19/10/2020, 10.16
RUSIA-ASIA CENTRAL
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Más relaciones entre Moscú y los países de Asia Central, para excluir a los EEUU

de Vladimir Rozanskij

En una videoconferencia de los ministros de Relaciones Exteriores de los cinco países centroasiáticos, se planteó la propuesta de estrechar relaciones entre la Federación Rusa y la región como un bloque único. Hay posiciones en común, en la esfera político-diplomática; no hubo ningún pedido de mejorar la situación de los derechos humanos y las minorías. Intento de quitar espacio aéreo a los EEUU. 

 

Moscú (AsiaNews) - El 15 de octubre se celebró una videoconferencia entre los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y de cinco países de Asia central (Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán), el llamado CA+1. Con ello, Moscú propone ir más allá de la fórmula de las relaciones bilaterales, y considerar el Asia Central como una única región en las relaciones con la Federación de Rusia. Estados Unidos también había propuesto un enfoque similar hace tiempo, pero Rusia parece tener más posibilidades de lograrlo, gracias al legado soviético que la vincula a estos países, donde el idioma ruso sigue estando muy difundido.

En tiempos de revoluciones y cambios de régimen en todo el espacio ex-soviético - que aún sacude a varios países como Kirguistán - la Rusia de Putin trata de apuntalar la dimensión imperial que la ha distinguido durante varios siglos, sobre todo más allá de los Urales, para mostrar las capacidades de agregación del llamado "mundo ruso", que es la principal perspectiva de la política exterior de de Putin. Después de la reunión del 15 de octubre, el diálogo de los gobiernos de CA+1 debería ser estable y de amplio alcance.

Los cinco países de Asia Central ya han mantenido relaciones colectivas con los EE.UU., pero también con la Unión Europea y el Japón. Están desarrollando estrategias particulares para este marco geopolítico, como lo han hecho los americanos con un plan quinquenal para el 2020-2025. El nuevo enfoque de Rusia, que dio lugar a un documento programático preparado en Moscú, muestra que Rusia no sólo sería el "+1" del grupo, sino también su verdadera fuerza motriz.

A diferencia de los planes americanos y europeos, en la propuesta rusa no se insiste en la necesidad de desarrollar la democracia en los distintos países, vista como un modelo "liberal" poco adecuado. Lo mismo ocurre con la protección de los derechos humanos y las minorías, que tampoco son muy populares ni en Rusia ni en el llamado "triángulo mongol" de la antigua Corasmia. En cambio, se apoyan las posiciones comunes en la esfera política y diplomática, con procedimientos constantes de consulta colectiva, incluso a nivel de organismos internacionales como la ONU y los diversos organismos mundiales sobre las cuestiones más candentes de la política y la sociedad.

El documento garantiza el respeto recíproco de la integridad y la seguridad interna de los distintos países, con promesas de ayuda mutua en caso de necesidad. Los seis países del grupo se comprometen a no poner su territorio y su espacio aéreo y marítimo a disposición de necesidades bélicas que no estén directamente relacionadas con sus intereses, a otros países de fuera de la región y especialmente a los Estados Unidos. De hecho, los estadounidenses están negociando la posibilidad de sobrevolar esas zonas con sus propios aviones militares y de observación, especialmente en Kazajistán y Uzbekistán, sobre los corredores hacia y desde Afganistán.

Rusia propone a los cinco países que cooperen más estrechamente en la lucha contra el terrorismo, el tráfico de drogas y el contrabando de armas, y también en la esfera de la ciberguerra, cada vez más intensa, en esta era de campañas "híbridas". Se brinda un gran espacio a los programas de cooperación comercial y desarrollo del transporte en la región, que actualmente se ven gravemente comprometidos por las limitaciones del Covid-19. La propuesta de facilitar los procedimientos aduaneros entre Rusia y Asia Central es de particular importancia para Moscú, a fin de eludir las sanciones americanas.

Con estos programas, Rusia pretende ampliar la Unión Euroasiática que rige actualmente con Kazajistán y Bielorrusia, visto el incierto escenario de su aliado tradicional, Minsk, donde las protestas contra el presidente Lukashenko no tienen visos de detenerse. El primero de octubre hubo nuevas manifestaciones masivas, no solo en la capital sino también en varias ciudades de Bielorrusia, esta vez con el título “Marcha de los partidarios”. Pese a que la policía rusa y las brigadas Omon tratan de ahogar la protesta y arrestan a la mayor cantidad posible de personas, el movimiento que impulsa un cambio de régimen prosigue con gran pasión. Además, en Kirguistán, el gobierno que acaba de asumir el mando no brinda muchas garantías de estabilidad y fidelidad a los compromisos con Moscú.

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