Deporte en la India: para llegar a la cima se requiere cultura e inversiones
Neeraj Chopra, Murali Sreeshankar y Jeswin Aldrin son las nuevas estrellas indias del atletismo, algunas de ellas participan en el mundial que se inauguran hoy en Eugene, Estados Unidos. Pero la India es el país con la peor relación entre población y medallas ganadas en los Juegos Olímpicos. Parece ser sobre todo una cuestión de cultura y malas inversiones, pero las cosas están cambiando en los últimos años.
Nueva Delhi (AsiaNews)- Hoy comienza en Eugene, Estados Unidos, el Campeonato Mundial de Atletismo. India seguirá con atención el desempeño de Neeraj Chopra, el lanzador de jabalina de 24 años que ganó una medalla de oro (por primera vez en la historia del atletismo) en los Juegos Olímpicos de Tokio al lanzar el instrumento a 87,58 metros de distancia. Su marca personal, sin embargo, establecida a fines de junio en la etapa de Estocolmo de la Diamond League, es ahora de 89,94 metros, y podría superar la barrera de los 90 metros, si no en el Campeonato Mundial de Eugene, en los Juegos de la Commonwealth de Birmingham que comenzarán a fines de este mes o en los Juegos Asiáticos en Hangzhou, China, programados para septiembre. La prensa deportiva describe a Chopra como un "chico de la casa de al lado" a pesar de que las empresas deportivas lo persiguen para conseguir contratos de patrocinio y este año recibió el premio nacional "Estrella deportiva del año".
Es una nueva celebridad del país y muchos atletas indios prometedores podrían seguir pronto el mismo camino. El propio Chopra, que ahora entrena cerca de San Diego, en Estados Unidos, cree que el atletismo indio goza de buena salud, sobre todo en el salto de longitud, especialidad en la que Murali Sreeshankar, atleta nacido en 1999, ostenta el récord nacional con 8. 36 metros, medida que saltó en abril de este año. Su motivación principal fue la sana competencia con otro joven atleta, Jeswin Aldrin, un pentecostal de 20 años originario del pequeño pueblo de Mudalur, en Tamil Nadu. Esta temporada aterrizó a solo 10 centímetros de Shreeshankar, pero Aldrin, que también saltó un 8,37 ventoso (es decir, con viento favorable superior a 2 m/s, demasiado para que el salto se considere válido) no fue incluido en el equipo de la India para los Campeonatos mundiales. Entrenado por el ex campeón cubano Yoandri Betanzos y motivado por la determinación de superar a su compatriota, parece tener un futuro prometedor por delante.
Sin embargo, aunque se espera que India supere a China como país más poblado del mundo con 1.400 millones de habitantes en 2023, antes de Tokio ostentaba el récord de menor número de medallas per cápita ganadas en los Juegos Olímpicos, con un total de 28 medallas, la misma cantidad que ganó el nadador estadounidense Michael Phelps en toda su carrera.
A lo largo de los años los expertos han tratado de explicar las razones del fracaso indio por diversos factores. En primer lugar, a pesar de los treinta años de constante crecimiento económico, la India sigue siendo un país pobre que carece de infraestructuras. Disponer de buenas conexiones es fundamental cuando se trata de viajar para los entrenamientos, las concentraciones nacionales y las competiciones. Otras veces se les ha echado la culpa a las altas tasas de desnutrición infantil y las características genéticas, pero son razones que no resisten la comparación con otros países como Etiopía, Kenia o Jamaica, que tienen índices similares de subdesarrollo.
Según los especialistas indios se trata más bien de una cuestión cultural. La división en castas ha influido en el mundo del deporte durante décadas porque las élites siempre han considerado que los logros intelectuales son superiores a los físicos, y los estudiantes que se destacan en los exámenes siempre han gozado de mayor cobertura mediática que los campeones deportivos. Solo el cricket recibe atención a nivel nacional.
Sin embargo, en los últimos años, como demuestran los resultados del atletismo, las cosas están cambiado un poco. Tras los Juegos Olímpicos de Río 2016, en los que la India ganó solo dos medallas, el gobierno y las empresas han comenzado a invertir en el deporte, aunque la financiación se ha orientado principalmente hacia los atletas de alto rendimiento y no a las pequeñas federaciones. Varias ONG intentan colmar las lagunas del gobierno en el ámbito deportivo, aunque a menudo sus intervenciones en las zonas rurales son más generalizadas y el deporte forma parte de proyectos de cooperación sólo como actividad de utilidad social. Eso significa que su objetivo final no es crear una cultura deportiva. Y en cuanto a las empresas, que en el marco de iniciativas de responsabilidad social corporativa gozan de beneficios fiscales si invierten en deporte, subsiste un problema de fondo: es difícil recaudar fondos para asociaciones deportivas cuando no hay un deportista destacado que se pueda considerar como fuente de ingreso. Por esa razón, los deportistas solo tienen la oportunidad de cobrar un sueldo después de que han llegado al plano internacional.
Y para llegar a la cima de las clasificaciones internacionales parece que solo hay una forma: invertir en lo que se considera la base de la pirámide, los viveros, donde se pueden captar talentos. En otras palabras: en las instituciones educativas, para que el deporte se convierta en parte integrante de la vida de los niños y adolescentes indios. Esto, a su vez, permitiría a las ONG y las empresas orientar mejor sus inversiones. Neeraj Chopra solo ingresó en el campo del atletismo porque sus padres consideraron que necesitaba bajar un poco de peso.
24/07/2021 11:27
26/07/2021 12:57