La difícil integración de Turkmenistán

de Vladimir Rozanskij

Uzbekistán, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán se han enfrentado juntos a numerosos problemas de cooperación y desarrollo económico en la región. Turkmenistán, en cambio, se muestra siempre bastante reticente, como en las dificultades de tránsito en las fronteras.

Asjabad (AsiaNews) - El 17 de septiembre se celebró una cumbre de todos los dirigentes de los países de Asia Central, reunidos con el canciller alemán Olaf Scholz en el formato «5+1» para encontrar nuevas oportunidades de cooperación conjunta con Alemania y Europa en su conjunto. El Presidente de Turkmenistán, Serdar Berdymukhamedov, intervino diciendo que considera «oportuno reforzar las relaciones diplomáticas entre Alemania y Asia Central», y apoya firmemente las perspectivas de desarrollo económico de la región con apoyo europeo.

Los observadores señalan que, en la política exterior de Ašgabat, la apertura y la disposición para las relaciones se limitan siempre a declaraciones sobre el «fortalecimiento de las relaciones diplomáticas», un principio que también se ha reiterado en varias ocasiones en la ONU y en diversas reuniones para la integración de los países de Asia Central. En realidad, se esperan decisiones efectivas sobre cuestiones candentes, como los necesarios acuerdos sobre migración, como el firmado por Scholz junto con el Presidente de Uzbekistán, Šavkat Mirziyoyev, para lograr resultados concretos.

En términos más generales, los pasos dados por Uzbekistán, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán han permitido resolver muchos problemas de cooperación y desarrollo económico de la región. Turkmenistán, por el contrario, sigue mostrándose bastante reticente, como lo demuestran las dificultades de tránsito en las fronteras; en los últimos días, por ejemplo, decenas de uzbekos nativos del país, que pretendían viajar a su patria étnica por motivos de estudio, fueron detenidos y devueltos. La cerrazón y el aislamiento turcomanos también se ponen de manifiesto en ocasiones como la discusión sobre el Acuerdo de Amistad que se está debatiendo desde 2022, que ya ha sido firmado por los otros cuatro países, mientras que la parte turcomana ha prometido no adherirse hasta que finalicen los trámites internos, dejándolo pendiente hasta ahora.

El acuerdo es cada vez más necesario y urgente como consecuencia de la guerra rusa en Ucrania y las sanciones que están complicando enormemente las relaciones económicas que siempre han unido estrechamente a Asia Central con Rusia en todos los ámbitos del comercio, la inversión, la industria y la agricultura, la logística y el transporte, la energía y el turismo, y mucho más. Berdymukhamedov insistió a su vez en la «cooperación en nuestro formato», pero sin entrar en la realización práctica de este objetivo.

Los expertos turcomanos, reacios a hablar en público debido al clima tan autoritario que reina en el país, opinan sin embargo en los micrófonos apagados que «el régimen sólo muestra actividad real en cuestiones que no requieren pasos concretos, y no tiene intención de asumir responsabilidades jurídicas y políticas a nivel interregional e internacional, son sólo pasarelas televisivas». La tradicional «neutralidad» de Turkmenistán, según muchos observadores, «impide cualquier desarrollo real de la propia sociedad turcomana».

La cuestión del retorno de los emigrantes ilegales es uno de los temas más delicados en la actualidad, y los uzbekos han logrado obtener de Scholz garantías suficientes de cooperación al respecto, teniendo en cuenta que actualmente hay casi 15.000 ciudadanos uzbekos en Alemania. Por otra parte, no existen datos oficiales sobre el número de turcomanos en territorio alemán, legales o ilegales, ya que a Asjabad no le gusta divulgar información sobre sus ciudadanos.

La política de aislamiento y orgullo étnico-cultural es común a toda Asia Central, especialmente tras el fin del dominio soviético, y sólo en los últimos años se están dando pasos hacia la integración de toda la región, permaneciendo Turkmenistán al margen, guardando celosamente su propia «soberanía familiar» de antigua tradición.