Incendio y revueltas en un campo de refugiados: la tragedia continua de Lesbos
El fuego desatado en el superpoblado campo de Moria causó la muerte de una mujer y un niño, y provocó quemaduras en al menos cinco personas. Cientos de refugiados asaltaron el centro de asilo. Todos los días se producen cerca de 900 arribos. El tráfico de seres humanos, administrado por ONGs y por la corrupta policía militar turca. Al menos 4 millones de personas aguardan en las costas turcas, anhelando pasar a alguna isla griega. También huyen -y mueren - intelectuales y académicos, opositores al régimen de Erdogan.
Lesbos (AsiaNews) – Un incendio desatado ayer en el campo de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos, causó la muerte de una mujer y un niño. Las primeras estimaciones también dan cuenta de cinco personas con quemaduras. Según las declaraciones de los bomberos, el incendio habría sido intencional.
Ayer, alrededor de las 17 horas, dos incendios se desataron simultáneamente: uno, en unos olivares ubicados a 400 metros del campo Moria; otro, en la sección del centro de identificación del sector africano, en el interior del campo. El incendio en el exterior del campo fue controlado de inmediato; el del interior se propagó, destruyendo gran parte del centro de identificación.
Las tareas de extinción se desarrollaron en medio de enormes dificultades; los bomberos incluso debieron afrontar la hostilidad de las personas presentes en el campo, que destruyeron dos vehículos de los vigías del fuego. La policía afirma que varios cientos de refugiados asaltaron primero el centro de asilo y luego el de identificación, para atacar por último el centro de detención de los denominados ilegales. Para defender este último sitio, y evitar la liberación de las personas detenidas, hubo una intervención masiva de la policía, que recurrió al uso de camiones hidrantes.
El alcalde de Mitilene declaró que día a día, la situación en la isla se está precipitando y que ya no se puede sostener la última y constante invasión masiva de refugiados y emigrantes, que ocurre a un ritmo de 900 personas por día. En el campo de Moria hay cerca de 12.000 personas encerradas, en su mayor parte afganos y sirios, si bien las instalaciones fueron diseñadas para alojar unas 3000.
El gobierno griego está tomando medidas para reducir la presencia de refugiados y emigrantes en la isla, transfiriendo a estas personas tierra adentro y tratando de bloquear las fronteras marítimas.
Lesbos y muchas otras islas están próximas a la costa turca. Según fuentes bien informadas, 4 millones de personas, en su mayoría migrantes, han acampado en la costa de Izmir, listas para cruzar un tramo de mar de sólo unos pocos kilómetros.
Este tráfico de nuevos esclavos cuenta con la complicidad de ONGs, confabuladas con la poderosísima y corrupta policía turca, que actuaría independientemente de la voluntad del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Hace dos días, en las aguas de la isla griega de Inousses, se consumó otra grave tragedia, que pasó bajo un manto de silencio. Siete ciudadanos turcos -dos mujeres y 5 niños - de un total de 19 personas, perdieron la vida; su embarcación volcó cuando intentaban llegar a Grecia. Esta vez, los náufragos fueron intelectuales y académicos, opositores del régimen de Erdogan, que intentaban escapar con sus familias.
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