La demolición de la historia de Dusambé

de Vladimir Rozansky

En el centro de la capital de Tayikistán, el inicio de la demolición de una histórica casa de té, refugio mundialmente conocido de escritores y artistas, para dar paso a nuevos edificios modernos está provocando agrias discusiones. Incluso el teatro Lokhuti, obra maestra de la arquitectura tayika, parece destinado a correr la misma suerte.

Dusambé (AsiaNews) - Una circunstancia ha causado gran consternación entre los habitantes de Dusambé y de todo Tayikistán, con el inicio de los trabajos de demolición de la legendaria Čajkhana Rokhat, la «Casa del Té del Reposo», construida en 1958, en la época soviética, en el centro de la capital, donde era considerada una de las principales atracciones. Además de su propio té especial, la Čajkhana ofrecía la degustación de platos de la cocina tradicional tayika, como el plov (risotto de carne con zanahorias), el lagman (sopa de cordero con fideos y verduras) y el manty (raviolis rellenos de carne y guindilla).

En 2017, la cadena de televisión estadounidense CNN había catalogado a Rokhat como una de las 11 mejores casas de té del mundo, y en varias encuestas se le otorgó el primer puesto. Al año siguiente, sin embargo, las autoridades de la ciudad empezaron a hablar de su demolición, con el fin de utilizar el terreno para construir edificios modernos, una propuesta que en un principio se retiró, pero que se retomó y sorprendentemente comenzó en marzo de este año, al considerar que el edificio estaba obsoleto. El actor y director Ortik Kodir, que trabajó junto a Rokhat en el teatro Lokhuti durante muchos años, expresó su pesar, ya que «no era sólo una čajkhana, sino un lugar de encuentro para literatos y hombres de arte».

Todos los días, los intelectuales de Dusambé empezaban la jornada reuniéndose para tomar el té sin prisas en el Rokhat, y entre ellos se encontraban personalidades como Asli Burjonov, uno de los actores y directores de teatro más queridos, y otros grandes actores como Makhmud Tokhiri, Burjon Radžabov, Makhmudžon Vokhidov, Khošim Gadoev y muchos otros. No son sólo los hombres de cultura los que están angustiados por el derribo del Rokhat, sino los habitantes de la capital en general, que difunden un llamamiento en la red para preservar el edificio histórico.

Las autoridades, sin embargo, parecen no prestar atención a los sentimientos de los ciudadanos, y el presidente del Comité de Construcción y Arquitectura de Dušanbe, Nizom Mirzozoda, en un encuentro con periodistas, recordó que el Rokhat se alza justo al lado del nuevo edificio del gobierno de Tayikistán, y no se corresponde con los requisitos urbanísticos contemporáneos. Sin embargo, prometió construir otro Čajkhan Rokhat en una nueva ubicación, «en el mismo estilo arquitectónico, con los mismos motivos y decoraciones y elementos nacionales, lo haremos aún más bello y eficaz».

A pesar de las promesas, con el comienzo de las obras de demolición, dos enormes mosaicos de la fachada, famosos en todo el mundo, ya han sido completamente destruidos, y no se sabe qué ocurrirá con los techos pintados al fresco con motivos nacionales y las columnas esculpidas, dado el fin de los mosaicos. Extraoficialmente, los funcionarios de la administración presidencial que supervisan las obras confirmaron a los corresponsales de Radio Ozodi que «era técnicamente imposible conservar los mosaicos y las columnas», algunos de los cuales están ahora destrozados, prometiendo como mucho rehacer los mosaicos basándose en fotografías en el nuevo edificio que se va a construir. Muchos, sin embargo, habían propuesto desmontar estos elementos por partes y trasladarlos a otro lugar, pero siempre en el centro de la ciudad, para ponerlos a disposición de los turistas y de los numerosos extranjeros que acudían a contemplarlos.

Incluso el Teatro Lokhuti, en sí mismo una obra maestra de la arquitectura tayika, parece destinado a correr la misma suerte que el Rokhat, y en su lugar se instalarán probablemente fuentes para inspirar la admiración de los palacios del poder. Como dicen los ciudadanos de Dusambé, el Rokhat era «nuestra historia y nuestra tarjeta de visita, reconocida en todo el mundo, y ahora nosotros mismos ya no reconocemos nuestra ciudad». Las autoridades de la ciudad hablan del «plan maestro para resucitar» la capital, demoliendo en serie muchos edificios para construir otros nuevos más modernos y solemnes, pero con un alma ahora ajena a la historia de Tayikistán.