Moon, agradecido por el apoyo del Papa Francisco. Mons. Gallagher en Corea: esperanza y confianza a futuro

El representante de la Santa Sede se encuentra de visita por seis días. La oración y la determinación del pueblo coreano traerán “muchas cosas buenas”, a pesar de las dificultades. Mons. Gallagher se dirige a los norcoreanos y les dice: “Marchemos hacia adelante”. Se multiplican los contactos entre las dos Coreas.

Seúl (AsiaNews/Agencias) – Gratitud y respeto hacia el pontífice, ya que con su apoyo y su oración ha ayudado a lograr el acercamiento entre las dos Coreas. Son las palabras con las que el presidente surcoreano Moon Jae-in recibió a Mons. Paul Gallagher, “ministro de Relaciones Exteriores” de la Santa Sede, quien se encuentra de visita en Seúl por seis días.

El arzobispo llegó ayer, invitado por el gobierno surcoreano. Durante su estadía se prevén diálogos con el presidente, con la ministra de Relaciones Exteriores Kang Kyung-wha, y con 45 parlamentarios católicos. Ayer, el representante de la Santa Sede presentó los saludos personales del Papa a Moon y al pueblo surcoreano, además de una invitación a visitar el Vaticano en el mes de octubre.

Hoy, Mons. Gallagher viajó al Área de seguridad conjunta (JSA), cerca de la frontera militarizada inter-coreana, llevando consigo un mensaje de esperanza: la determinación del pueblo coreano a “decidir su futuro”, que, con el sostén de la oración de los cristianos y de los “demás hombres y mujeres de buena voluntad”, logrará superar las dificultades y obtener “muchas cosas buenas”. Respondiendo al pedido de dirigir un mensaje a los norcoreanos, el diplomático vaticano afirmó: “La humanidad siempre debe marchar hacia adelante. Vamos adelante, afrontando nuestros desafíos. Cualquiera sea el lado de la frontera en que nos encontremos, cualquiera sea la situación en que nos hallemos, debemos tratar de trabajar y promover el desarrollo de la sociedad”.

En tanto, los intercambios entre las dos Coreas se intensifican. Ayer, funcionarios de ambos países acordaron, a través de una declaración conjunta, colaborar para proteger los bosques de la península y así evitar los daños causados por insectos dañinos. En la misma jornada, el deporte fue nuevamente una ocasión para el acercamiento: las jugadoras de básquet de las dos Coreas se batieron en una partida amistosa en Pyongyang, jugando en equipos mixtos cuyos nombres eran “Team Peace” y “Team Prosperity”.