La retirada rusa de Siria
La desmovilización del ejército de Moscú de todas sus posiciones en el país es ya un hecho evidente. Según numerosas fuentes, parte del personal y de los equipos podrían ser transferidos de Siria a África, en primer lugar a Libia, al territorio bajo control del general Khalifa Haftar. Es más improbable que las tropas que regresen a Rusia tengan una influencia significativa en el conflicto de Ucrania.
Moscú (AsiaNews) - Más de tres semanas después que la gente comenzara a preguntarse cómo Rusia podría conservar sus bases militares en la nueva Siria islámica, la situación se está aclarando significativamente: incluso aquellos que pensaban que la permanencia era posible son ahora testigos de una verdadera evacuación de las tropas rusas de todas las posiciones. Las columnas militares que se alineaban saliendo de Latakia y Tartus pasaban a la vista de todos, y en algunos vídeos se veía a hombres sirios con uniforme militar lanzando piedras a los camiones rusos desde los lados de la carretera.
En otro vídeo se veía el éxodo de soldados rusos de la base aérea de Tiyas, también conocida como T-4 o Tifor, entre Homs y Palmira. Las imágenes también muestran tecnología militar abandonada en la huida de los ejércitos del antiguo régimen de Bashir Assad. Cerca de 500 militares, según los informes de la periodista rusa Anastasia Kaševarova, se trasladaron a la base de Tartus y luego a la base aérea de Hmeimim, desde donde muchos volaron de regreso a Rusia. Las imágenes por satélite también muestran las maniobras de la retirada rusa de Siria. Los barcos preparados para transportar a las tropas permanecieron a 8-15 kilómetros de la costa, y uno de ellos, el patrullero Almirante Grigorovich, fue filmado repostando desde el tunelero Vjazma, que anteriormente estaba estacionado en Tartus, donde evidentemente los rusos ya no tienen puerto para sus barcos.
Desde el puerto de Tartus, de hecho, se desmanteló el complejo portuario de radiovigilancia móvil Monolit-B, que había estado en funcionamiento durante muchos años, mientras que los buques de desembarco Ivan Gren y Aleksandr Otrakovsky se dirigieron en esa dirección, evidentemente con la tarea de cargar todo el equipo que aún quedaba en Siria. En los últimos días, el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, declaró que Ankara «no aprueba» la presencia de ninguna base militar extranjera en el país, y los turcos permitieron que aviones rusos volaran a la base de Hmeimim, a pesar de haber cerrado el espacio aéreo a Rusia desde 2022, permitiéndoles transportar personas, pero no material bélico. Esto contrasta con las declaraciones del presidente ruso, Vladimir Putin, de que «no sabemos si nuestros soldados permanecerán en Siria».
Según numerosas fuentes, parte del personal y del material ruso podría trasladarse de Siria a África, en primer lugar a Libia, donde el contingente de fuerzas rusas se concentra principalmente en la parte oriental del país, en el territorio bajo control del general Jalifa Haftar, aliado de Moscú. Los emplazamientos libios más accesibles para los rusos son la base aérea de Al-Jufrah, el puerto y el aeropuerto de Bengasi y el puerto de Tobruk, y ya ha habido vuelos rusos en esas direcciones. Rusia tiene varias bases más en África, donde ha reforzado enormemente sus actividades militares en los últimos años: además de Libia, los países más «hospitalarios» son Mali, África Central y Sudán, aunque el traslado de grandes contingentes de tecnología de guerra le costaría muy caro a Moscú, según los cálculos de los expertos.
Ya hoy entre Libia y Mali hay al menos 1.200 voluntarios rusos del «Cuerpo Africano», heredero de la Compañía Wagner del difunto Evgenij Prigožin, y otras imágenes de satélite muestran un pico de actividad en la base marítima de Sudán, donde los rusos tienen un acuerdo para ocupar la zona de control del Mar Rojo a partir de 2019. Desde el año anterior, los rusos están estacionados en la república de África Central, pero los comentaristas descartan una dispersión excesiva de las fuerzas rusas en todos estos lugares diferentes. Al fin y al cabo, la prioridad de Putin no es la defensa de los distintos líderes africanos, sino la preservación de sus propias fuerzas incluso en territorios lejanos. En los diversos canales de Telegram vinculados históricamente a los combatientes wagnerianos, existe un considerable escepticismo sobre la capacidad de Moscú para mantener el control de sus posiciones en África, puesto que ya no dispone del necesario puerto de escala de Siria.
Según diversos observadores, los contingentes que están siendo evacuados de las bases sirias no afectarán especialmente al conflicto en Ucrania, ya que constan de entre 5 y 7 mil soldados, la mayoría de los cuales se dedican a operaciones logísticas, además de traductores, asesores y oficiales, mientras que los combatientes propiamente dichos equivalen a un solo batallón, ciertamente incapaz de producir un efecto perturbador en la guerra.
01/09/2021 15:28