Jubileo: Monseñor Fisichella, ya en Roma 1,392,000 peregrinos
El 10 de febrero, las Misioneras de la Caridad, recibirán del Papa el "mandato" en el que tendrán la autoridad para perdonar los pecados que están reservadas a la Sede Apostólica. Del 3 al 11 de febrero en Roma las reliquias de San Leopoldo Mandic, y San Pío de Pietrelcina.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Hay ya 1,392,000 personas que en Roma participaran en los eventos del Jubileo, que ahora planea trasladar temporalmente a Roma los restos de San Pío de Pietrelcina y San Leopoldo Mandic - ambos confesores famosos - y enviar más de mil misioneros de la misericordia que el 10 de febrero se recibirán del Papa el 'mandato' unido a la facultad de absolver pecados también reservadas a la Santa Sede. Son algunas de las cifras dadas a conocer esta mañana en el Vaticano por el arzobispo. Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, y por Mons. Graham Bell, el secretario del mismo dicasterio.
Los dos meses transcurridos desde la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro han demostrado, según Mons. Fisichella, el "gran entusiasmo" por parte de los fieles. "Un hecho interesante es que el 40% de los ingresos proceden del extranjero, en particular, español y francés; registramos, sin embargo, los peregrinos procedentes de Bangladesh, Hong Kong, Corea, Kenia, Mozambique, El Salvador, Nueva Zelanda, Argentina, México, Fiji, Rusia, Bielorrusia, Seychelles, Sri Lanka, Costa de Marfil, Chad, Kuwait, EE.UU. Albania...". "Reafirmo que no es este el criterio para juzgar el éxito o no del Jubileo. Un Año Santo va más allá de los números y lo que busca es tocar el corazón y la mente de las personas para ayudarlas a comprender el grande amor con el cual Dios se hace presente en su vida cotidiana. Es un tiempo par revisar nuestra vida de fe y comprender si somos capaces de aquella conversión y renovación que provienen justamente del saber mirar fijamente lo esencial".
El envío de los Misioneros de la Misericordia tendrá lugar durante la celebración del Miércoles de Ceniza, cuando van a recibir del Papa un "mandato". Son un "signo - como dice el Misericordiae vultus - de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autoridad de perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, de modo que se haga evidente la amplitud de su mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca de su perdón".
Los Misioneros de la Misericordia, dijo Mons. Fisichella, " son solamente algunos sacerdotes que reciben el encargo del Papa de ser, en sus propias iglesias, testigos privilegiados del carácter extraordinario del evento jubilar. El Papa es el único que nombra los Misioneros, no los obispos, y a ellos les confía el mandato de anunciar la belleza de la misericordia de Dios, y de ser confesores humildes y pacientes, capaces de dispensar un gran perdón a cuantos se acercan a la Confesión. Los Misioneros son más de 1000 y provienen de todos los continentes. Me complace especialmente recordar a los que vendrán de países lejanos y que revisten una importancia especial: Birmania, Líbano, China, Corea del Sur, Tanzania, Emiratos Árabes, Israel, Burundi, Vietnam, Zimbawe, Letonia, Timor Este, Indonesia, Tailandia, Egipto. Contaremos además con sacerdotes de rito oriental".
Francisco se reunirá 700 Misioneros 09 de febrero " para expresarles lo que guarda en su corazón respecto a esta iniciativa que es, sin duda, una de las iniciativas más sugestivas y significativas del Jubileo de la Misericordia. El día siguiente, solamente los Misioneros de la misericordia concelebrarán con el Santo Padre y en tal ocasión recibirán, como se sabe, el "mandato" junto con la facultad de absolver también los pecados reservados a la Santa Sede".
En los días previos al envío de misioneros, será llevado temporalmente a Roma urnas que contienen las reliquias de San Leopoldo Mandic, y San Pío de Pietrelcina, "dos santos que dedicaron sus vidas al servicio de la misericordia de Dios". El Padre Leopold (1866-1942), " dedicó toda su existencia al confesionario. Por casi treinta años pasó de las diez de la mañana a las tres de la tarde en el secreto de su celda, transformada en confesionario para miles de personas que encontraban en el trato con él el testimonio privilegiado del perdón y de la misericordia. Algunos de sus compañeros de comunidad decían que era un “ignorante y de manga ancha, que absolvía a todos sin discernimiento”. Su respuesta simple y humilde dejaba sin palabras: “Si el Crucificado viniera a reprocharme que soy de manga ancha, le respondería: Este mal ejemplo, me lo has dado Tú. Yo todavía no he llegado a la locura de morir por las almas”. El Padre Pío (1887-1968) canonizado también por Juan Pablo II en el 2002 no necesita de muchas presentaciones. Este pobre fraile capuchino gastó toda su vida en san Giovanni Rotondo, sin dejar nunca esa pequeña ciudad. Es cierto, mientras vivió algunos desde Roma lo hicieron sufrir, pero su santidad fue superior. En el silencio de la obediencia también él llegó a ser testigo privilegiado de la misericordia, dedicando toda su vida a la celebración del sacramento de la reconciliación".
Las urnas con las reliquias llegarán en Roma el 3 de febrero y serán colocados en la iglesia de San Lorenzo Extramuros, donde permanecerán hasta las 20.30 del día siguiente. Una vigilia nocturna de oración se organiza en la iglesia jubilar de San Salvatore in Lauro a partir de las 22.00 el 4 de febrero. El 5 de febrero, a las 16:00 horas desde San Salvatore in Lauro se desarrollará la procesión con las reliquias de las dos urnas, que cruzarán toda la Via della Conciliazione para llegar hasta el cementerio de la Basílica de San Pedro. Aquí, el card. Angelo Comastri, arcipreste de la basílica papal, dará la bienvenida a las reliquias y después de un momento de oración las introducirá a la Basílica de San Pedro, donde serán colocadas en la nave, ante el altar de la Confesión, a la veneración de los fieles. En la basílica de las reliquias de San Pedro permanecerá en exhibición hasta la mañana del 11 de febrero, cuando con una Misa de Acción de Gracias a las 7:30 en el altar de la Cátedra, regresarán a sus respectivos lugares de origen.
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