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VATICANO
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Dilexit nos, la nueva encíclica del Papa Francisco: el Corazón de Cristo para cambiar el mundo

Ya se había anunciado en junio y se presentó hoy - en el 350° aniversario de las apariciones a santa Margarita María de Alacoque - con una conferencia de prensa en el Vaticano. Después de Lumen fidei, Laudato Si' y Fratelli tutti, invita a "recuperar lo más importante y necesario: el corazón", en un mundo "que sobrevive entre guerras y desequilibrios". Monseñor Bruno Forte: "Desafío a mirar hacia lo alto".

 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Para que el mundo “que sobrevive entre las guerras, los desequilibrios socioeconómicos, el consumismo y el uso antihumano de la tecnología, pueda recuperar lo más importante y necesario: el corazón” (31). Estas palabras tomadas de Dilexit nos (Nos amó), la cuarta encíclica del pontificado de Francisco que se publicó hoy - después de Lumen fidei (29 de junio de 2013), Laudato Sì (24 de mayo de 2015) y Fratelli tutti (3 de octubre de 2020) - explican el contexto y el contenido del documento. El Papa Francisco "ante el Corazón de Cristo" pide al Señor "que derrame los tesoros de su luz y de su amor" sobre un mundo sufriente y superficial. El documento que se presentó esta mañana en la Sala de Prensa del Vaticano habla precisamente "sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo", como reza el subtítulo.

Dilexit nos fue anunciada por el Pontífice en la audiencia general del pasado 5 de junio - mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús -, en la cual anticipó que contendría "valiosas reflexiones de textos magistrales anteriores y de una larga historia que se remonta a las Sagradas Escrituras, para proponer nuevamente hoy, a toda la Iglesia, este culto lleno de belleza espiritual". La nueva encíclica se publica en el marco de las celebraciones por el 350° aniversario de las apariciones de Jesús a santa Margarita María de Alacoque, en Paray-le-Monial entre finales de diciembre de 1673 y junio de 1675, celebraciones que continuarán hasta el 27 de junio de 2025. También a las puertas del Jubileo Universal del año próximo y en coincidencia con la fase final del Sínodo 2021-2024. La estructura consta de una breve introducción seguida de cinco capítulos divididos en 220 párrafos.

“Si con Laudato Si' el Papa nos ayuda a imaginar un mundo como Dios lo quiere, y con Fratelli Tutti indica un camino para llegar allí, con Dilexit nos Francisco nos dice cómo preparar el corazón en la fe y en el amor”, se explicó hoy al comienzo de la conferencia de prensa de presentación. El mismo Pontífice indica que Dilexit nos está escrito en continuidad con las encíclicas anteriores, porque lo que estas contienen "no es ajeno a nuestro encuentro con el amor de Jesucristo, ya que bebiendo de ese amor nos volvemos capaces de tejer lazos fraternos, reconocer la dignidad de cada ser humano y cuidar juntos nuestra casa común” (217).

“El corazón de Jesús nos lleva al centro, al centro de nuestra persona, y nos conduce a amar con todo nuestro ser, involucrando pensamientos, palabras, acciones y sentimientos. Con esta conciencia, el Papa Francisco nos acompaña a profundizar en el valor de nuestro propio corazón", explicó la Hna. Antonella Fraccaro, directora general de las Discípulas del Evangelio, quien intervino hoy en la rueda de prensa para referirse al culto que comenzó a consolidarse en 1856, cuando Pio IX extendió a toda la Iglesia la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, a lo que siguió la fundación de congregaciones e institutos. “El Papa Francisco nos recuerda que yo soy mi corazón (14) - prosiguió -, por eso dice que es decisivo que todas las acciones de mi vida se pongan bajo el 'dominio político' (13) del corazón. Me parece una hermosa expresión, una hermosa perspectiva".

“En este tiempo dramático que vivimos, marcado por la tragedia de la atormentada Ucrania, de lo que está sucediendo en Tierra Santa, una tierra que amo inmensamente - afirmó monseñor Bruno Forte, arzobispo de Chieti-Vasto - esta encíclica se nos presenta como una especie de desafío a mirar hacia arriba. Y mirar hacia arriba significa buscar caminos donde no basta simplemente la lógica de que siempre gana el más fuerte, sino que es necesario comprender el drama humano". En su diálogo con los periodistas añadió que también hace falta "otro camino" para salir de situaciones en las que los conflictos se han estancado y no contemplan una salida. “Estoy convencido de que si no tomamos un camino más audaz, más valiente, si no estamos dispuestos a buscar un encuentro, un compromiso, un camino común, con la solidaridad internacional, no se puede salir”.

El primer capítulo, "La importancia del corazón", explica por qué es necesario "volver al corazón" en un mundo en el que estamos tentados de "convertirnos en consumistas insaciables y esclavizados por los engranajes de un mercado" (2). Lo hace profundizando en los significados de "corazón", desde su valorización en la Biblia hasta la desvalorización que se encuentra en el "racionalismo griego y precristiano, en el idealismo postcristiano o en el materialismo en sus diversas formas". El segundo capítulo, “Gestos y palabras de amor”, habla de Cristo que, en la forma como trata a las personas que encuentra - la samaritana, Nicodemo, la prostituta - muestra que Dios “es cercanía, compasión y ternura” (35). En el tercer capítulo, "Este es el corazón que tanto amó", el Pontífice recuerda que la Iglesia reflexiona, y ha reflexionado en el pasado, "sobre el santo misterio del Corazón del Señor". Habla sobre la encíclica Haurietis aquas de Pío XII y sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús de 1956. Este culto, afirma Francisco, no es a un "órgano separado", sino a "Cristo todo entero".

En el cuarto, "Amor que da de beber", el Santo Padre relee las Sagradas Escrituras y reconoce a Cristo y su costado abierto en aquel "al que ellos traspasaron", al que Dios se refiere en la profecía del libro de Zacarías. El quinto y último capítulo, “Amor por amor”, profundiza en la dimensión comunitaria, social y misionera de toda auténtica devoción al Corazón de Cristo. En efecto, el amor a los hermanos es el gesto más grande "que podamos ofrecerle para devolver amor por amor" (167). Repasando la historia de la espiritualidad, el Pontífice recuerda el compromiso misionero de Charles de Foucauld, Teresa de Lisieux, Ignacio de Loyola, Faustina Kowalska y el Papa Wojtyła.

 

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