El Met de Nueva York devolverá a Phnom Penh decenas de piezas robadas
El célebre museo estadounidense devolverá varias estatuas antiguas a Camboya (y dos a Tailandia) debido a que los fiscales federales, ayudados por antiguos saqueadores camboyanos, descubrieron que se trataba de obras robadas de templos antiguos. Para los camboyanos, las esculturas no son sólo obras de arte, sino que encierran el alma de los antepasados.
Phnom Penh (AsiaNews/Agencias) - El Metropolitan de Nueva York, célebre museo de arte estadounidense, devolverá a Camboya varias estatuas antiguas que fueron donadas a la institución después de haber sido traficadas por el británico Douglas Latchford, acusado de dirigir una red ilegal de compraventa de objetos procedentes del Sudeste asiático.
El anuncio lo hizo la semana pasada la oficina del fiscal federal para el distrito sur de Nueva York, Damian Williams, que supervisó la investigación y explicó que Latchford fue acusado de fraude y contrabando por "haber organizado una red que duró varios años con el fin de vender objetos antiguos saqueados de Camboya y colocados en el mercado internacional del arte”. Las acusaciones cayeron porque Latchford murió antes de que pudiera ser juzgado
El Met se dirigió entonces directamente a las autoridades camboyanas para rastrear el origen de las esculturas traficadas, a pesar de que habían sido donadas al museo por el mismo Latchford, quien se describió a sí mismo como un simple erudito y entusiasta del arte. Los trámites para trasladar las estatuas concluirán en las próximas semanas, explicaron funcionarios estadounidenses, después de que el museo anunció que se devolverán 14 obras a Camboya y dos a Tailandia. Estas incluyen un bronce del Bodhisattva Avalokiteshvara (que data de finales del siglo X o principios del XI) y una monumental cabeza de Buda de piedra que data del siglo VII.
Sin embargo, la recuperación de estos antiguos tesoros no habría sido posible sin la ayuda de Toek Tik, un camboyano que colaboró durante años con Latchford pero decidió unirse al equipo de investigadores camboyanos encabezado por el abogado estadounidense Brad Gordon, antes de morir de cáncer. Toek Tik “se sentía tremendamente culpable por muchas cosas que había hecho en su vida, por los homicidios y por los saqueos”, dijo Gordon. El testimonio de ex saqueadores como Toek Tik ha sido fundamental para el caso contra Latchford, agregaron los fiscales federales de Nueva York.
El robo de obras antiguas en Camboya comenzó con la llegada de los colonizadores franceses y luego se expandió hasta convertirse en un negocio global entre las décadas de 1970 y 1990, sobre todo durante el sangriento régimen de los Jemeres Rojos. Las décadas siguientes, marcadas por la inestabilidad política, favorecieron el saqueo de los templos, entre ellos Angkor Wat, uno de los sitios religiosos más grandes del mundo y patrimonio de la UNESCO, que prohíbe la importación o exportación de bienes culturales.
Para los camboyanos, las estatuas de los templos no son sólo obras de arte sino deidades sagradas que custodian las almas de sus antepasados, a las que acuden para rezar y pedir consejo. Efectivamente, el portavoz del Ministerio de Cultura y Bellas Artes de Camboya, Hab Touch, pidió la semana pasada que se devolvieran las obras porque se trata de "objetos antiguos que son el alma de nuestros antepasados", además de ser "tesoros nacionales perdidos, sustraidos a Camboya en tiempos de guerra y genocidio”.
En los últimos dos años se han devuelto más de 1.000 piezas por valor de 225 millones de dólares a más de 20 países, como Camboya, China, India, Egipto, Grecia e Italia, dijeron funcionarios del Met. Nueva York es uno de los principales centros de tráfico de obras antiguas y desde 2021 varias piezas han sido confiscadas por las autoridades para ser devueltas, y no sólo por el Met, que ha anunciado que procederá a la recatalogación de todas las piezas del museo, pero también las que se encuentran en las casas de ricos coleccionistas privados de Manhattan