El censo en Irak. Card. Sako: participar es "un deber nacional"
Hoy y mañana está prevista la encuesta estadística de población, una cita crucial para establecer relaciones entre las distintas comunidades que no se celebraba desde 1997 a causa de las guerras. Al lanzar el llamamiento, el cardenal recuerda los cientos de miles de iraquíes «que viven en los países vecinos» y que «la diversidad es una fuerza». Los kurdos temen una «politización» del proceso.
Bagdad (AsiaNews) - «Al acercarse la fecha del censo general de la población iraquí, tras una interrupción que ha durado 27 años, y dada su importancia» el Card. Louis Raphael Sako «invita a los cristianos a participar activamente en este importantísimo deber nacional». Esto es lo que ha escrito el cardenal en un mensaje publicado en la página web del Patriarcado caldeo, en previsión de un acontecimiento muy esperado que tendrá lugar durante dos días llenos de significado. Precisamente por este motivo, prosigue el mensaje de la máxima autoridad eclesiástica del país, se insta a la población a «colaborar con el equipo encargado de llevar a cabo esta encuesta demográfica».
El censo nacional previsto para hoy y mañana, un paso crucial para el futuro de la nación, fue convocado el pasado mes de septiembre por el primer ministro iraquí, Mohammed Shia Al-Sudani, en el contexto de un toque de queda de dos días para garantizar la regularidad de las operaciones. Anteriormente, la última encuesta se había realizado en 1997 y había abarcado 15 provincias del país, excluidas las tres del norte que componen la región autónoma del Kurdistán, donde todavía no faltan elementos críticos y polémicos.
«Teníamos la esperanza -dice el Card. Sako- que este censo incluyera a miles de iraquíes que viven en países vecinos, entre ellos 100.000 cristianos, y añadiera un apartado sobre la filiación nacional». «La diversidad», señala, “es una fuerza, no una diferencia”. Por ello, el cardenal concluye diciendo que «espera con interés la exactitud, honestidad e integridad del equipo responsable de la encuesta y de los ciudadanos a la hora de proporcionar información correcta».
En el pasado, el recuento de la población se realizaba normalmente cada 10 años, pero desde 1997 se ha pospuesto varias veces un nuevo recuento, en particular en 2010, cuando los preparativos parecían estar en marcha, debido a las guerras, los conflictos internos, la violencia yihadista y la lucha por el control de los territorios. El censo, en una nación con equilibrios tan frágiles como Irak, es un ejercicio complejo y delicado, de cuyo resultado puede depender la distribución del poder. En efecto, determina indirectamente las cuotas sectarias y étnicas en función de la distribución de la población. Además, desempeña un papel importante en el actual conflicto entre el gobierno federal y el Gobierno Regional del Kurdistán (GRK) por las afiliaciones demográficas en regiones en disputa como Kirkuk, rica en petróleo.
Y es precisamente desde el frente kurdo del norte desde donde llegan en estas horas llamamientos y llamamientos preocupados por el temor a una «politización» del proceso, con el objetivo de influir en el rostro de la región. Dara Rashid, ministro de Planificación del Kurdistán, advierte del peligro de una distorsión de las cuotas y la representación en el Parlamento, también porque el resultado del censo está vinculado a la parte reservada en el presupuesto federal y al número de representantes en Bagdad. Varios partidos locales han invitado a los kurdos de fuera de Irak a regresar a sus ciudades y pueblos de origen y participar en el censo, especialmente en las zonas en disputa, con el fin de presentar una imagen clara de la presencia kurda y garantizar sus derechos. Y no faltaron peticiones de aplazamiento, como la de Fahmi Burhan, jefe de la Autoridad, que justificó la convocatoria por la falta de resolución de la cuestión de las zonas disputadas entre Erbil y Bagdad, contemplada en el artículo 140 de la Constitución. Peticiones, sin embargo, rechazadas al remitente por el gobierno y el primer ministro Al-Sudani.
Las autoridades regionales no dudan en muchos casos en acusar al gobierno federal iraquí de trabajar para arabizar las regiones kurdas, encabezadas por la gobernación de Kirkuk, la región en disputa más importante de todas, dada la riqueza petrolera de su territorio. Según las acusaciones, los partidos gobernantes en Bagdad también trabajan para limitar las conquistas de la región del Kurdistán y arrastrarla bajo la autoridad del gobierno central. El censo de población en Irak tiene un carácter más sensible y complejo que en otros países del mundo, ya que no sólo está relacionado con datos económicos, de desarrollo, servicios y bienestar de la sociedad, sino también con el sistema político basado en cuotas entre sectas y etnias. En un intento de atender las preocupaciones kurdas, a principios de este mes Bagdad aprobó la petición del Gobierno Regional del Kurdistán (GRK) de realizar el censo según el lugar de origen de los residentes en lugar de su lugar de residencia actual.
También vinculada al censo está la cuestión de los iraquíes en la diáspora, aquellos que han huido al extranjero en las últimas décadas a causa de la violencia o para encontrar nuevas oportunidades. Un elemento significativo para los distintos componentes de la nación, pero también y sobre todo para la minoría cristiana, a menudo perseguida. Un elemento planteado por un cristiano al comentar el llamamiento del Card. Sako en la página del Patriarcado caldeo: «El gobierno iraquí», escribe Raymond George, «debería haber incluido en este censo a millones de iraquíes fuera de Iraq, dispersos por todo el mundo. Este censo está distorsionado y es sospechoso porque también incluye un aumento sustancial de extranjeros, introducido por los distintos gobiernos después de 2003», fecha de la invasión estadounidense que condujo al derrocamiento de Sadam Husein.
11/06/2018 10:06
19/09/2023 11:38