Manila: confirmaron la muerte de ambos líderes de los rebeldes comunistas

de Stefano Vecchia

Benito y Wilma Tiamzon eran el presidente y la secretaria general del partido. El ejército filipino afirma que murieron en un enfrentamiento armado, pero fuentes del partido dicen que fueron torturados y asesinados. Entre 1969 y 2008 el enfrentamiento entre rebeldes marxistas y fuerzas gubernamentales costó la vida de más de 43.000 personas.

Manila (AsiaNews) - Fuentes del Partido Comunista de Filipinas (PCF) confirmaron hoy la muerte de Benito y Wilma Tiamzon, respectivamente presidente y secretaria general del partido, después de que las Fuerzas Armadas filipinas dieran la noticia, afirmando que ocurrió durante un enfrentamiento armado en agosto de 2022.

La cúpula de las Fuerzas Armadas expresó su satisfacción, refiriéndose a los hechos como una victoria o una acontecimiento histórico, parte del largo y sangriento enfrentamiento entre los militares y la rebelión de inspiración marxista que ha marcado la historia moderna del país. Reconociendo la desaparición de los Tiamzon, el partido en cambio acusó al ejército filipino de tortura y asesinato sumario de la pareja y de violación del derecho internacional. El portavoz del Comité Central del Partido afirmó que ambos habían sido capturados, junto con otros combatientes, durante una operación militar en la isla de Samar, brutalmente golpeados y, después de ser asesinados, cargados en una embarcación que supuestamente se hizo explotar.

“Las acusaciones de captura y tortura son parte de la propaganda comunista y un intento de engañar a los filipinos. Lo que sucedió en la operación de agosto de 2022 fue una acción legítima en base a información que indicaba que los dirigentes del Partido Comunista de Filipinas y del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP/NPA) intentaban escapar de las operaciones militares en curso”, reiteró el vocero de las Fuerzas Armadas.

El PCF y las fuerzas que se agrupan en torno a él carecen de conducción en este momento, salvo el Comité Central, debido a que el líder histórico del partido, José María Sisón, murió en diciembre del año pasado en Holanda, donde se encontraba exiliado. Esta situación dificulta también el diálogo del gobierno con los rebeldes comunistas, oficialmente interrumpido durante la presidencia de Duterte, anterior a la actual de Ferdinand Marcos Jr.

En 2018 el Departamento de Justicia había pedido la proscripción del Partido Comunista y del NPA en virtud de la Ley de Seguridad Nacional. El pedido fue rechazado por un tribunal de Manila antes de que esa legislación fuera derogada.

El año pasado grupos de la derecha política presentaron una nueva instancia para que se ordenara la disolución del Partido Comunista, su brazo armado y la coalición que aglutina a las organizaciones declaradamente revolucionarias, como el Frente Nacional Democrático de Filipinas, presuntamente responsables de “conspiración organizada para derrocar al gobierno filipino”.

El Nuevo Ejército Popular, que existe desde hace 54 años, es probablemente la rebelión armada de inspiración comunista (no maoísta) más prolongada del mundo. Se estima que el enfrentamiento entre rebeldes y fuerzas gubernamentales ha costado más de 43.000 muertos entre 1969 y 2008. En realidad el enfrentamiento nunca se interrumpió, sino que se convirtió en un conflicto de baja intensidad que siguió garantizando al NEP/NPA el control de varias zonas del archipiélago, a pesar de que la agrupación se ha ido debilitando y reduciéndose numéricamente. Por otro lado, las actividades del Partido Comunista han servido de pretexto a las fuerzas de seguridad para emprender iniciativas represivas, a menudo indiscriminadas o ilegales, contra grupos o individuos críticos con el gobierno.