Malaca: religiosas y misión portuguesa ante el tribunal por la propiedad del convento
Se hizo una presentación ante la Corte Suprema para obtener los documentos de propiedad correspondientes al "Lote 6", donde se encuentra desde hace 120 años el convento canossiano de Banda Hilir. En ese lugar también funciona una escuela primaria y secundaria con cientos de alumnos. El acta que certificaba el título se perdió en la Segunda Guerra Mundial durante la invasión japonesa.
Kuala Lumpur (AsiaNews)- Las religiosas canossianas (Hijas de la Caridad) encabezadas por su madre superiora, con la colaboración de la misión portuguesa en China y Singapur, iniciaron una batalla legal ante la Corte Suprema para obtener los derechos de propiedad de un terreno histórico en Malaca, Malasia. Se denomina "Lote 6" y desde hace casi 120 años allí se encuentra el Convento Canossiano de Banda Hilir. Al solicitar una sentencia escrita, las religiosas se proponen obtener el reconocimiento de la propiedad legal del edificio a fin de evitar intentos de expropiación en el futuro.
El abogado Joy Appukuttan, que representa a las religiosas y a la Misión portuguesa, explicó ante el Tribunal que en el pasado la propiedad ha sido identificada en numerosas oportunidades como "convento portugués" en documentos firmados que se presentan ante los jueces. El abogado también señaló que ese mismo nombre aparece en el título de propiedad emitido en la época del dominio holandés en la región. Appukuttan ha adoptado una posición clara ante el juez Radzi Abdul Hamid, que preside la instancia de revisión judicial presentada por dos entes estatutarios, las Hermanas Canossianas y la Misión portuguesa.
Appukuttan añadió que el lote 6 ha sido la sede de las Hermanas Canossianas que acogen a huérfanos e internos desde 1905. En 1929 se construyó una escuela primaria a la que se agregó luego, en 1950, un colegio secundario. La congregación y la misión afirman que el título de propiedad, expedido durante la ocupación holandesa, se encontraba bajo la custodia del sacerdote católico Álvaro Martins Corado durante la Segunda Guerra Mundial. El documento se perdió cuando el padre Corado, que en ese momento era vicario de la Iglesia de San Pedro de Malaca y del convento portugués, fue arrestado y encarcelado por los japoneses en 1942, y murió en cautiverio dos años después.
Los solicitantes explicaron también que habían mantenido una extensa correspondencia durante los últimos 10 años, junto con comunicaciones y reuniones con autoridades de Malaca, para que se emitiera un nuevo título para reemplazar el documento perdido. Sin embargo, en carta fechada el 8 de marzo de 2022 las autoridades estatales manifestaron que no eran competentes para otorgar el título a los solicitantes. Por esa razón dos meses después, en mayo de 2022, se había decidido solicitar autorización para iniciar el presente procedimiento judicial.
El 6 de enero del año pasado el juez Radzi les concedió una autorización para tratar el asunto inter partes iniciando el proceso judicial y luego fijó la audiencia para el 4 de septiembre, cuando escuchará nuevas observaciones de Appukuttan y los demandados. A la audiencia asistió un nutrido grupo de religiosas canossianas, exalumnas y simpatizantes, junto con el abogado Joy Appukuttan. La comunidad cristiana espera que la Corte Suprema emita una declaración que confirme la propiedad del lote 6 y una directiva que ordene a los demandados tomar las medidas necesarias para emitir el título de posesión redactado a su nombre.
Las religiosas trabajan en la zona desde hace más de cien años y la primera comunidad se radicó en 1905. Sin embargo, las primeras huellas de su presencia se remontan a 1884, cuando el obispo Mons. El P. Antonio Joaquim Medeiro, de la misión portuguesa (PCMH), bajo la supervisión de la diócesis de Macao, invitó al primer grupo de religiosas canosianas a fundar un convento y una escuela en la parroquia de San Pedro, fundada en 1710. La presencia de las religiosas ha ido creciendo a lo largo del tiempo y hoy cuenta con 256 alumnos en escuelas primarias a cargo de 30 docentes y seis personas de apoyo. A la escuela secundaria asisten 521 estudiantes, con 44 profesores y ocho miembros de personal de apoyo.