Manila aprueba la ley de libertad religiosa
Aprobada por el Congreso en segunda lectura, la Ley de la Carta Magna de la Libertad Religiosa es un paso importante para un país donde la coexistencia de diferentes credos y confesiones no siempre ha sido pacífica. El felicitación de la Conferencia Episcopal de Filipinas: "Una necesidad para toda sociedad democrática".
Manila (AsiaNews) - Con la aprobación en segunda lectura en el Congreso de la ley que compromete al Estado a garantizar la libertad religiosa, Filipinas da un paso formal de gran importancia hacia la unidad y la convivencia pacífica de todos los componentes de una sociedad que siempre se ha caracterizado por la diversidad debido a sus características geográficas e históricas, pero a menudo también ha sido escenario de conflictos.
La disposición -que se denomina Magna Carta of Religious Freedom Act y será promulgada después de la tercera y definitiva aprobación- establece que las autoridades de todos los niveles deben proteger la pertenencia religiosa de los ciudadanos, comenzando por la libertad de elección.
Un aspecto que ha subrayado con fuerza el vicepresidente de la Cámara de Representantes, Eddie Villanueva, líder evangélico fundador de la Iglesia "Jesus is Lord Worldwide" y promotor de la ley: "Con esta ley, se alienta a los filipinos a buscar el crecimiento espiritual dándoles la posibilidad de vivir de acuerdo a su fe o credo religioso sin temor a persecución, amenazas o castigo".
El documento, que se está discutiendo desde el año pasado, reconoce el derecho de toda persona a difundir sus creencias, divulgar publicaciones religiosas, asistir a asambleas y ceremonias religiosas, y no estar sometido a discriminación religiosa en su lugar de trabajo. En consecuencia, la ley tipifica como delito una serie de prácticas como obligar, amenazar o intimidar a una persona para que se una o no a una religión; dificultar, impedir o prevenir el acceso a la información religiosa; difamar, perseguir o humillar a alguien por su pertenencia religiosa.
El proceso legislativo también ha estado acompañado de oposiciones y polémicas, sobre todo por parte de grupos ateos o laicistas y defensores de los derechos de la comunidad LGBT -que no se consideran protegidos-, así como por sectores de la comunidad islámica que temen que las iglesias cristianas resulten favorecidas. El diputado Bienvenido Abante, uno de los promotores de la iniciativa, explicó que la ley solo estará aplicando lo dispuesto en la Constitución, que se compromete a permitir siempre "el libre ejercicio y goce de la profesión y práctica de la fe, sin discriminación ni preferencia".
Ha sido positiva la reacción de la Conferencia Episcopal Católica de Filipinas que, recordando la dificultad para redactar una ley que sea válida para todas las confesiones religiosas, señala que esta constituye una "necesidad de toda sociedad democrática". Como comenta el padre Joven Hestula de la Comisión de Ecumenismo de la Conferencia, “necesitamos saber cuáles son nuestros derechos específicos y cuál debe ser el castigo correspondiente en caso de violación de estos derechos”.