La Jornada Mundial de las Misiones, vista desde India

de P. Ambrose Pitchaimuthu *

Mañana, domingo, la Iglesia celebra en todo el mundo una jornada cuyo centro es el anuncio del Evangelio a quienes todavía no conocen a Jesús. La reflexión del director de las Obras Misionales Pontificias en la India: " ¿Cuál es la conversión misionera hoy, en medio de las heridas de nuestros escándalos y la hostilidad de los fundamentalistas?".

Nueva Delhi (AsiaNews) - El 23 de octubre se celebra en las iglesias de todo el mundo la Jornada Mundial de las Misiones. Para esta cita, el Papa Francisco difundió un mensaje titulado "Para que sean mis testigos" (Hechos 1,8), que compete en primera persona a las Iglesias de Asia. Según los datos del Dossier Estadístico, que, como todos los años, la Agencia Fides difunde en vísperas de la Jornada Misionera, Asia es de lejos, el continente con menor porcentaje de católicos: 151.867.000 sobre 4.450 millones de habitantes, es decir, sólo el 3,34% de la población. Pero resulta interesante el hecho de que Asia tenga un número muy elevado de sacerdotes en relación con sus habitantes: en el continente hay un sacerdote por cada 2.138 católicos; el único continente que tiene más es Europa (uno por cada 1.746 católicos) pero la edad promedio del clero es mucho mayor.

Este es uno de los elementos en base a los cuales las Iglesias de Asia se cuestionan cómo relanzar su testimonio misionero. En este sentido, proponemos a continuación una reflexión que, con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones, nos ha enviado el padre Ambrose Pitchaimuthu, director de las Obras Misionales Pontificias en la India. El texto aborda qué significa hoy vivir en la perspectiva de una conversión misionera, particularmente para la Iglesia india, que lidia con la intolerancia del fundamentalismo hindú a toda forma de testimonio cristiano, pero también con algunos desafíos en el seno de la comunidad cristiana.

La Iglesia existe mientras exista la misión. La Iglesia está llamada a ser una continuación de la misión de Nuestro Señor Jesucristo. La gran tarea que el Resucitado confía a sus discípulos, “Vayan, y hagan discípulos a todos los pueblos" (Mt 28,19) es un elemento fundamental, vital y perenne de la Iglesia.

En Evangelii Gaudium el Papa Francisco revoluciona la visión de la misión, subrayando que cada uno de nosotros no sólo "tiene" una misión, sino que es una misión. El Santo Padre desplaza el foco de la funcionalidad (el hacer) a la ontología (el ser) del cristiano.

Comprendemos así que la misión de la Iglesia es responder a las realidades de la vida con la alegría del Evangelio, mediante el diálogo y las obras de misericordia, para construir el reino de Dios.

Los retos a los que se enfrenta la Iglesia en la India hoy en día son internos y externos, y esto también implica replantearse la misión.

Los desafíos internos:

- La falta de modelos misioneros: los fieles a veces no ven entre los sacerdotes y las personas consagradas modelos creíbles que puedan desafiarlos e inspirarlos a anunciar la alegría del Evangelio a los demás. Los recientes escándalos ocurridos en algunas partes de nuestro país han empañado terriblemente la imagen de la Iglesia en la India, especialmente para las personas de otros credos que quizá ya ven su misión como algo sospechoso.

- La escandalosa comercialización de nuestras instituciones: hay una erosión de la credibilidad entre algunos sacerdotes y personas consagradas porque algunas de nuestras instituciones (educativas, médicas, etc.) pueden parecer empresas enfocadas en hacer dinero y buscar la excelencia académica a expensas de los valores cristianos. Inadvertidamente o no, algunas instituciones cristianas se ven atrapadas en un escenario competitivo en el que sólo cuenta el éxito y no los medios.

- Las heridas del pasado: ciertas heridas como la discriminación basada en las castas, el tribalismo, la distinción entre etnias, la supremacía de los rituales (incluso entre las tradiciones cristianas), crean una especie de bloqueo mental para los que buscan a Cristo y para los que nos miran desde fuera, haciendo que nuestro enfoque de la propagación de la fe sea algo animado por las mismas intenciones. Esto tiene efectos negativos, y hace que se llegue a sospechar de mala fe durante nuestros programas de sensibilización

Desafíos externos:

- Persecución de la minoría cristiana: los crecientes episodios de violencia y los ataques a sacerdotes y religiosos, iglesias e institutos, han creado hoy una psicosis de miedo entre los cristianos. A veces, los padres tienen miedo de enviar a sus hijos a territorios de misión en nuestro país. La creciente intolerancia cuestiona los valores fundamentales de la Constitución india y las tradiciones democráticas.

- Fundamentalismo religioso: Muchos han reducido nuestra gran herencia espiritual de la tolerancia religiosa a ideologías fundamentalistas, para manipular la realidad según sus propios caprichos y fantasías, engañando a la gente sencilla que cae presa de ellos. El Hindu Rashtra construido por el Hindutva, el nacionalismo hindú y los estados islamistas son claros ejemplos de estos intentos.

- Esfuerzos planificados para empañar la imagen de la Iglesia: ha habido esfuerzos planificados para empañar la buena imagen de amor y servicio de la Iglesia y del personal eclesiástico. A veces se crean situaciones para arrastrar a sacerdotes y religiosos a debates polémicos y se utilizan sus opiniones para acusarlos en las discusiones. Otras veces, se ven arrastrados por movimientos anticristianos y anticatólicos que malinterpretan su entusiasmo humanitario. Incluso los pequeños errores pueden resultar fatales cuando son magnificados por los medios tradicionales o las redes sociales.

Frente a todo esto, el gran desafío que tenemos por delante es transformar una Iglesia pastoral en una Iglesia misionera. La Iglesia para los pobres y de los pobres invocada por el Papa Francisco sería el testimonio más poderoso de la buena noticia de Jesucristo. Necesitamos nuevas personas como la Madre Teresa, que tradujo el mensaje de Cristo en acción, de forma silenciosa pero tangible, frente a muchos otros que intentaron afirmar la singularidad y la nobleza del mensaje cristiano mediante un ejercicio puramente intelectual.

La misión ya no puede concebirse como hasta ahora. Es necesario entender la misión en una nueva dimensión, teniendo en cuenta este contexto. No podemos negar que la Iglesia se ha enfrentado a todos estos retos en diferentes momentos. Sin embargo, se trata de continuar el camino de la transformación de la Iglesia católica en una Iglesia misionera.

Como escribe el Papa Francisco en Evangelii Gaudium (nº 27) es necesaria una "opción misionera", es decir, un impulso misionero capaz de transformarlo todo, para que las tradiciones, los modos de hacer, los tiempos y los horarios, las lenguas y las mismas estructuras de la Iglesia puedan ser debidamente encauzadas para la evangelización del mundo actual y no para su conservación.

* Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en la India

(con la colaboración de Nirmala Carvalho)

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