La libertad religiosa en Tayikistán

de Vladimir Rozanskij

Mientras el Comité de Asuntos Religiosos del país afirma haber obtenido resultados positivos, las organizaciones internacionales denuncian violaciones hacia el Islam radical, pero también hacia minorías como los ismailíes, los Testigos de Jehová y los Bahai.

Dusambé (AsiaNews) - Se ha celebrado en Dusambé un encuentro entre representantes de diversas religiones, para discutir sobre el respeto en Tayikistán del derecho de los ciudadanos a la libertad de confesión religiosa. En la reunión participó el jefe del Comité de Asuntos Religiosos del país, Sulaymon Davlatzoda, quien declaró que «en los últimos años hemos logrado muchos resultados positivos en el campo de la libertad religiosa, y ahora tenemos una gran experiencia en la coexistencia entre los seguidores de diferentes comunidades y movimientos religiosos».

De hecho, Tayikistán es criticado con frecuencia por organizaciones internacionales, entre ellas la Comisión de Libertad Religiosa del Congreso de Estados Unidos, por sus numerosos incumplimientos de estos derechos y, en especial, por sus violaciones de los derechos de los musulmanes, religión mayoritaria del país, y su persecución de los Testigos de Jehová. Davlatzoda retó a la audiencia a «recordar cualquier ejemplo de discriminación por las propias creencias religiosas», refiriéndose a los casos de recorte forzoso de la barba o las prohibiciones de llevar ropa y atributos religiosos en oficinas estatales como «meras creencias personales», ya que no se trata de obligaciones legales, sino que «en cada oficina existen sus propias normas internas, de las que no somos responsables».

Estas declaraciones suenan bastante hipócritas, teniendo en cuenta la ley firmada en junio por el presidente Emomali Rakhmon «Sobre el orden de fiestas y rituales», que entre otras cosas establece la prohibición de «introducir, vender y llevar en lugares públicos la ropa de culturas nacionales extranjeras». La ley no aclara exactamente qué se entiende por «ropa que contradiga la cultura nacional», pero todos los comentaristas coinciden en interpretar que estas expresiones se refieren a la moda musulmana, con la prohibición del hiyab o el satr, y la práctica arraigada de obligar a llevar la barba más corta de diversas formas.

La organización no gubernamental noruega Forum-18 había informado en enero sobre una serie de violaciones de los derechos religiosos de los ismailíes en la región autónoma de Gorno- Badajsán. Los autores del informe señalaban cómo, tras las protestas masivas de los habitantes de la zona en 2022, las autoridades seguían presionando a esta misma comunidad religiosa, a la que pertenece la mayoría de la minoría étnica de la región del Pamir. Se han llevado a cabo continuos registros y confiscaciones de objetos religiosos vinculados al Aga Khan, y se han prohibido las reuniones colectivas de namaz incluso en domicilios particulares.

Permanecen formalmente abiertos dos centros ismaelitas en Dušanbe y Khorug (capital de Gorno- Badajsán), donde, sin embargo, está prohibido organizar reuniones educativas y culturales, permitiéndose únicamente la celebración del namaz bajo estricto control. Sin embargo, el jefe de la comunidad ismaelita de la capital de Tayikistán, Makhrambek Makhrambekov, declaró en el foro religioso que «la creación y las actividades de una comunidad ismaelita de tendencia chií en Dusambé son el resultado de un intenso trabajo por el reconocimiento de las garantías constitucionales y la consecución de la independencia en el ámbito religioso».

Mekhranzes Mamadova, seguidora de la comunidad tayika de la fe bahá'í, declaró que, aunque el Estado no pone formalmente obstáculos en su camino, los bahá'ís siguen bastante intimidados y perplejos por el comportamiento de las autoridades centrales y regionales del país, percibiendo un fuerte prejuicio contra ellos incluso por parte de una gran parte de la población. El bahaísmo profesa la unidad de las fuentes de todas las religiones y la unidad universal de la humanidad, un movimiento nacido hace siglo y medio en Irán gracias a su fundador Mirzo Husein Ali Nuri, llamado Bakha-ulla, y que hoy reúne a más de cinco millones de seguidores en 188 países de todo el mundo, mientras que en Tayikistán sus seguidores son unos mil y forman parte de minorías religiosas, como los cristianos ortodoxos y los de otras tradiciones, incluidos unos pocos católicos y protestantes.