Gaza: oración y acogida, más allá de la guerra. La misión de la parroquia latina

El mundo mira a la Franja debido a las bombas y las muertes. En las redes sociales el padre Youssef Asaad y la parroquia de la Sagrada Familia transmiten testimonios de caridad, solidaridad y celebraciones que unen a católicos y ortodoxos. Las familias musulmanas también son ayudadas. El patriarca Pizzaballa dijo a los cristianos de Gaza que no estaban solos. Hoy el Papa reza por la paz en San Pedro. Se reduce en Israel el apoyo a la invasión.

Jerusalén (AsiaNews)- En estos momentos el mundo observa con atención y preocupación la escalada de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja, con toda su carga de muerte - la mayoría civiles- y destrucción. Los misiles del movimiento extremista islámico y los ataques aéreos judíos no han hecho hasta ahora demasiada distinción entre objetivos militares y hospitales, iglesias, mezquitas y viviendas. Sin embargo, desde el comienzo del conflicto hay una voz que se eleva desde Gaza pidiendo oración por la paz, dando testimonio de una fe que va más allá de la lógica de las bombas y la sangre. Es el padre Youssef Asaad, vice párroco de la parroquia latina de la Sagrada Familia, que abrió las puertas de ese centro a los desplazados, organiza la convivencia y todos los días celebra la misa y preside momentos de oración que se transmiten por las redes sociales del sacerdote y de la parroquia. El objetivo es siempre pedir la paz, como hará el mismo Papa Francisco hoy a las 18 horas, en la Basílica de San Pedro, con el rosario y la adoración eucarística, para que termine la violencia en Tierra Santa.

En los posts que publica cada día el padre Youssef [el párroco Gabriel Romanelli, que estaba fuera de la Franja en el momento del ataque, todavía no ha recibido autorización de Israel para regresar a Gaza, a pesar de las reiteradas solicitudes] se refleja una vida parroquial continua e intensa. Desde la misa hasta el rezo del rosario, pasando por el canto de los salmos del día y las invocaciones por la paz, la Sagrada Familia es un centro que vive y trabaja con más fuerza que las bombas y los conflictos. El 15 de octubre pasado la parroquia también anunció la alegría de un bautismo, en respuesta a la masacre de civiles en la iglesia de San Porfirio que el propio vice párroco de Gaza describió en las redes sociales.

La Sagrada Familia aloja en este momento a más de 700 personas - cristianos y musulmanes también son ayudadas -, a muchos de los cuales la guerra ha dañado o destruido sus hogares. El ejército israelí había pedido varias veces que la parroquia fuera desalojada y ordenó al vice párroco, a las religiosas y a los fieles que se trasladaran al sur de la Franja. Pero el apego a su iglesia, donde encuentran comida, alojamiento y cobijo a pesar de que los recursos son cada vez más escasos, es más fuerte que la lógica de muerte de la guerra. A ella responden desde primera hora de la mañana con la misa, el rosario, la adoración al Santísimo Sacramento y la celebración de una segunda misa al final del día, en la que participan juntos católicos y ortodoxos. Un testimonio de fe ante el mundo exterior, acompañado y apoyado por el Papa Francisco, quien casi todos los días llama por teléfono al padre Youssef, en Gaza, o al P. Romanelli, en Belén, para tener información actualizada sobre la situación.

Por su parte el Patriarca Latino de Jerusalén, Card. Pierbattista Pizzaballa, se dirigió a los cristianos de Gaza con un videomensaje en el que habla de "tiempos difíciles", aunque espera "poder llegar pronto hasta ustedes, como hacemos todos los años, para encontrarnos, orar e intercambiar testimonios". En árabe y en inglés, el cardenal dice que está rezando y haciendo todos los esfuerzos posibles para que termine el conflicto. Dice también que se siente "alentado" por "el testimonio que ustedes están dando, por la forma en que están viviendo esta terrible situación". “El sufrimiento y dolor de ustedes - prosigue - es mi principal preocupación y dedico todo mi tiempo en primer lugar a la oración, pero también al diálogo con todos los responsables para poner fin a lo que está ocurriendo”. El primado latino concluye el mensaje a los cristianos de la Franja diciéndoles que no están "solos", porque "toda la comunidad cristiana de Tierra Santa y del mundo entero está con ustedes, reza por ustedes y los sostiene", junto con "los 18 hermanos y hermanas [víctimas de los bombardeos israelíes contra la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio] que están en el cielo rezando por ustedes".

En el frente de la guerra, se observa una creciente oposición entre los israelíes a la operación terrestre anunciada por el Primer Ministro Benjamín Netanyahu en respuesta al ataque de Hamás, cuya concreción sigue siendo incierta, salvo por las rápidas incursiones nocturnas de los últimos días. Una encuesta del diario Maariv muestra que el 49% de los israelíes está en contra de una ofensiva terrestre a gran escala, afirmando que “es mejor esperar y ver”; el 29% está a favor y el 22% dice estar indeciso. Los datos son significativos si se comparan con una encuesta similar publicada por el mismo periódico el 19 de octubre, en la que el 65% de los encuestados se declararon partidarios convencidos del ataque terrestre. En una semana el apoyo cayó 36 puntos. Pesan la cuestión de los rehenes israelíes (al menos 229 según las últimas informaciones) que se encuentran en manos de Hamás y las dificultades de una operación sobre el terreno, visto que los milicianos de Hamás pueden contar con una densa red de túneles subterráneos y llevar adelante una guerrilla urbana que terminaría empantanando o ensangrentando el avance.

En la opinión pública israelí, el apoyo a la guerra total contra Hamás en la Franja parece estar enfriándose. También existe el temor a una escalada del conflicto, que podría extenderse a toda la región de Oriente Medio e incluso más allá, como señalaron a AsiaNews algunas personalidades de la región en los últimos días. Por eso el Papa Francisco ha renovado su llamado a la oración y hoy presidirá el Rosario y la adoración eucarística en San Pedro. Durante el rito se leerá una página de los "Sermones" de San Agustín, en el que el gran teólogo afirma que "siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios" por la muerte de Cristo y, en Él, "encontramos un amor que es aún mayor, porque Él no dio su vida por sus amigos, sino por sus enemigos". Una segunda reflexión está tomada del mensaje pascual de san Juan XXIII del 13 de abril de 1963, en el que el pontífice pedía alejar "del corazón de los hombres aquello que puede poner en peligro la paz". Pide a Dios que ilumine “a los gobernantes del pueblo, para que, junto con la justa preocupación por el bienestar de sus hermanos, garanticen y defiendan - subrayaba el Papa Roncalli - el gran tesoro de la paz; enciende la voluntad de todos de superar las barreras que dividen, de fortalecer los vínculos de caridad mutua, de estar dispuestos a comprender, a compadecerse, a perdonar, para que en tu nombre los hombres se unan y triunfe la paz en los corazones, en las familias y en el mundo".