Frente al colapso demográfico, Tokio apunta a los descendientes de los emigrados
El gobierno quiere revisar las normas sobre los permisos para los nikkei yonsei, los extranjeros descendientes de japoneses de cuarta generación. Los primeros incentivos a la inmigración comenzaron con el gobierno de Abe en 2018, aunque dentro de estrictos términos laborales, sociales y de conocimiento del idioma. Los cambios resultaron necesarios debido al envejecimiento y la disminución de la población, junto con la reducción de los consumidores y los trabajadores activos.
Tokio (AsiaNews) - El gobierno de Japón ha decidido revisar la política actual para la concesión de permisos de residencia a los nikkei yonsei, los extranjeros descendientes de japoneses de cuarta generación. Uno de los cambios más importantes será la posibilidad de obtener permisos de residencia permanente para aquellos que respeten ciertos parámetros.
La política actual, que entró en vigor en 2018, ofrece una visa de trabajo de hasta cinco años para extranjeros de ascendencia japonesa de cuarta generación que tengan entre 18 y 30 años. Según el sistema actual, para obtener este permiso de residencia laboral, además de estar dentro del rango de edad es necesario cumplir otros requisitos, entre ellos, poseer un certificado de idioma japonés de nivel 4 (A2 según el Cefr); no tener antecedentes policiales; tener cobertura de seguro médico y fondos suficientes para volver a su país. Además, el permiso no se extiende a la unidad familiar, salvo los cónyuges e hijos.
Cuando se actualicen estas leyes, van a cambiar varios de estos parámetros. De hecho, el permiso puede extenderse a los miembros del núcleo familiar, siempre que posean un dominio del idioma japonés que les permita interactuar en la vida cotidiana. Se amplía el rango de edad y el límite establecido pasa de 30 a 35 años. Por último, aquellos que ya hayan obtenido el permiso y hayan vivido en Japón durante cinco años podrán solicitar, después de aprobar un examen de idioma de nivel 2 (B2), el permiso permanente. Los cambios permitirán a los extranjeros descendientes de cuarta generación de japoneses no solo trabajar por un tiempo limitado sino acceder a una residencia permanente. Según Kyodo News, la Agencia de Servicios de Inmigración de Japón espera de esta manera fomentar una residencia estable en el país.
Japón es conocido por la severidad de sus políticas de inmigración. Sin embargo, desde 2017 el país comenzó un cambio de rumbo suavizando muchas de sus regulaciones, especialmente las que afectan a la fuerza de trabajo. En 2018, durante el gobierno de Shinzo Abe, Tokio había simplificado las leyes que regulan el ingreso y permanencia de mano de obra extranjera con la creación de dos nuevas categorías de visas para fomentar la contratación en sectores con crisis laboral: construcción, agricultura y enfermería. A los trabajadores menos calificados se les concedía una residencia de cinco años, mientras que para los más calificados era posible la residencia permanente.
Las medidas para mitigar las políticas que regulan la inmigración son consecuencia directa de la grave crisis demográfica que vive Japón desde hace más de una década. El gobierno de Abe apuntó a políticas para fomentar la inmigración para hacer frente al rápido envejecimiento de la población, con tasas de fecundidad que bajaron al 1,25; sólo en 2022 la población disminuyó en medio millón de personas, por duodécimo año consecutivo. De ahí la inevitable reducción de la franja en edad de trabajar (15-65 años), donde se espera que continúe la caída en los próximos 50 años, lo que llevaría este grupo a tan solo 45,35 millones en 2070.
La disminución de la población en edad de trabajar también conducirá a una restricción de la base de consumidores, con consecuencias potencialmente dramáticas para la economía. Incentivar la residencia permanente de personas entre 18 y 35 años -sobre todo aquellos que, como los nikkei yonsei, tienen un vínculo con la cultura japonesa y por lo tanto pueden tener menos dificultades para integrarse en la sociedad- podría representar una parte de la solución. Los objetivos más importantes son elevar la tasa de fecundidad, reducir la escasez de mano de obra en algunos sectores y mitigar la caída del segmento consumidor de la población. En menos de un mes se cumple el quinto aniversario del plan que comenzó en 2018 y será interesante observar cuántos de los que obtuvieron visados por primera vez hace cinco años deciden permanecer en Japón indefinidamente si consiguen cumplir con los requisitos exigidos.
17/12/2016 13:14
22/03/2017 13:04