Nagasaki: Del Papa esperamos un nuevo impulso en la difusión del Evangelio
Mañana el Papa Francisco estará en Nagasaki de vista al Museo de los Mártires japoneses. Para el director, el p. Domenico Vitali, desde hace 55 años en Japón, el Museo es un elemento importante en la sociedad del país: “Los mártires han traído otra visión de mundo”. En la sociedad secularizada, todos están muy ocupados: no hay tiempo para educar a los hijos.
Nagasaki (AsiaNews) – “Un nuevo impulso a la difusión del Evangelio”: es el don que el p. Domenico Vitali, jesuita de 82 años, originario de Macerata, se espera del Papa Francisco. Desde hace más de 55 años en Japón, el p. Vitali trabajó en Tokio y Hiroshima y desde 2018 es el director del Museo de los Mártires. El pontífice dejó esta mañana Tailandia y está llegando a Japón, donde permanecerá hasta el 26 de noviembre. Mañana, 24 de noviembre, visitará justamente el Museo de los Mártires. Este surge sobre la colina de Nishizaki y comprende una verdadera y propia exposición de museo y una gran capilla.
Dentro están expuestos objetos históricos únicos sobre los 26 mártires de Nagasaki (entre los cuales Pablo Miki y algunos niños que fueron alegres hacia la crucifixión) y sobre la persecución contra los cristianos que duró casi 3 siglos, hasta la era Meiji (1868). En Nagasaki fueron descubiertos los famosos “cristianos escondidos”, que por siglos han transmitido su fe de padre a hijo en un modo subterráneo, sin iglesias ni sacerdotes.
El p. Vitali recibe a tantos peregrinos que llegan de visita. Entre los japoneses hay sobre todo estudiantes de las escuelas católicas; entre los extranjeros hay coreanos, taiwaneses, chinos,...A continuación la entrevista que nos ha concedido en la vigilia de la llegada del Papa Francisco.
Padre, ¿qué espera de la visita de este pontífice?
El Papa es hijo de inmigrantes que llegaron a Argentina. Vivió esta experiencia; conoce por experiencia las dificultades para adecuarse a un nuevo país.
Se espera que la visita del Papa facilite la apertura hacia los inmigrantes, para que sean vistos no como gente que da fastidio, un peso, sino como personas que se pueden integrar en la sociedad japonesa, que pueden ayudar y ser útiles.
Este es el primer Papa que eligió el nombre de Francisco. Él fue atraído por la perspectiva de san Francisco que llama a todos “hermano” y “hermana” y fue el primero en ir en amistad hacia los islámicos. Ningún Papa precedente había osado tomar este nombre porque comporta mucha responsabilidad. Llama “hermano” al sol, “hermana” a la luna. Pero esto vale no sólo para la naturaleza. Esta fraternidad es una belleza que debe ser aún más acentuada entre todos los hombres de la tierra.
¿Usted, personalmente qué espera?
Me espero un nuevo impulso en la difusión del Evangelio aquí en Japón porque me parece que estamos un poco en decadencia. La primera misión del Papa es anunciar el Evangelio de Nuestro Señor y esto es también la primer tarea que nosotros tenemos como Iglesia en Japón. Por lo tanto me espero un estímulo en este sentido. A la Iglesia en Japón hoy le cuesta crecer y tengo la impresión que el impulso misionarios haya disminuido.
¿Qué representa el museo de los mártires para Japón?
Japón no ve la historia de los mártires como una historia propia, japonesa; no la considera como una componente importante de su historia, sino que la ve como algo que vino del occidente y desapareció. Pero, ella es un elemento importante en la historia japonesa porque los mártires han traído otra visión del mundo; han traído el cristianismo que enseña a ver las cosas en una manera muy diversa.
Los mártires han sacrificado la vida para ser sinceros consigo mismos. Son un testimonio que tenemos una conciencia personal para seguir. Han dado la vida por algo que se puede conocer a través de la fe, por un Dios que no es un rey pasajero, sino Aquel que ha creado todo.
¿Y para la Iglesia universal?
Los mártires son importantes para crear la conciencia que la Iglesia está fundada y existe para todos los pueblos y naciones. Los mártires de Nagasaki son una confirmación de la verdad y de la autenticidad de la fe no sólo en tiempos de los romanos, al tiempo de Nerón. Por los mismos motivos de entonces los mártires japoneses han dado la vida. Por esto en el cristianismo no fue algo de pasajero, sino de duradero; se demostró verdadero en la historia de la humanidad.
Desde los tiempos de los mártires, la Iglesia japonesa parece proceder con lentitud y fatiga...
Lentitud y fatiga porque no se funda sus raíces tan profundamente como las tenía antes de las persecuciones. Entonces había casi más cristianos que ahora.
En estos meses cambió el emperador. El hecho que el emperador esté relacionado con el sintoísmo es un hecho que incide en modo muy profundo en Japón. Esto podría ser otro motivo por el cual es difícil para el cristianismo entrar en Japón.
¿Y los jóvenes, se convierten al cristianismo?
Los jóvenes que se convierten al cristianismo son pocos también porque en Japón se perdió la fuerza de educarlos. Nosotros jesuitas, por ejemplo teníamos 4 colegios y vivían más de 10 padres en cada colegio. De los colegios salían muchos católicos y también vocaciones.
Ahora hay 1 solo padre que trabaja y enseña en los colegios y están disminuyendo las personas comprometidos en el campo educativo. También Europa y América han perdido el sentido de evangelizar y comunicar el cristianismo a los otros países.
El Papa Francisco soñaba venir a japón como misionero, pero no pudo (por motivos de salud). Como Papa, ¿qué impacto tiene en este país?
Tiene un gran impacto sobre el tema de la paz y de la bomba atómica. Como los Papas precedentes tomó una posición clara contra la bomba atómica y las armas nucleares.
¿Cómo se ve la fe en una sociedad tan avanzada y secularizada?
Una sociedad secularizada no aprecia los valores espirituales y religiosos. Es una sociedad ocupadísima: lo son todos, desde los más pequeños a los más grandes. También si están en casa, continúan usando teléfonos celulares, internet, etc...Hasta en las familias cristianas no se logra educar hoy a los niños.
Los “cristianos escondidos” en cambio han educado a sus hijos por 250 años y también en las persecuciones lograron conservar la fe y educar a sus niños en las casas. No sé si el Papa tocará este tema de la educación, pero es muy importante.
Los mártires no fueron italianos como fruto de esta educación cristiana. Fueron educados en casa y murieron en Tsuwano. En Tsuwano, Mori-chan (una niña de 6 años) supo responder a los guardias. Estos le prometían que si renunciaba a Jesucristo, le habrían dado golosinas. Mori-chan respondió: “No quiero vuestras golosinas porque en el paraíso tendré mejores”. Educar así a una niña de 6 años, hoy es casi una empresa imposible: no lo logramos.
¿Pero los cristianos pueden ser todavía levadura en esta sociedad?
Yo pienso que sí, pero necesitamos ser ayudados y esperemos que el Papa nos estimule.
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