La nueva Duma congela el status quo, pero es un riesgo para el futuro
El partido de Putin, Rusia Unida, obtiene el 76% de los asientos y ahora va a llevar a cabo unilateralmente reformas constitucionales. Pero los expertos dicen que esto no es objetivo: el voto dio una confirmación adicional de legitimidad al régimen de cara a las presidenciales de 2018. Expertos: "El sistema así como está no puede durar mucho tiempo. Hoy en Rusia, el Parlamento no es el lugar para resolver conflictos, como en las democracias".
Moscú (AsiaNews) - La súper mayoría del partido Rusia Unida de Putin, la disminución del interés de los ciudadanos hacia la política, cuatro viejos partidos y la ausencia total de cualquier oposición real. Así se puede resumir la nueva Duma, la cámara baja del parlamento ruso, salida de las elecciones del 18 de septiembre y en el que el partido de la mayoría va a ocupar el 76% de los asientos.
Con el escrutinio en el 99% de las tarjetas, la Comisión Electoral Central (CEC), dijo que Rusia Unida domina con el 54,7% de los votos, el Partido Comunista (KPFR) está en segundo lugar con un 13,3%, justo por debajo del nacionalista Ldpr que recogen 13,18%. El cuarto partido sentado en la Duma, como en el pasado, Rusia Justa con el 6,21% de las preferencias.
Introduzca dos diputados de diversos partidos pequeños: Plataforma Cívica y Rodina (Patria). Son de hecho formaciones políticas alineadas al Kremlin, especialmente en política exterior. Rusia Unida alcanza, "inesperadamente" - como admitió el presidente de la CCA, Ella Pamfilova - una mayoría cualificada de dos tercios (343 escaños de un total de 450), necesarios para cambiar la constitución.
Un desastre, sin embargo, para la llamada oposición liberal, formado por los dos partidos pro-occidentales y no parlamentario Yabloko y Parnas (de ex primer ministro muerto Boris Nemtsov), que quedaron muy por debajo del umbral electoral del 5% y el del 3% para obtener financiación pública. Fragmentada y rebelde, pero también en desventaja por la falta de presencia en los medios, la oposición no logró movilizar al electorado y explotar las débiles aberturas hechas por el Kremlin con la nueva ley electoral y de los partidos.
Disminución de la participación electoral, pero "limpia"
Una sorpresa, en sentido negativo, fue también la participación, que cayó por debajo del 50% en comparación con el 60,1% de hace cinco años. Esto confirma la gran apatía en la sociedad rusa hacia la política, pero según los expertos es también un gran segmento del electorado que no sabemos en qué dirección se puede tomar en el futuro.
Según algunos observadores, la cifra se derrumbó también porque este año - con el Kremlin determinado para llevar a casa unas elecciones limpias para evitar una repetición de las protestas de 2011 - no ha hecho un amplio uso de los llamados "recursos administrativos ', es decir, las prácticas con las cuales se 'anima' a los empleados públicos, con recompensas o intimidación, para ir a las urnas y emitir su voto por el partido en el poder.
De todos modos, los observadores de la OSCE - en su informe preliminar - han definido el voto "ordenado" y elogió el hecho de que las quejas de irregularidades han sido tratadas de modo "transparente". Jan Peterson, jefe de la misión de observación, sin embargo, ha destacado que "el control de los medios de comunicación y la sociedad civil" es uno de los elementos que, en parte, impiden a los votantes rusos tener una "elección informada".
La Duma y las presidenciales
Este homogénea Duma y sin la más mínima oposición va a construir la política de "todo el régimen de Putin", en vista de la reelección al Kremlin, según el director del Centro de Tecnologías Políticas en Moscú, Boris Makarenko. Las elecciones presidenciales están programadas para marzo de 2018, pero también puedan tenerse antes, y Vladimir Vladimirovich "entonces contarán con el apoyo no sólo de los que votan por Rusia Unida, sino también de otros electores".
La próxima Duma, también podría convertirse en el depósito de la que extraer los miembros del equipo del futuro nuevo presidente, hecho por burócratas jóvenes y obedientes, que sustituirán a los viejos círculo de amigos vinculados al FSB.
Las elecciones han dado al régimen "confirmación adicional de su legitimidad y ahora está listo para la presidencial”, según Andrei Kalesnikov Carnegie de Moscú. Según él se completó una tarea puramente técnica: para preservar la Duma de cuatro partidos como lo había sido hasta ahora.
Este modelo tendrá una duración hasta el año 2021, prevé el analista, pero ahora ha hecho su curso: en el Parlamento está partidos puramente personalistas y sin una ideología, pero cuyos líderes están envejeciendo. "Es un sistema que se mantiene a mediano plazo, pero no mucho", señaló Kalesnikov.
De esto se hizo eco Makarenko, que ha puesto de relieve los riesgos de no hacer reformas. "La democracia no se caracteriza únicamente por las elecciones libres, sino también en la capacidad de resolver, de una manera pacífica, los conflictos entre los diferentes intereses; que en la Rusia de hoy no es posible y que es peligroso, porque hay grandes desafíos por delante, como la reforma del sistema de desarrollo económico y social".
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