El Papa puso el freno a las celebraciones de la misa preconciliar
"Es cada vez más clara en las palabras y actitudes de muchos la estrecha conexión entre la elección de las celebraciones según los libros litúrgicos anteriores al Concilio Vaticano II y el rechazo de la Iglesia y sus instituciones en nombre de lo que se denomina la ‘verdadera Iglesia’". Hay "abusos" en la celebración de la liturgia "de un lado y del otro".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El Papa Francisco ha puesto el freno a las celebraciones de la misa con el rito anterior al Concilio Vaticano II, conocido como "misa en latín" y a veces con una referencia a la "verdadera Iglesia". Con el Motu Proprio "Traditiones custodes" afirma de hecho que las celebraciones del Rito Romano son las que indicaron Pablo VI y Juan Pablo II "de conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II".
En una carta de presentación del Motu Proprio dirigida a todos los obispos, Francisco habla de "abusos" en las celebraciones litúrgicas "de un lado y del otro", y recuerda que cuando Juan Pablo II y Benedicto XVI permitieron el uso del antiguo misal fue sobre todo para “favorecer la recomposición del cisma con el movimiento encabezado por Mons. Lefebvre".
Trece años después de la decisión del Papa Ratzinger, un cuestionario que realizó la Congregación para la Doctrina de la Fe, por encargo de Francisco, reveló “una situación que me preocupa y entristece, y me persuade de la necesidad de intervenir. Lamentablemente el objetivo pastoral de mis predecesores, que habían pretendido «hacer todo lo posible para que a todos aquellos que realmente deseaban la unidad les resultara posible permanecer en esta unidad o encontrarla de nuevo», ha sido a menudo gravemente desatendida". La concesión que se hizo "para recomponer la unidad de un cuerpo eclesial con sensibilidades litúrgicas diversas, pero se utilizó para profundizar las brechas, reforzar las divergencias y alentar los desacuerdos que hieren a la Iglesia y entorpecen su camino y la exponen al peligro de la división".
"Es cada vez más clara en las palabras y actitudes de muchos - explica Francisco - la estrecha conexión entre la elección de las celebraciones según los libros litúrgicos anteriores al Concilio Vaticano II y el rechazo de la Iglesia y sus instituciones en nombre de lo que se denomina la "verdadera Iglesia". Este es un comportamiento que contradice la comunión y alimenta la tendencia a la división ... contra la cual reaccionó con firmeza el apóstol Pablo. Para defender la unidad del Cuerpo de Cristo me veo obligado a revocar la facultad otorgada por mis predecesores”.
Por esa razón Francisco ha dictado las disposiciones que se presentaron hoy y confía a los obispos la responsabilidad de regular la celebración según el rito preconciliar. "Es de su exclusiva competencia autorizar el uso del Missale Romanum de 1962 en la diócesis, siguiendo las orientaciones de la Sede Apostólica". El obispo deberá cerciorarse de que los grupos que ya celebran con el antiguo misal "no excluyan la validez y la legitimidad de la reforma litúrgica, de los dictados del Concilio Vaticano II y del Magisterio de los Sumos Pontífices".
Las indicaciones, explica el Papa, “están dictadas básicamente por dos principios: por un lado, para proveer al bien de aquellos que están arraigados en la forma de celebración anterior y necesitan tiempo para volver al rito romano promulgado por los santos Pablo VI y Juan Pablo II y, por otro lado, interrumpir la erección de nuevas parroquias personales, vinculadas más al deseo y la voluntad de los presbíteros individuales que a la necesidad real del «santo Pueblo fiel de Dios» ".
De todos modos ya no se podrán celebrar misas con el rito antiguo en las iglesias parroquiales. Corresponde al obispo indicar los lugares y los días en se permiten las celebraciones, en las cuales las lecturas deben ser en “lengua vernácula”, vale decir en el idioma del lugar, utilizando las traducciones de la Sagrada Escritura aprobadas por las Conferencias Episcopales. El celebrante será un sacerdote delegado por el obispo que conozca bien el latín y esté "animado por una viva caridad pastoral y un sentido de comunión eclesial", ya que debe ocuparse “no sólo de la celebración digna de la liturgia sino también de la atención pastoral y espiritual de los fieles”. El obispo debe cuidar de “no autorizar la creación de nuevos grupos".
Los sacerdotes ordenados después de la publicación de este Motu proprio que quieran celebrar con el misal preconciliar "deben presentar una solicitud formal al obispo diocesano, que consultará a la Sede Apostólica antes de conceder la autorización". Mientras aquellos que ya lo hacen deben pedir autorización al obispo diocesano para seguir usándolo.
Los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, "establecidos por la Comisión Pontificia Ecclesia Dei" pasan a ser competencia de la Congregación para los Religiosos. Los Dicasterios de Culto y de los Religiosos supervisarán la observancia de las nuevas disposiciones. (FP)
23/12/2015