Dacca, crece la violencia y aumentan los linchamientos: al menos 35 muertos en dos meses

de Sumon Corraya

Los episodios más recientes están relacionados sobre todo con sospechas de robo o afiliaciones políticas. Hubo varios enfrentamientos dentro de las universidades. Entre las principales causas se encuentran la inestabilidad política y la desconfianza en el sistema judicial.

Dacca (AsiaNews)- Desde hace dos meses se han producido en Bangladés una serie de episodios de violencia colectiva que han causado la muerte de al menos 35 personas. Los homicidios ocurrieron en contextos de justicia sumaria, generalmente basados en acusaciones de robo o afiliaciones políticas controvertidas. Una ola de linchamientos alimentada por la inestabilidad política tras la fuga de la ex primera ministra Sheik Hasina y la falta de confianza en el sistema judicial.

Uno de los casos más brutales fue el asesinato de Tofazzal Hossain, atacado por estudiantes de la Universidad de Dacca el miércoles pasado. Aparentemente Hossain sufría problemas mentales, fue acusado de robo y retenido en el Fazlul Haque Muslim Hall, donde lo agredieron durante más de dos horas. Posteriormente se produjo una pausa y los estudiantes tomaron una fotografía de Hossain comiendo arroz en la cantina, pero poco después se reanudó el ataque. Fue llevado al hospital a altas horas de la noche y los médicos declararon su muerte. Posteriormente su familia denunció que los agresores habían pedido un rescate de 35.000 taka (unos 320 dólares) para dejarlo en libertad. Cinco alumnos fueron arrestados y las autoridades de la Universidad condenaron lo ocurrido como un hecho "inhumano e inaceptable".

Ese mismo día también se informó la muerte de Mo Shamim, ex alumno de la Universidad de Jahangirnagar (JAB). Shamim también fue asesinado a golpes por un grupo de estudiantes que sospechaban que él participaba en actividades delictivas. A pesar de algunos intentos de mediación, Shamim fue llevado a la oficina de seguridad de la Universidad, pero murió antes de recibir ayuda. La policía intervino demasiado tarde y ocho estudiantes fueron expulsados temporalmente tras el incidente. El 7 de septiembre, también mataron en un violento ataque a Abdullah Al Masood, ex dirigente de la Rajshahi University Chhatra League, la organización estudiantil cercana al gobierno anterior.

Estos homicidios son parte de una creciente ola de violencia que parece escapar al control de las autoridades. El deterioro de las condiciones políticas, sobre todo tras la caída del gobierno de Sheikh Hasina (que dimitió tras semanas de protestas estudiantiles), ha exacerbado el clima de inseguridad y, sobre todo, de desconfianza hacia las fuerzas del orden.

El fenómeno de la justicia sumaria ha crecido de manera alarmante. Los activistas de derechos humanos denunciarion la ineficiencia de la policía y las investigaciones inadecuadas como las principales causas de esta situación, lo que ha creado un ciclo de violencia difícil de romper. Los especialistas señalan una cultura de la violencia que se está extendiendo especialmente en las universidades.

Otro episodio ocurrió en Khagrachari, donde el robo de una motocicleta provocó enfrentamientos entre grupos bengalíes y pahari (indígenas). Los bengalíes habían organizado una marcha de protesta, pero algunos paharis intentaron interrumpirla. La muerte de Mamun, un bengalí de 30 años, hizo estallar las tensiones en una serie de enfrentamientos que dejaron 102 comercios destruidos (78 pertenecientes a la comunidad Pahari y 24 de propiedad bengalí) y cuatro personas muertas en el vecino distrito de Rangamati. Hubo al menos 80 heridos. Para restablecer el orden, las autoridades invocaron el artículo 144, que prohíbe las reuniones públicas.

El abogado cristiano de la Corte Suprema, Probhat Tudu, comentó a AsiaNews: "Los recientes hechos de violencia, especialmente en las universidades, son algo trágico y deplorable. Si alguien comete un delito, debe ser entregado a la policía. Hay que detener esta cultura de la justicia sumaria". Tudu sugirió que las causas se deben buscar también en el fracaso del sistema judicial: "Si el Estado garantizara la justicia, la gente no tendría necesidad de recurrir a la violencia".