamiento entra la diócesis de Nha Trang y la municipalidad de la ciudad. En una nota difundida a principios de abril, la sección local del Partido comunista envió una “carta de recomendación” al comité parroquial pidiendo que tuviesen abierta la zona y permitieran el acceso a los visitantes que vienen del otro lado de la frontera. La misiva fue enviada a la policía para su conocimiento y al frente patriótico. Sin embargo, fieles y eclesiásticos protestan por la falta de educación de los turistas que terminan profanando el lugar de culto.
Nha Trang es una ciudad marítima de la provincia de Khánh Hóa, en la costa centro meridional de Vietnam. Un informe difundido por el consejo de administración del ente provincial del turismo demuestra que, hasta marzo de este año, unos dos millones de personas ya han visitado la zona. Un dato que representa un aumento del 15% con respecto al mismo período del año pasado. Y quienes encabezan las visitas son los chinos, que representan una vasta mayoría.
Sin embargo, se trata de un turismo barato, de un "llega y vete", que terminó empobreciendo el nivel de atracción del área y que le ha hecho perder puntos en los mapas regionales e internacionales del turismo. Lâm Duy C., presidente de la Asociación de turismo de la provincia de Khánh Hòa, subraya las “duras consecuencias” derivadas de este tipo de visitantes. Ellos provocaron el “degrado, han causado la contaminación ambiental y un impacto negativo en las relaciones sociales”. Además, ha quedado comprometida la “tradición cultural” de las “comunidades locales”.
Frente a los pedidos de las autoridades, el comité diocesano responde confirmando graves críticas hacia un turismo que no respeta la dignidad de la fe. El señor Nguyễn T., líder católico local, explica que la catedral formuló una especie de código de conducta en el cual se exhorta a los visitantes a vestirse de modo adecuado, a hablar discretamente y a no realizar actos irrespetuosos frente a los fieles en oración o que asisten a la misa.
“Van al santuario -agrega- para exhibir sus cámaras fotográficas y tomar fotos. Hablan y se ríen de un modo exagerado. Son comportamientos que repercuten negativamente en la sacralidad de la iglesia y que falta al respeto a los parroquianos”. La señora María Nguyễn N. ha enviado una cartal al obispo Mons. Joseph Võ Đức Minh, quejándose de las delegaciones de turistas chinos, que en algunos casos llegan incluso a amenazar a los fieles que están en oración.
Interpelada por AsiaNews, la señora Mai, una fiel de la zona, cuenta que “los turistas chinos, cuando entran en la iglesia lo hacen hablando en voz alta. Van de aquí para allá. Algunos dan la espalda al altar, se apoyan con la barbilla en la mesa y se sientan”. Es un tipo de turismo “equivocado”, agregan en coro los parroquianos y es un “deber” defender la sacralidad del lugar de los “comportamientos inadecuados”.
Fue tajante la réplica de la sección local del partido comunista, según el cual no es posible aplicar estas reglas y prohibiciones porque terminarían “limitando” la afluencia de turistas. Además del daño a las cajas de la provincia, se arriesgaría minar las relaciones con China.
El cruce entre los dos frentes por el momento no ha sido resuelto.
08/10/2015