Moscú, el arte de la película ‘Matilde’ y la moral pública
La película trata del amor entre el zar Nicolás II y una bailarina. Las proyecciones se realizan con escolta policial. Consejo Interreligioso: Decimos No a la coerción, pero la verdadera cultura contiene un ideal moral. La amargura del patriarca Kirill: Es un milagro si las religiones crecen, aún a pesar de la cultura televisiva y de internet. El ministro de Cultura es acusado de plagio.
Moscú (AsiaNews)- Hace algunos días que en Rusia comenzó a proyectarse la tan discutida película “Matilde” del cineasta Aleksej Uchitel’. La obra trata de la historia de amor entre el joven Nicolás II y la bailarina Matilde Kseshinskaia, favorita de la corte de los últimos Romanov que ya suscitara muchos contrastes. En medio de propuestas de salir a las calles a protestar, y los intentos de sabotaje, a raíz de los cuales se ha procedido a instalar cordones de fuerzas del orden, los representantes de las instituciones religiosas decidieron dar su parecer sobre el argumento.
De hecho, el 24 de octubre, en Moscú, en la vigilia de la avant premier de la película, se reunió el Consejo Interreligioso de Rusia, compuesto por los exponentes de las religiones “tradicionales” de Rusia a partir del patriarcado ortodoxo, junto a musulmanes, budistas, judíos y cristianos de otras confesiones. El tema del encuentro no centró en la película “sacrílega”, sino que se referió a la libertad de expresión en general, y a su nexo con la moral pública.
Según los miembros del Consejo Interreligioso, la creatividad de los artistas debe estar limitada por las exigencias de la moral y del respeto de los derechos de las demás personas y sobre todo, por un respeto a la visión del mundo de los grupos y de las comunidades religiosas. El Consejo invitó a todos los operadores del arte y de la cultura a ser más responsables en su actividad dándose cuenta del influjo que las producciones artísticas pueden tener sobre el ánimo y sobre la condición espiritual de la sociedad en su totalidad.
Los jefes de las religiones de Rusia afirman que no es raro que “la creación de obras de arte sean utilizadas intencionalmente para humillar la dignidad humana, a través de la tergiversación de los hechos y la difamación de figuras cruciales de la historia nacional y esto no puede justificarse”. Se permite el desprecio de las cosas sagradas y la propaganda de la inmoralidad, ofendiendo los valores religiosos y nacionales, como justamente sucede en la película en cuestión, que se ha convertido en el símbolo de toda forma de arte “destructiva” que hay que contrastar y censurar.
Sin embargo, el Consejo no propone volver a adoptar formas de represión cultural, típicas de la Rusia zarista o del orden soviético: “El Estado no puede obrar en el ámbito de la cultura con métodos de coerción; sino que debe más bien apoyar aquellas iniciativas que ayuden a un fortalecimiento de la cohesión social y de la armonía entre las religiones”. “La verdadera cultura -según los líderes religiosos rusos-“contiene en sí un ideal moral, que suscita en el ánimo humano el deseo de la verdad y del bien, y hace crecer el amor al prójimo y a quienes están lejanos”.
El encuentro se desarrolló en un lugar muy significativo: el Museo Judío y Centro de la Tolerancia de Moscú. En la ocasión participó el mismo Patriarca Kirill (Gundjaev), que contemplando el cielo tapizado de estrellas, representando a las víctimas del Holocausto, quiso comentar a los presentes los recientes acontecimientos referidos a la película de Uchitel’. Observando lo que está sucediendo en vista de las pasiones suscitadas por la conocida película”- observó el rabino Adolf Shaevich-“me parece que hay demasiado fanatismo al respecto, por parte de personas que quieren parecer más santos que el patriarca mismo. Admiro la paciencia y la tolerancia de la Iglesia Ortodoxa al respecto”.
Kirill, replicando la observación del rabino, no quiso referirse directamente a la cuestión de la película “Matilde”, recordando que “rara vez miro la televisión, pero cuando empiezo a dar vueltas por los canales, me agarra la angustia. En el primer canal se ven películas de violencia y criminalidad, en el segundo lo mismo y así en el tercero y en todos los demás… es toda una propaganda de la criminalidad, del desenfreno de los sentidos, de un estilo de vida salvaje que se vuelca sobre el espectador. Sumemos a esto la red de internet… si pensamos en la capacidad de nuestras religiones de influir sobre todo esto que muestran hoy en la televisión y en los medios de información, debemos hacer un monumento al hecho de que, frente a esta total libertad de hoy, las religiones se desarrollan y se refuerzan”.
La discusión sobre la libertad y la utilidad social del arte y de la cultura se complicó ulteriormente en estas semanas, en vista de la clamorosa aprobación de la tesis doctoral del Ministro de Cultura, Vladimir Medinskij, que tiene por título, justamente, la objetividad de la historia patria. La tesis, que no fue aprobada por el Colegio de expertos de la Academia de las Ciencias debido a la amplia presencia de plagio y de contradicciones internas, fue sorprendentemente acogida por la cúpula de la Academia, que resaltó su importancia para orientar a las conciencias y recibir la historia de la patria de modo adecuado, suscitando las protestas de todo el mundo académico. Sobre la historia pasada, Rusia trata de reconstruir su identidad futura, que todavía sigue siendo muy incierta.
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