Educación e integración: la receta de los jesuitas para los refugiados de Singapur
El próximo 20 de junio se celebrará la Jornada mundial para quien escapa de guerras y persecuciones. En la Ciudad-Estado los migrantes provienen de todo el sudeste asiático y del Oriente Medio, viviendo por años en un limbo. El Servicio de los Jesuitas para los refugiados (JRS) está activo en el país, y organiza excursiones educativas incluso en los países de los cuales las personas quieren escapar.
Singapur (AsiaNews/Agencias)- Educación y apoyo material: es lo que el Servicio de los Jesuitas para los refugiados (JRS) de Singapur brinda cada año a miles de migrantes económicos y prófugos que viven en la ciudad-Estado como en un limbo, sin contar con sus papeles en regla y sin poder encontrar un trabajo. Junto a la Iglesia local, los jesuitas se preparan para celebrar la Jornada mundial para los refugiados, prevista el próximo 20 de junio. Para los dos que preceden a la fecha, se están organizando diversas iniciativas: una misa se celebrará en la parroquia de San Ignacio y habrá dispuesta una muestra sobre los prófugos del sudeste asiático y la “misericordia en movimiento”.
El JRS, presente en todo el mundo, desde hace años trabaja en favor de quienes solicitan asilo y de los refugiados. Para el año 2020, el objetivo es expandir los servicios educativos llegar a otras cien mil personas. Según los datos del Observatorio de las Naciones Unidas para los refugiados (UNHCR), hay casi cincuenta y cinco millones de exilados en todo el mundo, que se han visto obligados a abandonar sus casas a causa de conflictos, guerras y persecuciones.
Los jesuitas de Singapur trabajan fundamentalmente con personas que provienen de Myanmar e Indonesia, pero también se cuentan por miles las que llegan de Medio Oriente y de Filipinas. Además de intervenir en los campos de refugiados brindando educación gratuita, el JRS organiza diversas excursiones en los países de origen de los migrantes, . Entre 2014 y 2015, diversos voluntarios han visitado Myitkyina, capital del Estado Kachin (Myanmar), teatro de un sangriento conflicto entre el ejército brimano y milicias rebeldes, que ha causado miles de prófugos. Dentro del mismo período fueron capacitados diecinueve docentes, todos ellos entre 17 y 25 años de edad, que se ocupan de educar a los niños en edad preescolar y primaria.
El año pasado, un proyecto educativo vio involucrado a cuatro voluntarios de JRS Singapur junto al personal indonesio. Ellos han conducido diversos cursos de lengua inglesa en el Centro de detención de Manado, Indonesia (Sulawesi del Norte). Antes el personal del centro y los refugiados no tenían ninguna posibilidad de comunicarse, por no conocer el uno la lengua del otro. Thomas Flinchum, responsable del proyecto afirma: “Era como dar de comer a los pajaritos, estaban tan hambrientos y deseosos de aprender”.
En Singapur, la situación de los refugiados es sumamente difícil. Quien está en la Ciudad-Estado sin un permiso regular es detenido y expatriado. El procedimiento para obtener asilo es largo y complejo. Al no contar con un trabajo fijo, los prófugos no pueden mandar a la escuela a sus hijos. Además del JRS hay otras realidades que operan en favor de quienes piden asilo. La parroquia de san Francisco, por ejemplo, en los últimos años se convirtió en la “casa” para miles de migrantes provenientes de todo el sudeste asiático, que reciben sostén y a la vez que se ocupan de servir la comida a los últimos del barrio, de forma totalmente gratuita.
07/11/2013
10/08/2018 14:22